Bruselas. Dos mujeres que habían conquistado con su talento y entereza posiciones máximas en los gobiernos de sus respectivos países y de organismos globales tan poderosos como la OTAN y el FMI, ahora dirigirán el destino de la Unión Europea.
Ellas son Ursula von der Leyen, hasta ahora ministra de Defensa de Alemania, quien presidirá la Comisión Europea y la francesa Christine Lagarde, que dejará la dirección del Fondo Monetario Internacional (FMI) para hacerse cargo del Banco Central Europeo (BCE).
Ambas rompieron una tradición de más de 60 años que limitaba exclusivamente a los hombres esas posiciones, pero cuyo desempeño y corrupción a lo largo de la historia, los fue alejando del poder ante la presencia y crítica de las feministas que no solo trabajaron por demandar posiciones de poder, sino que demostraron en todos los órdenes en los que fueron trabajando su eficacia y honestidad, a pesar de la misoginia con las que a muchas acusaron de incapacidad o desinterés “por su vocación maternal”, aunque muchas no tuvieran hijos.
Pero todavía más: dieron un impulso inimaginable a la presencia de la mujer en la vida pública. Un gran logro para el feminismo.
La tarea de cada una es muy compleja y de ellas dependerá en buena medida el desempeño económico y político global.
No estarán en sus cargos el mismo tiempo. La alemana Von ser Leyen presidirá durante 5 años y podrá reelegirse. Sin embargo, Lagarde sólo permanecerá al frente del Banco Central Europeo por 8 años, sin posibilidad de repetir.
Ellas serán responsables de lo que suceda en la región, primero con el ‘brexit’ al que deberán enfrentar el 31 de octubre, un día después de que asuman sus cargos, y de inmediato de todos los acontecimientos que se presenten en el resto del mundo.
También tendrán que resolver las tensiones que generan los diversos populismos y las situaciones con los regímenes de ultraderecha.
En Europa hay escepticismo de las acciones de estas dos mujeres frente a Donald Trump y sus manifestaciones por las guerras comerciales, además de los conflictos político-belicosos que ha desencadenado con diversos países asiáticos.
Como garantía para que el desempeño de estas dos mujeres reconstruyan el prestigio de Europa, sus países miembros a través de la UE ha pactado un importante acuerdo económico con los países del Mercosur y con China. A América del Norte (Estados Unidos, México y Canadá) lo han dejado para cuando se resuelva el nuevo tratado que sustituye al TLCAN.
México no se ve entre las prioridades de la nueva etapa de los europeos, aunque prevalecen relaciones bilaterales con varios países, pero sin variaciones relevantes.
La llegada de Von der Leyen y Lagarde A sus cargos no fue sencilla ni inmediata. Pese a varias semanas de discusiones sobre la idoneidad de quiene deberían ocupar esos puestos, se debieron dedicar todavía esta semana tres días más de agrias discusiones a nivel de jefes de Estado y de gobierno para decantarse por ellas.
Ángela Merkel y su fuerza política, respaldada por una Alemania poderosa, junto con las gestiones del presidente Emmanuel Macron de Francia, fueron decisivos par romper con el machismo que marcó durante más de 60 años a la Unión Europea.
Ursula von der Leyen recibió el apoyo de los principales líderes para reemplazar a Jean-Claude Juncker y la francesa Lagarde, primera mujer en dirigir el FMI, se mudará a Frankfurt para reemplazar al desprestigiado Mario Draghi, acusado de corrupción y malas decisiones financieras, para convertirse a ahora también en la primera presidenta del BCE.
Von der Leyen, quien ha estado a cargo de la Defensa de Alemania, es una ginecóloga nacida en Bruselas, hija de un demócrata Cristiano que gobernó la Sajonia, está en la política desde que cumplió 40 años y desde entonces ha forjado una de las imágenes más positivas en su país y de Europa,
A diferencia de Lagarde que es abogada, Von der Leyen es economista y politologa pero también estudió medicina, carrera que le llevó 7 años de estudios.
Con 7 hijos a cuesta, políticamente siguió los pasos de su padre y es militante del partido de centro derecha, del que es una militante muy activa, lo que le valió que Ángela Merkel la llamara en 2005 para encabezar el ministerio de Asuntos de la familia y juventud, en donde se distinguió por buscar que a la mujer se le diera una posición de igualdad en la vida pública, para luego distinguirla como la primera ministra de Defensa en la historia de Alemania.
Por cuanto a la francesa Christine Lagarde, estudió leyes y destacó en su vida política por ser la primera mujer que ocupó el ministerio de finanzas de su país, durante el gobierno de Nicolás Sarkosy, y, más tarde, la dirección del FMI.
A sus 63 años fue una destacada campeona de nado sincronizado de su país , actividad que lleva a cabo todos los días sin descanso, además de que es vegetariana, lo que la mantiene en forma.
Desde 2011 está al frente del Fondo Monetario Internacional y ha resuelto diversas crisis financieras globales como la de Islandia y, en especial, la de Grecia.
Al igual que la alemana, es políticamente conservadora lo que no le ha impedido luchar por la igualdad femenina en todas las actividades, lo que en ocasiones le ha sido criticado.
Este tema, junto con el de la necesidad de combatir la corrupción como un principio estructural con procesos transparentes y medibles, fue uno de los asuntos centrales en su reciente encuentro en México con el presidente López Obrador.
En una publicación reciente del FMI dijo que las mujeres en posiciones relevantes, cuando están bien preparadas favorecen la gobernabilidad y las mejores tomas de decisiones, porque tienen un enfoque de riesgo distinto del de los hombres.
Si bien estas dos mujeres tendrán que ponerse a prueba con el brexit, del que es probable que mantengan una mano muy dura con la Gran Bretaña, tienen el destino de Europa en sus manos, con un poder que ninguna monarca imaginó ni tampoco imaginaron las feministas en el mundo.