En esta semana que concluye varios integrantes del gabinete del gobierno de Quintana Roo fueron llamados a comparecer por diputados integrantes de distintas Comisiones que conforman la XV Legislatura, en teoría para transparentar, explicar y detallar lo hecho en un año de encomienda gubernamental.

 Esta “rendición de cuentas” está centrada principalmente en el ejercicio de áreas torales como la educación, salud, seguridad, economía y todo aquel rubro donde huela a dinero y manejo de recursos.

 En las comparecencias hemos visto de todo, desde el servilismo de diputados como Eduardo Martínez Arcila, quien solo felicita y se desvive en halagos, otros que solo toman la palabra porque quieren hacer uso para no olvidar que están ahí como José Esquivel Vargas.

 Algunos más que cuestionan sin formular bien la pregunta como Candelaria Ayuso Achach y también quien cuestiona con sustento y sin titubeos como Alberto Vado Morales.

 Lo único positivo de estas comparecencias en relación a resultados del primer año de gobierno es que sean públicas y transmitidas a través de las redes sociales; que los ciudadanos puedan ser testigos visuales y oyentes de la rendición de cuentas, de la capacidad de los funcionarios públicos y la postura que tienen los representantes populares.

 Pero lo cierto es que no sirven para nada las comparecencias, no se obtienen conclusiones, nadie intenta solucionar el problema, no se exige cumplimiento, en el limbo queda que los diputados se pongan agresivos o preparen a detalle sus intervenciones.

 Lo único positivo insisto, es que sean públicas, es así como el ciudadano si solucionará y exigirá después de la exhibida a la que todos en conjunto fueron sometidos. Porque ahí en la sala de comisiones el personaje llamado a comparecer se talla los ojos, toma agua y se va diciendo “hasta la próxima” en tanto los legisladores quedan luciditos y contentos.

Aquel servilismo que tanto criticaron quienes conforman en la XV Legislatura de la dupla PAN-PRD son parte de ella, con el detalle que es mejorada y nivelada, pues el alumno supera al maestro.

 De estas –comparecencias- solo obtendrán los partidos políticos acuerdos con fines electorales a las próximas elecciones de 2018, siendo un formato de promoción, lejanas de ser un ejercicio democrático y de soluciones.

 Ejercicios vacíos, que no perjudica pero tampoco beneficia en el quehacer del servicio público, largas jornadas que terminan siendo pérdida de tiempo sin retroalimentación

 EN EL OJO DEL HURACAN

Si usted aún tenía la duda que las campañas sirven para únicamente emitir bonitos discursos y encantadoras promesas pero sin cumplirse, que funcionan para tener verbo con que conquistar a los ciudadanos y estos caigan redonditos con el voto.

 Pues tiene razón, se habla por hablar, se oferta todo lo que se ocurra sin pensar si estas tienen sentido o no, posibilidad y ejecución, al menos eso es lo que pronunció el diputado José Esquivel Vargas del Partido de la Revolución Democrática.

 A los votantes de Felipe Carrillo Puerto, aquellos que lo eligieron como legislador, los han engañado y si tiene duda hago textual sus palabras, mismas que se encuentran en redes sociales durante la comparecencia del Oficial Mayor de Gobierno, Manuel Alamilla Ceballos el miércoles pasado.

 “Quiero recalcar algo que es importante porque me tocó vivirlo en campaña sobre lo que se dice en campaña, pero, No solo porque se diga en campaña se va a hacer, porque si no tiene chiste aunque lo digamos en campaña, no debemos hacerlo, verdad” (sic).

 Así pues el diputado conocido por amedrentar reporteros y viajar por el mundo, nos revela en sus palabras que es un hipócrita electoral, ya que se quitó la careta de que en campaña las cosas son de un modo y en la realidad funcionan de otro.

 Si algún día soñó con reelegirse o peor aún si tiene el sueño guajiro de ser candidato a presidente municipal de Carrillo Puerto, sus mentiras lo llevarán al rechazo popular.

LO QUE LAS COPETUDAS CUENTAN.

De mal gusto y penoso haya personajes que se digan cercanos y además operadores del Gobernador del Estado, Carlos Joaquín González y sean quienes lo dejen mal entre los ciudadanos.

 Tal es el caso de Manuel Alcérreca Manzanero, aquel sujeto que el día de las elecciones el 5 junio de 2016 sacara un arma de fuego a las afueras de una casilla en Chetumal. En su momento se pensó se trataba de una confusión  pero al pasar del tiempo ha dejado muestras de ser una persona agresiva.

 En días pasados en el argot publicitario del primer informe de Carlos Joaquín González, en redes sociales circularon videos informando lo hecho por la presente administración.

 Como es natural, usuarios de Facebook hicieron comentarios, algunos negativos otros más positivos, agresivos y otros con hartas felicitaciones como suele suceder en redes sociales.

 Este personaje, Jesús Manuel Alcérreca Manzanero, se dedicó a responder a todos y cada uno de los comentarios hechos, obviamente si estos no eran de su agrado al hacer alguna observación al gobernador.

 Términos como “sigue ladrando, imbécil vendido” y varios adjetivos más han sido las respuestas de quien se dice cercano a un gobernador, un mandatario que ha pronunciado ser tolerante y respetuoso de la libertad de expresión.

 Manuel Alcérreca Manzanero es uno de los tantos incrustados que dañan el buen gobierno, que manchan la palabra –cambio- que laceran y llevan a lo más bajo los objetivos dispuestos para Quintana Roo.

No se les olvide que en la pasada administración, esa que tanto critican por la represión, hostigamiento y ofensas, hubo un bufón cibernético, payaso y provocador de las redes, que acabó jurídicamente ofreciendo disculpas públicas a otro extinto mamarracho. Que por cierto al día de hoy ni uno ni otro existen. COMO DIJERA LA TIA JOVITA : “Perro que ladra no muerde”.