Cleopatra Filópator Nea Thea, mejor conocida como Cleopatra Vll, es considerada como la primera celebridad del mundo, en el sentido que se le da hoy a la palabra, con sus debidas proporciones de categorías históricas distintas. Lo cierto es que fue pionera en maquillaje, perfumes, y cosmetología; hasta la fecha se habla de ella. Plutarco decía que no era tan hermosa como encantadora, es decir, hablaba más de su personalidad atractiva, inteligencia y modales refinados que de su belleza física. Siglos pasan y su legado continúa hasta hoy. ¿Su secreto? Estoy convencido que fue la seguridad en si misma.
Citar a Cleopatra como una referencia de la moda es una exquisita exageración, pero tiene un poderoso núcleo de verdad, desde la moda como símbolo de poder y posición. Al mismo tiempo, adentrarse a su legado con delicadeza nos sumerge en un mosaico vivencial, que va mucho más allá del de la reina ambiciosa cuyas apariciones públicas eran todo un espectáculo (aunque también esto es verdad); nos lleva por su vida diplomática y política de pasillos, de brillante intriga y manipulación. Todas las facetas de la reina se auxiliaban de una manera muy especìfica de vestirse y adornarse, pues en cada prenda y accesorio había un valor comunicativo, un decir sin decir.
Ya hemos hablado en otras ocasiones sobre lo que comunica nuestra ropa, el efecto y la importancia que esta tiene sobre los demás, las combinaciones que elegimos, las texturas, los accesorios, complementos y el lenguaje que en estos imperan.
¿Cuántas veces que se han parado frente a su armario y preguntado a ustedes mismos si no hay nada que realmente puedan usar para esa ocasión particular, revolviendo toda la ropa que compraron entusiasmados porque estaba de oferta, y sin embargo, entre tantas prendas, descubren que no hay algo que realmente les guste, por haber hecho una mala elección en colores, o porque son prendas que no se adaptan a la forma ni complexión de nuestro cuerpo, ya que todos somos únicos y distintos? La naturaleza no crea seres S, M y L. Eso lo hacen las tiendas, y casi siempre de manera imprecisa.
Al final, ¿Cómo podemos hacer una buena elección de nuestras prendas?
Una buena toma de decisiones al adquirir nuestra ropa empieza por ser honestos con nosotros mismos y vernos como realmente somos, (por ejemplo, usualmente, a las pieles morenas no les van los colores café al menos que sea en la parte inferior de nuestro cuerpo como faldas o pantalones, y la parte superior quizá combinaciones en verde o rosa). En un segundo momento, eliminar prejuicios que no resisten la menor prueba empírica, como elegir todo en color negro con el pretexto de no errar, y porque nos hace lucir más delgados, o porque a alguien se le ocurrió decir que es un color básico (las tres cosas son falsas, no lo hagan, y mejor que básicos, podemos jugar a ser extraordinarios si sabemos lo que estamos haciendo). Naturalmente también dependemos de nuestra complexión, nuestro estilo de vida, dónde y con quién nos relacionamos, porque nuestra imagen es una herramienta para predisponer a las personas a nuestro favor, o en nuestra contra. No debemos ser superfluos, pero si no sabemos jugar el juego de la imagen, otros subirán más alto y más rápido que nosotros. Mejor aprendamos esa destreza en el vestir, es como cualquier otra.
¿La ropa y nuestro arreglo personal nos ayuda a tener seguridad? La respuesta es sí ,nos da excelentes resultados, nos da soporte, respaldo, elocuencia y sin duda alguna es el reflejo de cómo nos percibimos a nosotros mismos. Ahora bien, no toda la ropa y la moda poseen riqueza artística, hay ropa que cumple un objetivo meramente funcional y cuya elección en aquellos momentos de nuestro tiempo que estemos más relajados. Ahí también debemos cuidar una relación, la que tenemos con nosotros mismos. Si nuestro arreglo y pulcritud se cultiva en todos los momentos, se convertirá en una segunda naturaleza para nosotros, como cualquier buen hábito.
Una de las colecciones mas significativas en mi carrera como diseñador de modas, fue el haber realizado una colección en la vida épica de Cleopatra, (sin olvidar de que era Griega y no Egipcia), tratando de transmitir que que fue una reina cautivadora, y que quizá ella misma se sabía que no era tan hermosa pero que sacaba partido a cultivar su gran personalidad y como referencia recuerdo haber utilizado en dicha colección los colores preferidos e impuestos por ella en aquella época colores que hablan por sí mismos, colores que van desde el blanco pasando por los grises y culminando en todas las tonalidades de violetas, colores que sabiéndolos combinar se puede lograr un gran resultado. Una investigación de una fascinante, imponente y enigmática mujer si, y al mismo tiempo, un análisis de cómo la moda, el arreglo personal e inteligencia no están peleadas en una guerra campal por ganar protagonismo; al contrario, se encuentran en un vértice ,punto clave que invita a seguir pensando la moda.