Edith Tamayo es una cantante mexicana de música tradicional (incluye la mexicana), folklórica y alternativa que después de iniciar estudios en México los concluiría en Suecia. Ha vivido en este país por varios años y en Dinamarca. Un total de 25 años en que ha desarrollado una excelente carrera como intérprete y autora presentándose en múltiples escenarios de diversos países europeos. Ha grabado discos que han sido objeto de elogio y premiación (Patita Salada, 2010; Coincidencias, 2017). Pero no todo ha sido actividad musical y artística, también ha sentido la necesidad de expresar su experiencia y reflexión política. Por varios lustros, ha seguido la política de su país participando desde el extranjero y organizando claras manifestaciones en relación a los acontecimientos en México, tratando de contribuir a la democratización y al proceso de cambio. Ha tenido una activa presencia en el grupo Conciencia México-Dinamarca que incluso invitó hace algunos años a conferenciar a Lorenzo Meyer en Copenhague. Convencida de las características del mundo o el modelo político, social y económico escandinavo, ha compartido su reflexión a través de una carta dirigida a sus amigos de México refiriéndose a las problemáticas del país en este tiempo de pandemia. Carta que viene muy ad hoc en este momento porque, aun desde la campaña de 2018, el presidente López Obrador ha puesto como modelo a los países escandinavos. He escrito tangencialmente sobre ello y aún tengo pendiente un análisis particular sobre el tema. Es por esto que, con su autorización, a continuación comparto el mensaje de Edith Tamayo a los mexicanos:

Queridos amigos,

Una “pequeña” reflexión en estos días de cuarentena para los que estén con tiempo de leer. Les comento mi experiencia personal como mexicana radicando fuera de México desde hace un buen de tiempo. Vivo en Dinamarca; viví también en Suecia algunos años.

El otro día recibí unas preguntas del departamento de estadísticas del Estado danés para saber qué tanta confianza tenía yo en las autoridades danesas en el manejo de las estrategias durante ésta crisis por el Corona Virus, a lo cual respondí que tenía gran confianza y acataría las medidas de prevención que se sugerían.

Tengo que reconocer que algunas medidas se me hicieron poco efectivas y unas hasta bobas, pero considero que esa es solamente mi opinión y mi criterio, por lo cual sería muy irresponsable de mi parte actuar como se me diera la gana y poner en riesgo a los más vulnerables o a mí misma, porque yo soy cantante y no médico especialista. Así que mejor he optado por portarme bien y confiar en los profesionales, ¡je, je!

Mis reflexiones en estos días de encierro han sido muchas. He estado al tanto de la situación de México, viendo noticias de ambos lados y de todo tipo de opiniones, por lo cual me preocupa mucho que se haya politizado la situación de la Pandemia en nuestro país. También me preocupa que la falta de confianza de algunos ciudadanos o el desacuerdo con las autoridades, generen un caos y una tragedia en nuestro país. Ahora que ya está avanzada la etapa 3 de la epidemia, circulan a diario noticias falsas por lo cual ocupamos uno de los primeros lugares en desinformación.

Considero que, independiente de simpatizar o no con el presidente o con las autoridades sanitarias, lo mejor es jalar parejo en estos momentos de Pandemia para no obstruir el trabajo de los especialistas. Ya habrá tiempo para evaluar, juzgar y criticar, simplemente considero peligroso la desobediencia ciudadana en estos momentos.

Otra de las cosas que también me ha llamado la atención es saber cómo algunos ciudadanos y medios de comunicación critican al presidente de populista o de que está comprando votos a través de los apoyos económicos que otorga el gobierno federal a las familias de escasos recursos. Todos somos libres de opinar y creer lo que queramos, pero les comparto lo que yo he vivido acá en Dinamarca.

Les cuento que aquí en Dinamarca, y en Suecia también, cada uno de los niños, ancianos, estudiantes y personas de bajos recursos tienen un apoyo económico por parte del Estado danés o sueco. Existe la atención médica gratuita para todos los ciudadanos, tanto privada como del Estado, así como la gratuidad de la educación en todos los niveles educativos.

Por si esto fuera poco, tanto Suecia como Dinamarca son países con un bajo nivel de corrupción, desigualdad y violencia. Las mujeres podemos movernos solas y con seguridad por la ciudad durante el día o la noche y ninguna persona te violenta gritando obscenidades.

Les cuento también cómo es la vida del político aquí en Dinamarca. Para empezar, no existe la servidumbre, y si a la primera ministra se le obstruyese su baqueta con nieve, será muy probable que se le vea a ella misma paleando muy temprano por la mañana. Muchos grandes empresarios y políticos usan la bicicleta como medio de transporte público y si a algún político se le descubre que pagó alguna cuenta personal con dinero del Estado, hasta ahí le llegó su carrera, será juzgado por las autoridades y por los ciudadanos.

¿Sabes cómo se ha erradicado la pobreza en estos países nórdicos? ¿Sabes cómo han alcanzado los altos niveles de bienestar económico y social?

Lo hicieron gracias a un gran pacto social. Este pacto social está basado en la IGUALDAD y en una fuerte presión fiscal. Son los países donde más se paga impuestos, pero estos se ven reflejados y se aplican en el bienestar colectivo. La economía está basada tanto en empresas del Estado como privadas y no existe el autoritarismo al que estamos lamentablemente acostumbrados en México.

Las empresas tienen modelos innovadores de liderazgo empresarial, basado en la participación de cada uno de sus empleados. Es muy común que un jefe te pregunte si estás de acuerdo con la dirección, decisiones y proyectos que se están tomando en la empresa; aunque seas el encargado de la limpieza del lugar.

¿Sabes que los países escandinavos tienen menos policías en el mundo y la menor tasa de criminalidad? La autoridad no está basada en la represión sino en la atención a los jóvenes. Todos tienen derecho a la educación gratuita, al trabajo y todas las posibilidades para desarrollarse.

Dolorosamente veo a nuestro querido México como un país donde ha imperado por siglos el racismo, el clasismo, la impunidad y la corrupción a unos niveles vergonzosos.

Por eso no es tarea fácil eliminar de la noche a la mañana la corrupción, la violencia de género, el crimen organizado y demás, porque no solamente es tarea del gobierno, sino del cambio de mentalidad en cada uno de nosotros. Tendrá que ser un cambio profundo en nuestra sociedad. Eso lleva tiempo y solamente será posible con mucha unidad ciudadana, el cambio no lo puede hacer un solo hombre.

Me preocupa que nos hemos acostumbrado a ver la cara de la pobreza, la desigualdad y la corrupción como cosa común y normal en nuestra sociedad mexicana. ¿Nos hemos quizás vuelto hasta indolentes con el sufrimiento ajeno? ¿Será quizás un mecanismo de sobrevivencia a tanto terror y miseria?

Pienso que una de las mayores tragedias de México sigue y seguirá siendo caer en las manipulaciones mediáticas que promueven y subvencionan justamente unas cuantas familias de la élite en nuestro país, esas que han saqueado y endeudado a México, las mismas que han pagado las campañas electorales de partidos políticos corruptos los sexenios pasados.

Defender, apoyar y justificar a todos estos grupos de poder es el equivalente a seguir aceptando el maltrato de los que nos violentaron.

Los países escandinavos son los países más avanzados en el mundo por haber apostado todo a la igualdad y a dar oportunidades para todos y cada uno de sus ciudadanos, por ser sociedades basadas en la ética y la moral; en esto último se basa justamente su éxito en lo económico.

¿Por qué entonces llamamos populista al presidente de México? ¿Será que no estamos acostumbrados a que se atienda a la población más vulnerable de nuestro país?

¿Por qué tanto ataque mediático contra la propuesta de bienestar del presidente basado en el modelo económico escandinavo?

¿Por qué tantas ofensa contra su persona?

Que si está viejo, que si está chocheando y arrastra los pies, que aburre con el mismo discurso de siempre. ¡Vaya, les molesta hasta que según viste mal y no tiene esa presencia impecable de los ex presidentes!

Cada uno de nosotros somos responsables del rumbo que tome nuestro país. La pregunta es, ¿quieres seguir apoyando a estos grupos de poder?, ¿a unas cuantas familias que han tenido con el pie en el cuello a México por décadas o quieres construir un México para todos? Un México donde no te duela el alma y pese tu conciencia viendo a diario la miseria de 60 millones de personas.

Muchos saludos, Edith Tamayo.

P.d. Y para ver qué tan real es la autora de la Carta Escandinava, aquí comparto una de sus interpretaciones acompañada por el grupo LatínCacao en Helsingborg, Suecia; “El cascabel”: