De guayabera, bien vestido, bien peinado y con mucha simpatía apareció ante las cámaras de una de las televisoras más importantes de habla hispana en Estados Unidos el niño de moda en Quintana Roo, Jacinto Noh Tun.

Desde su participación en el parlamento infantil el pasado mes de abril ante la tribuna más importante del Estado, el niño Jacinto de la comunidad de Xcabil, municipio de José María Morelos volteó las miradas hacia su persona.

El discurso sobre la corrupción hizo a Jacinto merecedor del reconocimiento no solo de los quintanarroenses, sino de mexicanos y todo aquel que se identificó con sus palabras, en un video viralizado en las redes sociales.

Hasta aquí todo va bien, un niño estudiante que cuenta con facilidad de palabra y a través de la oratoria se aprendiera un discurso y lo repitiera con destreza, en un español no perfecto ya que su lengua materna es la Maya.

Sin embargo las palabras que nutrieron el discurso despertaron la inquietud; sin dudar de la capacidad del niño Jacinto para la oratoria o el pleno conocimiento de que es la corrupción, el texto mostró mano ajena en su redacción.

 Jacinto Noh Tun se presentó hace unos días en el programa de “Don Francisco”, presuntamente por invitación de la producción del conductor más veterano de habla hispana, quienes corrieron con todos los gastos para Jacinto y su familia.

 Durante la visita de Andrés Manuel López Obrador a Cancún también estuvo Jacinto quien fue uno de los principales –activos populistas- del evento político.

 Cuánta consideración hacia Jacinto por ser el invitado especial en eventos, programas de televisión y todo aquel espacio que represente ganancias económicas o políticas.

Quién o quiénes están detrás del manejo de Jacinto, que no le dan trato digno, que no respetan su indumentaria y la etiquetan de suvenir maya como figura de barro que se vende a las afueras de las zonas arqueológicas a los turistas.

 Quién o quiénes se aprovechan de las necesidades de una familia y de sorprenderlos con vivencias que tal vez ni siquiera soñaron, no es válido que se lucre con el pensamiento e inocencia de un pequeño, aquí lo interesante es ver de quién es la mano que mece la cuna.

Porque en el caso de Jacinto hasta el vivales de Carlos Mimenza en sus disparatadas apariciones en las redes quiso presumir a Jacinto como ahijado.

¡PARE AMABLE LECTOR! Antes de juzgar estas palabras, reflexione sobre el tema.

Efectivamente el programa “Don Francisco” es popular, sin embargo el conductor suele utilizar el drama y la denigración para hacer cómico el contenido,  espacio  idóneo para la farándula, algo así “del nivel” de Laura en América.

Están lucrando con la inocencia de un niño, de su familia, aprovechándose de las condiciones en las que vive, minimizan el respeto de la gente de la zona maya, los auténticos dueños de las tierras en que habitamos. 

 Qué agradable y orgulloso sería tener referencia que Jacinto participó en algún foro de la UNICEF, en espacios televisivos de la UNAM, IPN, canal 22 o bien incluso en la cadena Univisión donde asistió, pero en otro tipo de segmentos.

El tema mediático que resulta ser JACINTO y la forma en que lo conducen en nada aporta al desarrollo académico, social ni económico del niño orador, su familia y comunidad.

Qué satisfactorio debe ser para la familia NOH TUN viajar, conocer lugares y personalidades, pero al término de ellas regresan a la realidad, su realidad.

Ninguna autoridad y organización está a la vista que en realidad pudieran incidir en mejorar las oportunidades de Jacinto y de muchos niños con talento.

 Y subrayo, no le quitamos el mérito de lo hecho por este niño de 12 años, ¿pero después de eso qué queda? Jacinto no merece ser víctima de las redes sociales que hoy te hacen y mañana te olvidan cuando surja otro JACINTO, otro niño de las empanadas, otro lady y lord.

El ser heredero de la cultura maya, coloca a Jacinto en otro sitio, lo cual no da para ser el adornito o suvenir de quien sabe quien, más allá de ser parte de un show ahora el de Don Francisco, habría que ver quién o quiénes han apostado por el futuro del jovencito, con una beca, con apoyos para el desarrollo de la educación de su familia, situaciones que sean herramientas para el futuro, no exhibiciones de a ratitos que en lo posterior nada dejen al pequeño orador.

 LO QUE LAS COPETUDAS CUENTAN

 

Como cada 25 de mes se hace un manifiesto en defensa de los derechos a las mujeres y niñas y en la lucha contra cualquier tipo de violencia.

 Para ello se hace un distintivo como lo es el vestir de color naranja; algunas dependencias de gobierno han implementado que trabajadoras y trabajadores en general porten el color como muestra del compromiso con la erradicación a la violencia.

 Qué contradictorio resulta cuando estas disposiciones que instruye una mujer, una luchadora feminista no las aplique en beneficio de su personal los días anteriores o subsecuentes al 25.

El liderazgo consiste en aplicar lo promovido desde casa, con el ejemplo; sin embargo las intrigas y el sabotaje delatan la presencia de un abusador o abusadora laboral que violenta el ambiente tendiendo trampas a cada paso de quienes creen son los enemigos.

 Las estadísticas, definen a los hombres como los más abusadores, sin distinción de género, en cambio las mujeres prefieren hacer tropezar a las de su mismo sexo.

Esquivar la desigualdad con base en estereotipos y revanchas ajenas, resulta inoperante. Eso sí, a tempranita hora la selfie como una comunidad sana, profesional y equitativa no se hará esperar, como dijera la TIA JOVITA: “Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces”.