Alrededor de todo este tema de la “victoria” de Donald Trump en el reciente proceso electoral allá en Estados Unidos de América y el peor de los escenarios que se nos presenta (no obstante, en esta realidad hay una oportunidad de oro), la actitud de “cautela” que ha adoptado el gobierno mexicano es condenada por todos y lo único que va a generar es mayor malestar.

Ya otros columnistas o comentócratas han hecho hincapié en que ahora más que nunca aquella decisión haber invitado a Donald Trump en campaña a nuestro país NO tuvo que ver como detalle principal en su “victoria” dentro de la contienda electoral, pero SI fue un ingrediente que cobró factura al final y desembocó en el gane, PRIMORDIALMENTE, por cómo lo escribí en su momento, Hillary Clinton no vino a reivindicar la imagen de Enrique Peña Nieto y hacer más evidente aún que sí se había provocado un incidente internacional.

Estoy totalmente seguro que usted amig@ recuerda perfectamente aquel momento. Esa “brillante idea” de haber invitado a Trump le cobró factura brutal al presidente de México, TOD@S hasta sus más incondicionales fans (por escribir lo menos) le voltearon la espalda y lo condenaron furiosamente, no fue así en este y algún otro espacio. Escribía en aquel momento que no se estaba dimensionando correctamente lo que sucedió, que de manejarse de otra forma lo ocurrido, se podría salvar la trágica coyuntura, no por defender al presidente, sino por no engrandecer más la figura de Trump, por no caldear más los ánimos al interior de México.

Se optó entonces por revelar que la “brillante idea” la tomó el ex Secretario de Hacienda Luis Videgaray y le costó, “supuestamente”, el cargo. En este espacio se mencionó que esa “IDEA” no se le había ocurrido al gobierno federal, e incluso hasta hice claro que esa “brillante idea” se había pedido ser montada, lo que no era evidente es: ¿de dónde venía tal ocurrencia? Hoy sabemos su origen. No obstante es innegable el mortal efecto de dicho evento, se sigue insistiendo que “se tuvo algo de razón” al invitar a Trump. Falso de toda falsedad. Se atentó (y se sigue) contra una de las máximas de la política expresadas por Nicolás Maquiavelo en su obra el Príncipe, y que radica en no invitar a otro Príncipe a tu reino porque te va a comer el mandado.

En el grueso de la sociedad de consumo mexicana, ahora más que nunca dicha acción y sus consecuencias se interpretan como que ya había un acuerdo del ex Secretario de Hacienda (más por su cercanía con la familia de Donald Trump) y luego entonces con el Gobierno Federal, y eso no le ayuda en NADA a la imagen presidencial y mucho menos, como quedará claro, a los intereses de este país, ese incidente y su interpretación hacen INVIABLE la designación de Luis Videgaray como Secretario de Relaciones Exteriores. CUIDADO, de seguir alimentando esa “ocurrencia” y línea de acción, el Presidente de la República se va a enfrentar a la furia de los mexicanos una vez más y con mayores consecuencias.

Un prudente ejemplo para ilustrar lo que pasa alrededor de esto de lo que escribo. Cuando el presidente Barack Obama andaba en campaña electoral, se les ocurrió a él o a sus asesores, o a tod@s los involucrados, ir a dar un discurso a la puerta de Brandemburgo en Alemania, para con ello reafirmar la imagen del “nuevo Kennedy”, para también cerrar aún más las relaciones con el país germano y su incondicional amiga Ángela Merkel. ¿Qué pasó? La Canciller alemana dijo: nain, nain, nain, o sea, nanais. ¿Por qué si eran y son amigos y aliados incondicionales? Obvio, porque la canciller teutona no necesitaba en su país otro “príncipe alemán”, sin mencionar y tratar de dejar de lado el tema RACIAL. De forma fundamental, si se hubiera concretado tal acción eso habría sido el fin de la relación y la alianza con Barack Obama y los Estados Unidos para Alemania y Ángela Merkel.

Por apelar a la “prudencia”, a la “cautela”, a la “amistad” y a los acuerdos en lo “oscurito”, nada claros, nada transparentes, se está originando un vacío que está lleno de protagonismo y de errores que solo agravan más la situación. El lunes le escuché al profe Jorge Castañeda una idea, una línea de acción EFECTIVA para contrarrestar o entorpecer al máximo la próxima deportación masiva de nuestros paisanos que trabajan allá en los Estados Unidos. Esa idea radica en que a la hora que se nos entregue a uno o más indocumentados, corra para los Estados Unidos la carga de la prueba de que efectivamente se trata de un mexicano a quien se regresa y no a otra persona con distinta nacionalidad.

Ayer, desgraciadamente, la Secretaria de Relaciones Exteriores, Claudia Ruiz Massieu ya dinamitó (eso no se vale, eso no se hace) dicha idea del profe Castañeda al anunciar las líneas de acción de dicha Secretaria de Estado. ¿Ya se dio cuenta de ello el Presidente de la República? Una vez más los saboteó como ya lo ha dejado claro en otras ocasiones en sus columnas Don Manuel Díaz aquí en SDP Noticias. Hay un vacio muy grande.

Como ya mencioné, Hillary Clinton no supo en su momento atacar la ofensiva de Trump al haber concretado una visita a México con el ex Secretario Luis Videgaray, lo mejor era haber venido a reconstruir el lazo de amistad, a tratar de subsanar el “incidente internacional” que se originó y dejar claro que el enemigo de este país era Donald Trump. Por el contrario se optó por quejarse y pedir la cabeza de Videgaray (o eso se supone), además de hacer más grandes las migas y las alianzas con otro rival del actual

Presidente de México y su grupo: Margarita Zavala.

Así las cosas Margarita se fue a la campaña de Clinton a cerrar filas y establecer “acuerdos”, ¿sería muy interesante conocerlos?, hoy sabemos que uno de esos acuerdos fue el apoyo incondicional de su grupo político convertido en cual porra de equipo mexicano en estadio de futbol presumiendo orgullosamente las camisetas de Clinton para la foto del recuerdo. Patético. ¿A qué otros acuerdos llegó Margarita y por ende Felipe con la hoy derrotada Hillary?

Decía al inicio de esta semana el golpeado y aparentemente abandonado líder nacional del PAN, Ricardo Anaya, que el gobierno mexicano debía de fijar una postura clara, firme y una línea de acción en relación al tema que nos ocupa en esta coincidencia. Cierto pero falso. No “joven” Anaya, la postura y la línea de acción deben emerger de un acuerdo entre todas las fuerzas políticas, incluido el gobierno mexicano y los sectores productivos de este país, para salir fortalecidos, unidos, en bloque y afrontar la adversidad, seguir aventándose la pelotita nos deja en desventaja, sin posiciones que poder “negociar” y con ello DEFENDER la dignidad de los mexicanos y el comercio de este país.

Ni qué decir del Pejito. Esta más que claro porque así lo han exhibido un sin número de comentócratas y columnistas, incluso los identificados como sus aliados, que el connotado y célebre Marcelo Ebrard está operando su campaña y luego entonces sus intereses, en el país vecino del norte, haciéndose de allegados y simpatizantes entre la comunidad de paisanos que ardua y diariamente laboran harto en los U.S.A. ¿Sería más que sano e interesante saber cuáles son los acuerdos a los que Ebrard y luego entonces el Pejito están llegando con uno de los consentidos e incondicionales de Donald Trump, el simpático y carismático Rudolph Giuliani?

¿O se va a negar la profunda relación entre el Pejito, Marcelo y Giuliani? Es de vital importancia que nos informen de cuáles son los avances de dichas alianzas y de dichos acuerdos para saber a qué nos vamos a atener los mexicanos. No vaya resultar como lo que pasó con la relación entre el Pejito y Slim. Toda la década de los noventa del siglo pasado se la pasaron vociferando distintos actores que Carlos Slim era el prestanombres de Carlos Salinas de Gortari. Cuando el Pejito llegó a la Jefatura de Gobierno de esta CDMX desayunaban todos los días, hoy sabemos que buena parte de los edificios del Centro Histórico son propiedad del ingeniero Slim.

Si no se cierran filas y se convoca a un acuerdo nacional en lo que concierne al problema que enfrentamos con Donald Trump, incluso antes de conformar un grupo de expertos negociadores, entonces cada quién va a seguir jalando el zarape de su lado, el trapito ya está muy luido y esta vez no va a aguantar. Lo que está en juego son muchas vidas humanas, el destino de sus familias y por ende de este país. Se notan muchos acuerdos que por la gravedad del problema tienen que ser claros, muy transparentes y deben sumar la voluntad y el sentimiento del pueblo mexicano para afrontar la adversidad UNIDOS.

¡Qué coincidencias! Un acuerdo entre TOD@S para afrontar la realidad actual y el tema específico de nuestra relación con Estados Unidos y Donald Trump es también una oportunidad para restar a la profunda crisis de credibilidad por la que atravesamos, crisis a la que acaban de entrar los U.S.A, pero ese, ese ya es otro tema… esta historia continuará