Decíamos la semana pasada, que revivimos el ritual priista del destape, como en los buenos tiempos del partidazo. El tapado, el dedazo, luego la procesión en los sectores del partido, la cargada, la aclamación, las manos levantadas, la corbata roja, las matracas y sobre todo la disciplina.

Todo igualito. Pero con una diferencia: al ritual del destape priista le faltó un candidato priista.

Y también decíamos que esto confirma el talante antidemocrático, no solo del PRI, sino de todos los partidos políticos en México.

Ahora, esto se ha perdido un poco de vista, luego de la ocurrencia de Andrés Manuel López Obrador de proponer -entre otras estrategias para traer paz al país- una amnistía para criminales. Y también de la otra amnistía, pero ésta en favor de funcionarios señalados de presunta corrupción en el peñismo. Aunque el anuncio de esta otra amnistía se dio envuelta en el oropel del cantinfleo de Meade en una entrevista al diario El País, en la que en resumidas cuentas evade la posibilidad de sentar en el banquillo de los acusados a posibles peces gordos.

Así las cosas, retomo la reflexión, sobre esa confirmación de que en ningún partido mexicano, hoy por hoy, hay democracia.

Lo que sí existe en los dos grandes partidos y el frente opositor (que no ciudadano), son dedazos.

En el PRI, ya dijimos que se dio el tradicional dedazo presidencial. En Morena el autodestape por quien será candidato, pues para eso fue creado el partido. Y en el Frente PAN-PRD-MC, el presidente de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado, es quien destapa a Ricardo Anaya. Por cierto, según El Universal (periódico antianayista por excelencia) el panista tendría menos intención del voto que Miguel Mancera, a quien Dante propuso como Presidente del Senado un día después que el Sol Azteca cerró filas en favor del jefe de gobierno capitalino.

Los tres candidatos que pelearán la presidencia entonces, salen de decisiones cupulares y no de un proceso de consulta a las bases.

Ahora resulta que hasta El Bronco y Margarita Zavala van a tener más "legitimidad" porque al menos recogieron firmas en la calle. Aunque de independientes no tienen nada. Eso es el colmo.

Claro. Hay una honrosa excepción: Mary Chuy Patricio, cuya nominación como vocera y representante para buscar la candidatura independiente a la Presidencia de México proviene de un proceso de consulta y deliberación entre las bases, en este caso, del Consejo Nacional Indígena que aglutina a 523 comunidades, de 25 entidades y de 43 pueblos indígenas.

Pero en los demás casos, pura decisión cupular. Un dedazo presidencial, un autodedazo, y otro dedazo por encargo al compadre naranja.

Así las cosas.