Hablar sobre los toros es un tema complicado debido a que crea mucha polémica. Por un lado, los amantes del mundo taurino, podrían decir miles de argumentos a favor de las corridas, pero quizá es difícil ser objetivo y  expresar puntos en contra, cuando te dedicas a este mundo de los toros y tus ingresos vienen directamente de esta práctica.  Aunque también es complicado intentar entender los puntos supuestamente positivos de las corridas cuando estás totalmente en desacuerdo con cualquier tipo de maltrato animal.

A pesar de que existen  muchas opiniones respecto al tema, tendríamos que aclarar que la fiesta brava consiste en matar un animal enfrente de todos, como si se trata de una celebración o un juego. Si tuviéramos  un poco de empatía  con el animal, podríamos entender que el dolor que siente, no se podría poner en tela de juicio, si se hace por cultura, tradición o arte. Porque el dolor, al final de cuentas es dolor, sin importar ningún argumento que nadie haga.

Respecto a los que alegan sobre lo incorrecto que sería quitar una tradición del país, podríamos preguntarles  ¿Está mal que se haya quitado la esclavitud?, también formaba parte de la tradición y la cultura, y no por eso tienen que seguir siendo parte de la historia de la humanidad.

En relación a que si no existen las corridas de toros la especie de toro bravo se extinguirá, tendríamos que hacer un análisis sobre qué es más importante seguir matando y lacerando los derechos de los animales enfrente de una multitud que festeja el triunfo de la  muerte, mientras se encuentra protegida con una valla; o que haya menos ejemplares que simplemente  adornen y pertenezcan al ecosistema, como debería de suceder.

La muerte de estos animales es injusta porque no estamos hablando de una lucha entre dos seres vivos en las mismas circunstancias y  con las mismas probabilidades de ganar, es decir, al toro antes de salir a la corrida, le liman o cortan los cuernos, colocan vaselina en sus ojos para nublar la visión, lo dejan horas encerrado en un lugar pequeño para que al salir a la luz con gritos y ruido, se estrese y ¨actúe¨ su mejor papel. En ocasiones también les colocan una sustancia que le hace que le ardan sus patas para que se mueva de manera excitante. Entonces, ¿dónde está el arte? ¿Dónde está el respeto por los animales? ¿Dónde está la cultura? y por último ¿Por qué seguimos acudiendo a espectáculos que han normalizado la violencia y la muerte e incluso, han hecho un negocio de ello?

Es cierto, que la corrida de toros atrae a miles de turistas ha dicho espectáculo, pero pensar que si se quita este tipo de espectáculo, acabará con el turismo, es menospreciar tu verdadera historia, cultura y arte de tu país. Es decir, cualquier lugar, vale mucho más por sus legados, por sus antepasados, por su historia, que por un evento que engrandece al ser humano y humilla a los animales.

Tal vez es contradictorio quejarte de la violencia, de la poca empatía de los seres humanos, cuando acudes o promocionas las visitas a este tipo de lugares donde lo único que se hace, es aprovecharse de un animal que su verdadera esencia no es ser agresivo ni lastimar sino solo huir y defenderse de la amenaza externa.

Probablemente a los amantes del mundo taurino, ningún argumento los convenza pero la realidad nos guste o no, independientemente del dinero o los turistas que atraiga dicho espectáculo, la corrida de toros es la celebración y el maltrato de un animal en público.