En Quintana Roo la gente está muriéndose de pena, de pena de saber en lo que se ha convertido este Estado, una entidad trasgredida por la política y los apasionamientos partidistas, en donde satisface la venganza cumplida, donde la nota suelen ser los comunicadores y sus rencillas, donde todo lo malo ya puede ser posible.

Un estado con un millón y medio de habitantes y once municipios con una breve historia de 43 años resulta ser tan problemático en sus entrañas como lo es Oaxaca enmarcado en la pobreza extrema y la ignorancia, solo que aquí esos rezagos sociales no es por el hambre del estómago ni la falta de letras.

La pobreza y la ignorancia son producto de la ambición, el poder, el desafío y la intolerancia.

 La celebración del 43 aniversario de la creación de Quintana Roo como Estado se vio manchada por un altercado que protagonizaron el senador y ex gobernador Félix González Canto y el Secretario de Desarrollo Social, Julián Ricalde Magaña.

 Ambos quintanarroenses, nacidos en esta tierra fueron el centro de atención de este festejo al tener una confrontación física y verbal durante un desayuno privado con la clase política que ofreció el Gobernador Carlos Joaquín González con motivo de la conmemoración del cumpleaños 43 del Estado, teniendo como sede el Centro Internacional de Negocios y Conversiones de Chetumal.

Versiones van y vienen, alguna foto o video de la evidencia no hay registro hasta el momento, únicamente que todo se originó por un tweet redactado de la cuenta del ex edil de Benito Juárez sellada por una foto, lo que terminó en reclamos, cachetadas, golpes y sillas levantadas.

Decir que si Félix González Canto lo merece y Julián Ricalde se defendió o en sentido contrario está fuera de lugar, ambos actuaron con el hígado, cegados por enojos personales olvidándose de la posición que tienen.

Nada justifica una acción violenta y las agresiones físicas, si en política hay golpes bajos pues contusos y sin medida se responden como bien están acostumbrados a hacerlo. Si una publicación en redes te ofende, en redes la respondes y lo que se escribe se sostiene.

 A estas alturas Félix González Canto no tiene mucho que perder a diferencia de Julián Ricalde, quien con su ¨libre expresión¨ en redes sociales desafió y contradijo la indicación de su jefe laboral y político, el gobernador, Carlos Joaquín González en donde llamó a la unidad.

 Julián Ricalde no es ningún héroe porque tiene su historia como saqueador y corrupto, es un subordinado de la administración pública a quien se le dio la encomienda de producir y hacer crecer a Quintana Roo, dedicando más tiempo a postear que entregar resultados.

 Pésima lectura hizo Julián Ricalde a “La fiesta” de Joan Manuel Serrat como pie de foto en donde Félix González Canto y Carlos Joaquín González se estrechan la mano, después de que el gobernador lo invitara personalmente a la celebración luego de tener un encuentro en un evento en la Ciudad de México en días pasados.

 El tweet borrado “Hoy el noble y el villano, el prohombre y el gusano BAILAN y SE DAN LA MANO, sin importarles la facha” Julián Ricalde no midió los efectos, al llamar prácticamente farsante a Carlos Joaquín.

 El gobernador de Quintana Roo hizo un llamado a la reconciliación y el primer paso lo tienen que dar y están obligados a quienes trabajan cerca de él; precisó que quien no respete su idea de hacer política  y no son capaces de dar respuesta a las necesidades de los quintanarroenses no tendrán cabida.

 Al parecer Julián Ricalde no entendió ni entenderá de política y acuerdos, no se trata de que sean friends forever; Quintana Roo y su gente necesitan de sus representantes para generar y producir, lo mal hecho o lo no hecho cuando sean civiles serán juzgados si fuese el caso del Félix González.

Al día de hoy y en los próximos meses tienen un trabajo por hacer, por el que cobran bien y deben cumplirlo y ese no es impartir la materia extracurricular “lagunilla mi barrio, pega duro y pega bien”

Le echaron a perder la fiesta a Quintana Roo y a los quintanarroenses, a Carlos Joaquín González al encabezar por segunda vez y a un año de su gobierno la constitución de nuestra entidad.

 Félix González Canto, le ganó el orgullo, se vio rebasado dejando de lado la prudencia política y debe ofrecer una disculpa pública a todos los quintanarroenses.

 Julián Ricalde Magaña desobedeció y sacó una vez más lo bajo que puede ser como funcionario público y se mostró en contra de las formas de su jefe, el gobernador; por ello debe presentar este lunes al término de su comparecencia ante la XV Legislatura su renuncia, en disculpa a Quintana Roo y al gobernador Carlos Joaquín.

¿Qué dirían los que fundaron esta tierra? ¿Qué pensarían los que construyeron Quintana Roo? Qué pena no escribir sobre la celebración de Quintana Roo. COMO DIJERA LA TIA JOVITA: Para Vergüenzas no gana uno.