Sí pensaron que los saldos negativos que arrojaron las encuestas para seleccionar los perfiles en las entidades habían terminado, la pugna comienza a encontrar un nuevo campo de batalla entre estirones y jaloneos por los distritos en disputa, así como los ayuntamientos que están en puerta y en donde han señalado un posible cacicazgo e influyentismo en el reparto de la coalición a través de la intrincada transparencia.
A pesar de que existe un acuerdo nacional de las dirigencia de los partidos de Morena, PT y PVEM, hay señales de fracturas inminentes. Aunque en distintos lados se consolida, en otros se mina el encono y la polarización que se encargó ya de fracturar los convenios en distintas entidades. De hecho, esos signos brotaron cuando se promovieron algunos dictámenes desde el legislativo en la que varios liderazgos petistas estuvieron a punto de frenar las iniciativas del propio presidente Obrador.
Esa premisa fue criticada por los legisladores de Morena que acusaron de oportunismo político después de haber construido una idea sólida desde la elección del 2018.
Por ello, resulta que en algunas entidades las dirigencia estatales refutan la idea de ir juntos en el proceso del 2021. Argumentan que, más allá del tema de unificar propuestas, existe la intención del PT de apoderarse de espacios y candidaturas de elección sin tomar en cuenta a la militancia de los partidos; así nada más, el Partido del Trabajo trata de utilizar y sacar provecho de la coalición para imponer condiciones, acusaron.
Justamente ese ha sido el tema que ha traído discordia entre ambos partidos. Las discrepancias aumentan y lejos de sumar han provocado una división que, de por sí, comenzó a capitalizar descontento en algunas entidades en la que se tomaron malas decisiones de parte del CEN de Morena. Sin embargo, los factores que pueden motivar una cancelación de la coalición en algunos territorios siguen latentes ya que el pretexto de ser una sola expresión ha dado la pauta donde transcurrió que, la posibilidad de contar con el PT, es realmente innecesaria.
Eso propició que varios comités estatales dieran su posicionamiento al respecto. No están de acuerdo con la forma en que el PT pretende tomar mano de los espacios. Así lo han hecho en algunos municipios y estados del país donde los comisionados ya operan estrategias de cara al próximo proceso. Por esa razón, se comenzó a sentir la presión en respuesta al pronunciamiento anticipado que, por obvias razones, indignó a la militancia del partido guinda.
En contestación se comenzó a generar un conflicto. Más allá de ser una coalición que suma votos, porcentualmente no constituye una diferencia abrumadora; la gran parte de porcentaje de intención del voto lo sigue jalando el presidente, eso es un hecho. Sin embargo, no le interesa en lo más mínimo al PT porque los cuadros o los comisionados especiales para signar los acuerdos, rompen todo el esquema democrático y pretenden de manera inusual dar manotazos sobre la mesa.
Es estas condiciones se está estructurando un acuerdo. Es muy difícil que los espacios sean consensuados o votados en algún ejercicio democrático; entre las cúpulas se han venido tomando acuerdos que contaminan el cambio electoral y habla muy mal de los mecanismos que se suponen deben ser plurales.
Ante ello, se prevé que el rompimiento en varios territorios sea inminente. Hay resistencia de algunos cuadros de Morena que insisten en no ceder un terreno que ellos dicen han ganado; asimismo, si se toman acuerdos arbitrarios, se garantizarán rupturas que aparentemente ya dieron su primeras señales.
El PT vendió muy caro su amor. Morena más allá de sumar, resta; no se ponen de acuerdo y hay estrategias para imponer candidatos según la lectura de muchos territorios donde indudablemente existe la molestia.
Notas finales
Circuló una encuesta del INDES que corresponde a un sondeo levantado el 30 de diciembre del 2020. Eso, sólo ratificó que desde la Comisión Nacional de Encuestas se tejió una conspiración plenamente predeterminada para favorecer al precandidato de Morena en Michoacán. Asimismo, se constató que se entregó un abanderamiento inmerecido que terminará por postrar sus aspiraciones porque no cuaja ni termina por legitimar una victoria dudosa. Aunque muchos quieran dar vuelta a la página, es impensable no recordar que, puntero, siempre existió pero fue relegado a fin de avalar una imposición que le costará la gubernatura a Morena y que prácticamente tuvo en la bolsa. La dejó ir, estaba cantada.