(Nota de redacción. Luego de que Olivia López, secretaria de Salud de la Ciudad de México, informara que los médicos de esta capital recetarán Ivermectina —entre otros medicamentos— para luchar con el covid-19, se desató una intensa polémica acerca de la eficacia de tal fármaco para el mencionado propósito. Inclusive la Secretaría de Salud federal descalificó el remedio que se ha popularizado en todo el país y que inclusive prescriben algunos de los profesionales de la medicina más calificados y reconocidos. Por esta razón se pidió a Álvaro '5X' Suarez narrara su experiencia con la Ivermectina, que adquirió por miles para donarla en Nuevo León a personas de escasos recursos que llegaran a su fundación con receta expedida por un médico; tal acción llevó al gobierno estatal a clausurar las instalaciones de la Fundación 5X).
Acerca del autor:<br>Álvaro Suarez '5X' es un emprendedor y activista social. Se desempeña como director general de Grupo Álamo. A la vez, fundador y director de la Fundación 5X, la cual desde el 2006 se ha dedicado a dar servicio comunitario en salud, educación y fomento de valores. Por su labor en pro de la comunidad nuevoleonesa se le han otorgado la Medalla Mérito Cívico y la Presea Nuevo León: Educación y Valores. Es licenciado en derecho y doctor en ciencias políticas. Su expertise en políticas públicas, movilidad, ecología y seguridad pública le han permitido ser autor y coautor de siete libros en estos temas.<br>
Ivermectina. Problema de información
Yo he sido policía federal, a mucha honra. Inclusive, baleado y condecorado. El covid-19 parece un delincuente profesional y avieso en cuanto a que hace sus fechorías a escondidas, en virtual anonimato. Salvo que ya instalado, el covid-19 se vuelve altanero y cínico, porque se deja ver cuando ya contagió a muchas otras personas. Yo me he propuesto combatir a este virus maléfico, un trozo de RNA que usa a las personas para reproducirse, como si fuera un delincuente que corrompe al que se deja. Aquí voy a narrar mi experiencia con el uso de la Ivermectina, cuyo uso para combatir covid-19 ha despertado grandes polémicas.
El reto más grande del covid-19 tiene que ver con manejo de información. El virus se aloja en el cuerpo humano y se esconde. Allí se reproduce millones de veces y después de varios días se empieza a notar a través de diversos síntomas. Para entonces, la persona puede estar ya muy enferma y hasta en peligro de muerte si no se atiende correctamente; o peor aún puede convertirse en una fuente asintomática de contagio. Un enfermo que empieza con algunos síntomas o un asintómatico, pueden contagiar a docenas de personas en una fiesta o reunión. Hay un caso documentado de un enfermo que contagió a cerca de setenta personas en un coro. La demora en la información entre la infección y la manifestación es lo que le ha permitido al covid-19 matar a más de un millón de personas, mientras que el ébola que es más mortal se controla rápidamente.
A través de mi Fundación 5X, hemos ayudado a personas de escasos recursos a conseguir una medicina común —que se ha usado durante muchos años para remediar problemas de parásitos— y que se vendía sin receta, como una línea de defensa contra el terrible y muy contagioso covid-19. Estamos conscientes que la pandemia es principalmente un problema de información y de comunicación efectiva. Por eso es importante narrar lo vivido en relación a la Ivermectina usada para combatir el covid-19.
Gracias en parte a la falta de experiencia de las autoridades y también a lo irrefrenable de las redes sociales y su desinformación esparcida de mala fe, se ha generado un torbellino de noticias contradictorias respecto al forma de combatir el covid-19. Lamentablemente, por demasiado tiempo y antes de que el covid-19 ingresara a México, se dijo que no era tan contagioso en un clima cálido, que pasaría con el verano; o que solo se requería lavarse muy bien las manos frecuentemente y no tocarse el rostro. Después, se dijo que las mascarillas no eran buena idea, y poco después que estas eran indispensables en vez de riesgosas. Para cuando se estabilizó el conocimiento, centrándose en lo que parece ser la estrategia de salud pública más razonable con aquello de no reunirse socialmente y guardar sana distancia, por ejemplo, el virus ya hacía estragos en la población. En la actualidad, se han contabilizado oficialmente más de 140,000 mexicanos muertos.
En mi experiencia, y en mi humilde opinión esta tragedia pudo ser evitable. Y como el problema sigue creciendo, considero mi obligación narrar lo que he vivido para tratar de frenar en seco los contagios y las muertes por covid-19. Diré, con datos fehacientes y documentados, por qué creo firmemente que la Ivermectina ayuda a prevenir el contagio de covid-19. Ya sabemos, que la Ivermectina está siendo recetada por algunos médicos, pero lamentablemente hasta que ya los síntomas se externaron. Eso es demasiado tarde para evitar la proliferación de contagios. El covid-19 apuesta a la desinformación, y parece que está ganando la batalla. Ya es tiempo de atacarlo con toda la inteligencia disponible, como se combate a los grandes delincuentes.
Mi primer contacto con la Ivermectina fue hace unos 35 años cuando en familia hacíamos largas caminatas en las montañas de Monterrey. Salíamos una vez por semana. Mi madre nos suministraba Ivermectina ya que en el monte contraer piojos eran parte inevitable de la aventura. La Ivermectina era una potente medicina contra los piojos. Así se hizo mi amiga.
Cuando por el mes de marzo comenzó aquí la pandemia del covid-19, la incertidumbre sobre un virus que te arrebataba la vida nos generó un miedo terrible. Ante el peligro y la incertidumbre generalizada, comenzamos a investigar diferentes fuentes para darle respuesta a nuestra ignorancia.
Fue durante esa búsqueda cuando volví escuchar algo sobre mi antigua amiga la Ivermectina. Resultó que este fármaco —bastante inocuo en cuanto a efectos secundarios adversos— estaba haciendo utilizado a manera de prevención del covid-19 en diferentes países. A veces desde la iniciativa privada —y en otros casos desde el gobierno— se entregaban dosis de Ivermectina a la población. La idea prevaleciente en esas decisiones era apoyar al sistema inmunológico bajando la carga viral. También encontré que cientos de científicos médicos y sobretodo virólogos coincidían en que no era la cura definitiva, pero ayudaba a nuestro sistema a enfrentar el Covid-19.
Y me pareció que cualquier ayuda es buena. Los contagios por virus están sujetos a ciertas leyes matemáticas. Dicho simplemente, si una persona contagia a otras dos o más, el contagio del virus se acelera rápidamente. Si cada enfermo de covid-19 solo contagia a media, o un tercio de persona, el virus tiende a extinguirse, se consume rápidamente. Si la Ivermectina frena el contagio, en la medida que sea, bienvenida de vuelta mi amiga. Haz tu labor bienhechora.
Comencé a tener acercamientos con decenas de personas que recomendaban la Ivermectina y llegue a una conclusión: no era dañina, no tenía efectos colaterales, inclusive los pediatras la recomendaban. Fue entonces que me acerqué a diferentes laboratorios para conocer los costos de producción, pensando en proponer su distribución masiva.
Asimismo, de inmediato recurrí a las autoridades estatales de Nuevo León para comentar sobre mi investigación. Eran ya muchas diferentes fuentes que recomendaban el uso de este producto en plan de prevención. Combinado con vitamina E, vitamina D, vitamina C y zinc, mejor aún.
Gobiernos amigos del Covid-19
Todo hacía pensar que esta combinación estaba dando muy buenos resultados. Sin embargo, para mi sorpresa —dada la grave crisis que ya estábamos sufriendo— me topé con pared. El gobierno del estado era ineficiente y lento. Parecía evidente que no les interesaba preguntar, investigar o realizar un análisis de los datos. Tristemente, sólo se aprovechaba la crisis para generar jugosos compras en el gobierno. El énfasis de las acciones concretas eran sobre todo los mecanismos de control; y de represión hacia la población.
Mi conclusión fue que para el gobierno del estado de Nuevo León no era negocio suministrar Ivermectina. No les interesaba la posibilidad real de prevenir miles de muertes. Su respuesta fue nula. Sin embargo debo recalcar, que ante las buenas noticias que les llevé, en todo momento las combatieron con sus propios argumentos. Principalmente, el gobierno se defendió afirmando que no había muestras representativas del uso de este fármaco para que ellos lo pudieran recomendar. Sin embargo, era indudable que la cantidad de personas infectadas iba en aumento, así como los casos graves y las hospitalizaciones, no se diga demasiadas lamentables muertes. Y ellos no mostraban el mínimo interés por investigar.
Ante la nula respuesta del gobierno del Estado de Nuevo León, en mayo del 2020 realicé la compra de 3000 frascos de Ivermectina con cuatro cápsulas de seis miligramos cada una. Esta era la dosis recomendada por el laboratorio como tratamiento preventivo. Según se me explicó, proporcionaba protección hasta por seis meses. Añadían la recomendación de tomar las vitaminas y el zinc en la ingesta diaria. La receta era aplicable a personas contagiadas y aun las no contagidas.
Durante varios años, la Fundación 5X ha apoyado a personas, especialmente a las de escasos recursos. Comenzamos en el 2006 como asociación de beneficencia en educación y valores. Hasta la fecha hemos impactando directamente a más de 3.2 millones de personas en servicio asistencial. Nos enorgullece habernos destacado en la prevención a las adicciones, el auto-empleo, el apoyo a personas de la tercera edad y a aquellos con alguna discapacidad. En abril del 2020 comenzamos brigadas de entrega de multivitaminicos. En mayo de 2020 estábamos entregando Ivermectina.
Tras el fiasco con el gobierno de Nuevo León, decidimos entonces cambiar las prioridades y usar la infraestructura y personal de la Fundación para concentrarnos únicamente en tratar de combatir el covid-19 usando la Ivermectina. El criterio usado fue muy sencillo. Entregar la Ivermectina a todos aquellas personas de escasos recursos que trajeran una receta médica que lo autorizara.
Como la idea era curar o al menos pervenir, debíamos también aprender lo más posible. Estabamos haciendo un experimento perfectamente razonable y legal, apoyados por los médicos y sus recetas. Para poder aprender del mismo, elaboramos un cuestionario que cada solicitante de nuestro apoyo llenaba. En esos cuestionarios se tomaba nota de los síntomas que cada persona externaba. En muchos de los casos, inclusive, las personas nos entregaron sus pruebas de laboratorio en donde exhibían su estado positivo de contagio sobre covid-19. Las personas nos daban sus datos personales indispensables para identificarlos claramente y también un teléfono para darle seguimiento al resultado.
Pronto nos llenamos de papeles y de recetas. Continuamos entregando las dosis hasta reunir más de 2500 casos. Nuestra conclusión al llegar a este número de apoyos fue la siguiente: la evolución del 99% de los pacientes fue de beneficio positivo. Los que sólo tenían los síntomas, salieron adelante del contagio y se eliminaron por completo los síntomas. Recordemos que durante varios meses no existían las pruebas rápidas.
Con esos datos fehacientes en la mano, nos acercamos de nuevo al gobierno estatal. Pensamos que ahora sí teníamos y podíamos mostrar una muestra sumamente representativa de personas que habían sido contagiadas, o que presentaban síntomas, que habían logrado salir adelante con este producto. Nuestra postura en todo momento era simplemente que la Ivermenctina podía no ser la cura, pero sin duda ayudaba a nuestro organismo. Nuestro esfuerzo resultó funesto y contraproducente. El gobierno se cerró más aún y tomó venganza.
Aparecieron otros enemigos de la verdad comprobada. Las publicaciones que realizamos en redes sociales nos llevaron a que nuestra cuenta de Facebook fuera bloqueada hasta por 30 días. Por otra parte, dadas nuestras manifestaciones en contra del gobierno estatal, este tomó represalias. La Secretaría de Salud mandó clausurar las instalaciones de la Fundación 5X donde estuvimos repartiendo Ivermectina. Todo porque estábamos aprendiendo sobre el resultado de la misma en el contagio del Covid-19.
No contentos con cometernos esta injusticia, y quizá cegados por nuestro éxito y nuestro impacto ante miles de personas ayudadas, las autoridades se enfocaron en el laboratorio que que nos surtía la Ivermectina. Ahora fue la COFEPRIS la que le practicó una terrible auditoría y fueron tratados como viles delincuentes.
Para taponear el éxito de nuestro experimento, las autoridades elevaron el nivel de protocolo para la venta de Ivermectina a nivel nacional. De ser un medicamento que se vendía sin receta, en muchas partes ha quedado como un medicamento controlado que solamente se puede comercializar bajo prescripción médica.
Mercado negro
La popularidad de la Ivermectina ha crecido en demanda por publicidad de boca a boca, pero no a la velocidad que se está propagando el virus. No obstante, el aumento de su demanda ha sido notoria y las farmacias lo han notado. Gracias a la desafortunada ceguera de las autoridades de los gobiernos estatales y federal y de salud en ambos niveles, el resultado ha sido el aumento considerable del precio de la Ivermectina en algunas farmacias. En éstas o inclusive en ventas por Internet, el precio ha subido hasta cuatro veces su valor.
A pesar de que las autoridades se convierten en nuestro azote, nos mueve atender una causa superior. Nosotros continuamos entregando Ivermectina pero sin hacer ruido, en forma sigilosa, igual que actúa el coronavirus. Hemos logrado repartir ya más de treinta mil dosis a nivel nacional pero hemos sido desacelerados por las restricciones que han impuesto las autoridades.
Las autoridades toman una actitud pasiva que resulta criminal. En el sector público prevalece la cerrazón motivada por voracidad y corrupción. Para los servidores públicos y el sector farmacéutico ha sido más importante atacar la distribución masiva de Ivermectina, que cuidar el bienestar y la vida de las personas.
Para que quede claro: ante nuestras donaciones a nivel nacional, la COFEPRIS llegó con los laboratorios y farmacias a meter toda clase de restricciones con la finalidad de desacelerar la venta de la Ivermectina. De venderse antes sin receta, hoy es medicamento controlado por sus pistolas. Esto es inconcebible. Y por otro lado, el comercio farmacéutico elevó sus precios hasta el triple del valor real. Ha surgido un mercado informal y hasta en Mercado Libre se venden miles de dosis con utilidades de 300%.
Hace como un mes, circuló profusamente un video en YouTube del doctor Pierre Kory que es especialista en enfermedades pulmonares, y se ha tornado experto en covid-19. Declaró ante una comisión del Senado norteamericano que él apoyaba el uso de la Ivermectina para prevenir y combatir el Covid-19. Mencionó estudios y más estudios, sobre todo uno de Argentina en el que de 800 trabajadores de la salud, entre médicos, enfermeras y asistentes, que tomaron Ivermectina, no hubo uno solo que se enfermara. En un grupo de control de más de cuatrocientas personas que también tuvieron contacto diario con enfermos de covid-19, más de la mitad resultaron contagiados. Las palabras precisas del doctor Kory son las siguientes: La Ivermectina “es una droga milagrosa. Destruye al virus del Covid-19. Si la tomas NO te vas a enfermar.”
Cuando buscamos estos datos, resulta que internet (Google) se preocupa más por desmentir al doctor Kory que analizar las posibilidades. Aclara el buscador de Google “que no hay evidencia que la ivermectina haya pasado la prueba de ser sana o efectiva en el tratamiento del covid-19”. Entonces, ¿quién tiene la razón? ¿El doctor Kory o Google? Ambos tienen razón. La explicación es sencilla: La Ivermectina fue aprobada y certificada contra parásitos y piojos. Como es una droga muy barata, no ha habido quien financie los estudios para pasar la aprobación por este uso alternativo, como es el tratamiento contra el covid-19. Nadie le va a invertir a costear protocolos científicos para probar su efectividad contra el covid-19 a una medicina que cuya venta no será negocio. O sea, Google dice la verdad, pero el doctor Kory está diciendo otra verdad diferente que no ha sido desmentida. Y es la verdad encontrada por la Fundación 5X.
En el seguimiento por llamadas telefónicas que hizo la Fundación 5X, aunque no se contactó a los dos mil quinientos beneficiarios de la Ivermectina regalada, la cantidad de llamadas fue de más de mil y todas con resultados satisfactorios. No se reportó, ni se supo de alguien que haya muerto de covid-19 tras haber recibido la Ivermectina donada por la Fundación 5X. Así de sencillo. Aunque no haya sido a una prueba científica estandarizada para introducir medicamentos nuevos el dato no se puede ignorar. Apoya el descubrimiento de que existe una aplicación alternativa de un droga barata y hasta donde pudimos constatar, efectiva contra el covid-19.
En México estamos batiendo récord de enfermos y de muertos por covid-19 en proporción a nuestra población. Lo que realmente está siendo un cofactor en los contagios y en las muertes es la cerrazón injustificada de las autoridades en todos los niveles. Los particulares estamos siendo injustamente acosados porque queremos encontrar un remedio efectivo al covid-19.
Los datos existen. El costo de la Ivermectina es casi insignificante en comparación a los daños que genera de todo tipo. Los riesgos por su uso son virtualmente nulos. Ivermectina es la amiga y aliada de todos contra el covid-19. Muchos doctores ya la están recetando, pero no tanto como preventiva. A veces cuando ya demasiado tarde. Funciona mejor para inhibir el corona virus que reparar los daños ya causados.
Desgraciadamente hasta hoy, la Ivermectina ha sido totalmente impotente contra la irresponsabilidad de las autoridades que no ayudan y mucho estorban. El problema como dijimos al inicio es de información, también en la forma de ética personal, conocimiento y sabiduría.
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Enero 23 de 2021. San Pedro, Nuevo León