Cuántas veces se ha dicho que estamos en el pico de la pandemia, que ya se domó, que ya pasó, que la verdad todos estos anuncios coinciden muy rápido tan solo en fallar una y otra vez. No hay lógica en los números. Tampoco en las conclusiones. Ni siquiera entre los anuncios con bombo y platillo hechos por la misma fuente con un nuevo conejo sacado del sombrero que dicen explica todo.
Las aseveraciones anunciadas, demuestran muy rápido ser tan infundados como también contradictorios entre ellos de acuerdo con el comportamiento estadísticamente válido de todas las pandemias, como en particular el propio COVID-19 en países del resto del planeta. Es fácil concluir que la mayoría de la estadística oficial, publicada en México si acaso el valor en el número de personas fallecidas, podría ser real. Al no reflejar veracidad matemática, ni lógica con los demás datos. Incluso el número de decesos puede estar fallo. En estas bases es lógico dar si no del todo al menos algo de crédito a los casos que publican en redes sociales, sobre decesos que se catalogan como otra causa. Sobre todo, cuando esos reclamos son originados por los propios deudos.
Desde temprano en mi vida en los estudios en primaria tomé gusto por las matemáticas, competí en concursos donde me fue bien así que al menos las Reglas del 1, al 10, como la “Regla de 3” debo dominarlas más o menos, aunque el avance tecnológico lo hacen fácil para todos. Entonces un niño, aprendí que podrán fallar los calculistas, pero no las matemáticas son exactas. Las matemáticas no fallan, al menos en el resto del mundo. De la estadística durante mis años en el Tecnológico de Monterrey, llevé suficientes cursos de estadística como para confirmar lo que el sentido común nos reclama evidente. La muestra que le entregan al Subsecretario López Gatell, no puede ser representativa. Para falla, tenemos el INEGI, que debe acopiar con metodología científica, para realizar cálculos y entregar todos los datos estadísticamente válidos.
Conocí de cerca la alta calidad moral del que fue suegro del Subsecretario López Gatell. Como resultado de una serie de eventos, minutos después de pasar a mi casa por mí, no pude acompañar a mis amigos. Se accidentan al despegar la avioneta en el aeropuerto de Tampico. El piloto, Jorge Reyes, Benito Torres, afortunadamente sin daños, la vida de mi amigo, compañero de carrera en el Tecnológico de Monterrey, Sergio Ernesto Gutiérrez Villanueva, corría peligro, conservar su pierna, poder caminar, el panorama no era bueno. En cuanto lo permitieron los médicos, lo acompañé en ambulancia aérea a Puebla a buscar la atención de su Fractura Expuesta e Infecciones del prestigiado especialista Dr. Fernando Colchero Rozas. Le aplicó una agresiva técnica de raspado de hueso, con lo que lo sacó adelante, y su famoso "Clavo Colchero" intramedular fijo con pernos, le recuperó el andar. Con tal gratitud, reconocimiento al talento del Dr. Colchero, un hombre agradable y de ejemplar sencillez, que nos lo trajimos en un programa diseñado a su gusto en Tampico.
Continúo con mi postura en artículo Corona Presidencia USA 2020 publicado en SDP en Marzo 1, 2020.
Ante una pandemia se debe guardar sana distancia, así como todas las medidas preventivas, mientras mejoran tratamientos, y un día la vacuna. La decisión de recluirse debe ser propia de quienes están en grupos de riesgo y los que tienen la posibilidad y medios. La economía, la actividad no debe pararse eso solo favorece a los grandes poderes. Así en México, y en el mundo inmerso en un no promulgado “Estado de excepción” la población sin Derechos Irrenunciables. A la libertad, a trabajar para sobrevivir, al libre tránsito. Esta debe ser una decisión personal, no del Gobierno.
“Quien renuncia su libertad por seguridad no merece ni libertad ni seguridad”
Benjamín Franklin
Del comportamiento de la pandemia en el mundo. Es solo en nuestro país donde observa constantes básicos distintos por tanto con base en la evidencia científica de China, USA, Rusia, Italia, España, Inglaterra, etc. Donde el % de mortalidad está cerca del 1%. El comportamiento es totalmente distinto a la que se da a conocer en México con una mortalidad cercana al 12%, con mortalidad 10.56 veces mayor, ningún asintomático, resulta desproporcionado, contrario a al conocimiento científico, a las matemáticas la estadística y el sentido común. Salvo que el resultado regresando a la famosa “Regla de 3” con una tasa igual a la global donde los contagios confirmados verdadero sean 1,066,182 de ellos 965,182 fueron asintomáticos. Lo cual sería una buena noticia contar con una inmunidad de rebaño mayor. Aun en tiempos difíciles hay algo que destacar y ¿Por qué no destacar la verdad? Cada quien puede decidir sobre su seguridad y riesgos que toma, apoyado en datos estadísticos reales.
Ahora que si los datos oficiales que nos presentan son reales y todos son resultados directos de una muestra representativa estadísticamente válida. Entonces no se trataría de un error matemático tampoco de una falla estadística.
Se trataría de un error de diagnóstico que el mundo médico debe atender. Significa entonces que la pandemia que sufrimos, no puede tratarse del famoso COVID-19, que el resto del planeta padece.
Será entonces Covid-19-Mexicano, que solo la hay en nuestro país y con una tasa de mortalidad 10.56 veces mayor al del resto del planeta.