Por años los poderes fácticos en México han caído en una serie de complicidades donde uno a otro se legitiman. El amasiato entre la iglesia católica y la televisión son claro ejemplo de ello.
¿Cuándo fue la última vez que escuchamos en algún noticiero de Televisa una crítica abierta a la iglesia católica? ¿Recuerdas a López-Dóriga hablando en algún momento sobre casos de pederastia? ¿O a Zabludovsky dando cobertura a partidarios de la diversidad sexual?
Por años, la hegemonía informativa de Televisa ha servido o para ocultar los escándalos que ponen a la iglesia en el ojo del huracán o para respaldar y promover abiertamente su credo. Cada año son esperadas las transmisiones en vivo del cumpleaños de la virgen morena y la cobertura completa de las visitas del papa, donde en ambos eventos son protagonistas actores y periodistas del excanal de las estrellas.
Hoy esa tradición parece haber acabado.
Esta noche, en el nuevo noticiero de Denise Maerker -que entró en sustitución del de López Doriga- se discutió abiertamente sobre la disputa entre la iglesia católica y la comunidad LGBT en torno a la iniciativa presidencial del reconocimiento al matrimonio igualitario.
El especialista traído a la mesa en el noticiero estelar de Televisa, fue un sociólogo experto en religión, Bernardo Barranco, quién no se limitó a manifestarse a favor der los derechos gays, sino que lanzó una voz de alarma, con justificada razón, por el “despertar a la bestia de la ultraderecha mexicana”.
El comentario de Denise fue en el mismo tenor, crítico hacia la postura de la iglesia católica: “Hay un elemento intolerante respecto a las elecciones por los demás”. Al mismo tiempo defendió que las elección de parejas del mismo sexo por unirse en matrimonio, no ponen en riesgo a la familia tradicional ni a la fe de otros.
A la defensa de la libertad de elección, la periodista añadió: “Lo que ellos quieren [el clero] es que esos sean la única familia posible. Es una visión de imponer sus puntos de vista sobre los demás”.
Hay en los comentarios de Maerker un tono distinto a la manera en cómo López-Dóriga ofrecía las noticias. Maerker se posiciona, opina, desmenuza la realidad, y al hacerlo parece distanciarse del oficialismo de Televisa que ofrecía igual reverencia a los dos rostros del Leviatán: el Estado y la iglesia.
Puede ser solo un guiño alentador, pero la crítica a la iglesia en el noticiero de hoy, parece dar muestras de cambio en la televisora de Chapultepec.