En días pasados se suscitó un hecho que sin duda nos enciende una alerta roja. El hijo de Francisco Domínguez, candidato por el PAN a la gubernatura por Querétaro, se lió a golpes con otro joven en una fiesta, los sacaron del lugar, lejos de terminar las cosas en una disculpa por escandalizar y retirar al Jr. Domínguez los "guaruras" del mismo le propinaron una golpiza al otro joven ya estando en la calle.
¿Qué hizo Pancho Domínguez al respecto? ¡Minimizar! Es un lío de chamacos, aseguró. Si es un lío de chamacos... ¿Por qué entonces los "guaruras" intervinieron? No lo hicieron para separarlos y pedirles que limaran sus diferencias dialogando, mucho menos que estrecharan la mano y dijeran "ahí muere" ¡No señores! Los "guaruras" terminaron golpeando al otro joven.
Minimizar actitudes violentas y prepotentes como lo sucedido con el hijo del candidato a la gubernatura de Querétaro por el PAN, no solo es indignante, también es preocupante, ya que nos habla de la clase de persona que es, de la educación que como padre da a sus hijos, de lo que podría suceder con Querétaro en el supuesto caso que llegara a gobernar.
Los queretanos no están interesados en tener un gobernante prepotente, que soluciona a golpes los problemas o en su defecto lo hagan sus "guaruras", esa figura que hoy representa la agresión, hostilidad, temor, preocupación y que risiblemente es la encargada de dar seguridad a quien les contrata, prácticamente son sinónimo de inseguridad y desconfianza absoluta. Mucho menos tienen interés en lidiar con ?juniors? desbocados carentes de valores y educación, el Estado requiere de todo el compromiso y disciplina en sus gobernantes, no se pueden estar desviando recursos y atención cuidando ?juniors?, cuya educación y comportamiento es responsabilidad total absoluta de sus padres, no de sus "guaruras".
La sociedad en general ya vivimos en un estado de descomposición avanzada, como para tener que tolerar a las familias de los gobernantes o candidatos, parece que no les queda claro que votamos por una persona, no por una pareja, familia o grupo, los trapos sucios se lavan en casa señores y señoras y por más que intenten disfrazar la verdad de quién y cómo son, cuando las familias no están integradas tarde o temprano se hace evidente. Es justamente en el seno familiar donde se educa y se inculcan los valores esenciales para definir lo que seremos como seres humanos y ciudadanos.
Se hace necesario e indispensable considerar y observar en muchos sentidos a quienes hoy nos pretender gobernar, ya que al final de cuentas y aunque en la boleta el próximo 7de junio las familias no cuentan, sí tendremos que padecerlas hasta la próxima elección, recuerda: Si no votas, no te quejes.
Laura Tamés V.
@LauraTames