Arrancaron oficialmente las campañas de los casi 23 mil candidatos,
Como Veo Doy
Con gran pesar, apreciado Lector, le comento que esta semana me propuse escribir un artículo serio, apoyado en cifras oficiales y en estudios y análisis de expertos en materia de energía, pero me ganó el eufórico bombardeo de anuncios publicitarios emitidos por el INE y por los partidos políticos, implorando el voto del respetable en base a denostar al rival que consideran más fuerte. Campea la palabra que vierte veneno, diría Don Guillermo Aguirre y Fierro.
Le recuerdo que ayer domingo arrancaron oficialmente las campañas de los casi 23 mil candidatos, de modo que arreciará el feroz intercambio de mentiras, medias verdades y burlas continuas, enfrentados los "influencers" del público, los organismos empresariales y los defensores del gobierno, a través de los medios electrónicos e impresos y de las redes sociales, que unos dicen benditas y otros falaces, manipuladoras. Yo no sé qué decir al respecto, pero reconozco que caí en el caldero de la propaganda y ya estoy metiendo mi cuchara en el tema electoral. Usted disculpe.
Empeñarán su alma a satanás
¡Corre por tu credencial! -apremia un simplón anuncio de la autoridad electoral- y acto seguido endilga la amenaza: ¡O no podrás votar en la elección más grande de la historia! Que ingados nos importa que sean las más grandes o más chicas o más vigiladas o las que justifiquen la chamba de los Consejeros en razón de una copiosa votación que rompa récords para los anales de la democracia y se distorsionen los resultados para dar fe de la elevada educación cívica del pueblo.
Lo que sí nos importa es que sean las más baratas, las más limpias, impolutas y, sobre todo, las que mejor expliquen a la raza para que arajos nos sirven. Porque después de cada votación, siento que nos recetaron una tunda de palos por los siguientes años, hasta la próxima elección, donde los candidatos, salvo honrosas excepciones, empeñarán su alma a satanás por una rebanada del gasto público, jurando y perjurando que ahora si las cosas van a ser diferentes, que habrá suficiente pan en la mesa (del bueno, hecho de trigo limpio, no del azul al que le aflora el moho), salud y escuela garantizada para los hijos y rejas de acero para los jijos. Que cinismo.
¿A quién creen que engañan?
Después de los "mensajes" de la Institución Electoral, desfila intercalada la propaganda lamentable de los diez partidos políticos contendientes, que es diseñada por sus genios publicitarios a imagen y semejanza, es decir, con bajo coeficiente intelectual. ¿A quién creen que engañan? Seguramente usted, como yo a veces, se ha imaginado este desfiladero de políticos y quizás de sus respectivos patrocinadores del sector privado o del gubernamental, en caso de que los haya, sobrevolando como zopilotes sobre un cuerpo a punto de sucumbir o como un gallinero al que rondan lobos, zorros y coyotes rogándole a las gallinas que abran la puerta para protegerlas y cuidarlas. Que ladinos.
¿A quién beneficia el voto?
Apreciado Lector, haciéndo un comentario aparte, no cree Ud. que con la alta tecnología de que se dispone, sería suficiente que en vez de gastar miles de millones de pesos en publicidad y campañas insulsas, llenas de exabruptos ofensivos y carentes de propuestas creíbles y viables, la autoridad simplemente nos informara que en cierto día habrán elecciones, intercalando dos o tres recordatorios y que, técnicamente, la credencial para votar tenga una cinta magnética que permita que ese día y quizás dos más, se enlace a todos los cajeros automáticos del sistema bancario (57,000 en red nacional), para que el ciudadano, esté donde esté, introduzca su tarjeta en el cajero, seleccione la opción INE, se despliegue una pantalla con los iconos de cada partido y nombre del candidato, seleccione al de su preferencia con un chance para corregir y a continuación pulse ENTER y listo. Esa persona, una vez emitido su voto, automáticamente bloquea su tarjeta y no podrá votar otra vez. Desde luego el costo para enlazar la red será con cargo al INE. ¿Fácil no? ¡Y muy barato! ¡Y más confiable! ¡Y sin euforia institucional ni histeria colectiva de los participantes! A ver qué opina el Banco de México.
Padrón electoral
Bueno, dejando a un lado la imaginación y regresando a la realidad, una pregunta empaña el ambiente, una sola, ¿a quién beneficia el voto? Al pueblo pobre que vota, no, porque lo que se ve y se ha visto a lo largo de los años, contando sólo de la sangrienta Revolución de 1910-1920 a la fecha, es una creciente marginación y pobreza de la mayoría de los votantes. La CEPAL (Comisión Económica para América Latina), mediante un estudio asegura que en 2020 el 67% de la población mexicana era pobre. Échele pluma: se estima que somos 126 millones de habitantes, así que los pobres rondamos los 84 millones. Por otro lado, el padrón electoral del reciente 5 de marzo pasado, era de ¡93.8 millones de empadronados! No confundir con una palabrota.
El 67% de electores son pobres
Con los datos anteriores se puede suponer, sin exagerar, que el 67% de dichos electores son pobres, es decir, 62 millones de personas cuya situación económica seguirá igual, en el mejor de los casos, gane quien gane. Así las cuentas, la lucha por el poder político y el poder económico, ambas caras de la misma moneda, se está dando entre la Triple Alianza (hay quienes le dicen la Triple Transa, mote que no creo), integrada por PRI-PAN-PRD (ideologías afines y proclives a dignificar la vida de los que menos tienen); el Bloque Morenista (hay gente maliciosa opinando que ya maiciaron la elección, cosa que tampoco creo), articulado por MORENA-VERDE-PT (cuyas simpatías por los que menos tienen, coinciden asombrosamente con la Triple Alianza) y, de último, por los 4 partidos chaquira (que tienen anuencia gubernamental a decir de gente envidiosa que, igual, es de no creerse), cada uno por su lado también sufren y se ocupan, claro, ¡por los que menos tienen!
Caray, con tan loables coincidencias, no cabe duda que veremos una eufórica y soez batalla campal para convencer a 62 millones de empobrecidos mexicanos que votar es su poder y su derecho y que ¡el Partido del Lobo es mejor que el del Zorro! y, el del Coyote, ¡es más bueno que los otros dos! Ni a quién irle.
RENDIJAS
Se disputan 21,368 cargos de elección popular al costo de unos 20 mil millones de pesos por 22,829 candidatos registrados, o sea, ¿casi todos van a la segura? Si es así, ¡qué descaro!
Casi nadie, chairos o fifís, conoce el nombre de los 300 candidatos a diputados federales y mucho menos a los 200 plurinominales. ¿No los conocemos y nos van a representar? Como diría Gestas, …
¿Porqué no las Juntas de Vecinos registran a sus Candidatos en el INE en vez de que lo hagan los Partidos? Así desaparecen éstos y se forma una Cámara de Representantes sin Partidos. Mejor ¿no?
Pibihua2009@gmail.com
Lunes 5 de abril del 2021