El futuro político de México está a 75 días
Estamos exactamente a 75 días de las elecciones del próximo 6 de junio, a las que han llamado las más grandes de la historia, por el número de cargos que estarán en juego; y en donde principalmente, se define el futuro político de México para los próximos 3 años.
Este proceso se da en un contexto en el que nuestro país, apenas puede ser considerado como una nación democrática. De hecho, de acuerdo al Índice de Democracia 2020 de The Economist, México ocupa el lugar 72 de 167 países que son evaluados.
Pero el número importante no es el sitio dentro del ranking, sino la calificación global que le otorgan a nuestro país en este estudio, la cual pasó de 6.09 en 2019, a 6.07 en 2020, es decir, estamos apenas 7 decimas por arriba de la calificación mínima requerida para ser considerados un régimen con una democracia defectuosa, pero democracia en sí.
El principal indicador que provoca esta baja calificación es la cultura política en México, a la cual le otorgan una nota de apenas 3.13. Esta cifra, nos confirma que entre los muchos problemas que puede tener nuestro sistema democrático, el más importante de todos, es el poco conocimiento que la ciudadanía tiene sobre la política, y su aparente desinterés hacia la misma.
En general, la población tiene el entendido que su voto no marca la diferencia, que da lo mismo si termina gobernando un partido u otro; para la mayoría de los mexicanos, las cosas seguirán igual que siempre.
De ahí, que en este proceso electoral, ninguna de las alternativas políticas que hasta ahora se han presentando, se ha preocupado por darle toda la prioridad de su estrategia a comunicar sus propuestas, a informar a la ciudadanía en que consiste su proyecto; cuales son los problemas que se comprometen a resolver y de que manera lo harán. Mucho menos, hemos podido ver proyectos que incentiven la participación ciudadana mediante mecanismos que permitan a los ciudadanos no sólo opinar, sino también sugerir y proponer.
Las actuales campañas, se han dedicado a atacar y desprestigiar al rival, ha habido acusaciones de violación, narcotráfico, lavado de dinero, corrupción, nepotismo, etc. Pareciera que los partidos, conscientes de la poca cultura política del mexicano, prefieren llenar a la gente de ruido y de razones por las cuales no votar por los contrarios, en lugar de invertir tiempo y esfuerzo, en ir contribuyendo a desarrollar esta cultura que tanta falta nos esta haciendo.
Y es que es mucho más fácil atacar al de enfrente, que desarrollar planes integrales que verdaderamente puedan resolver las problemáticas existentes. Esos cuestan un mayor tiempo, análisis y estarían sujetos a un escrutinio al que los políticos de hoy no se quieren someter.
Somos los ciudadanos los que debemos de tener la iniciativa de exigir un proceso electoral distinto; en donde se generen compromisos tangibles y medibles, donde se desarrollen planes y proyectos que ayudarán a mejorar nuestras comunidades y entornos, en donde se incentive la participación activa de la gente; pero no solo mediante la promoción del voto, sino a través de esquemas de micrófono abierto, que permitan que los ciudadanos opinen y propongan. Solamente de esa manera, tendremos un sistema democrático que con el empuje de la ciudadanía, pueda ir para adelante, lo que a largo plazo forzosamente provocaría una profesionalización del sector público y mejores gobiernos.
Aún hay tiempo, exijamos unas campañas de menos ataques y más propuestas.