Muchos son los millonarios que han construido imperios empresariales a partir de las crisis, son miles las historias de éxito las que circulan en el pasillo de las universidades y oficinas tratando de inspirar a millones de jóvenes y no tan jóvenes que desean ser financieramente independientes, sin embargo, todos estos sueños se quedan en la utopía, ya que las condiciones económicas y sociales que se viven en el México de ahora no dan la oportunidad para poder garantizar que el éxito está asegurado. Hoy en día el consumo es mucho más limitado, el costo de vida se ha disparado de manera muy singular, tenemos un costo de combustibles mucho más grande que hace algún par de décadas, el crecimiento económico del país cada vez pinta más difícil si queremos ejercer las mismas políticas públicas y esperar nuevos o mejores resultados. Si bien es cierto se necesitan cambios sustanciales, sin embargo estos cambios no han respondido a la realidad y a las necesidades de los ciudadanos. En el país se vive una desigualdad muy fuerte, la clase media batalla mucho más para mantenerse en esa posición social, y es que la baja productividad que se tiene en el sector privado ha hecho que los ingresos de las familias se queden estáticos conforme pasa el tiempo, mientras que por el otro lado, el precio de los bienes y servicios que se comercializan en el país tienen un aumento considerable. Con decirle que en el país el nivel de desigualdad es tan drástico que México se ubica en el primer lugar de los países con la mayor brecha en el nivel de ingresos de los grupos poblacionales más pobres y más ricos de los países que integran la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) los cuales son 34 y dentro de las cuales se encuentran las potencias mundiales y los países de economías emergentes más llamativos en la actualidad.
Si en efecto, se necesitan cambios de rumbo en muchos factores, las reformas estructurales se suponían que iban a hacer una parteaguas para lo mismo, y a la fecha no hemos tenido un resultado con un impacto significativo permitiese pasar del crecimiento económico que se ha registrado con el contar de los años, ya que en promedio, el país ha crecido solamente un 2.7% en 30 años, teniendo como vecino al mayor consumidor del mundo, Estados Unidos, y aun así no hemos sabido explotar ese beneficio que la posición geográfica y demográfica que tenemos. Necesitamos reformas a las reformas que atañan a los siguientes factores: A) Empleo precario e informal, ya que la economía informal ha proliferado como una plaga debido a que los mismos recursos que la formalidad genera no se distribuyen de una forma en que se pueda generar mayor infraestructura para la generación de más empresas y empleos de manera endógena, sin depender tanto de la inversión extranjera que busca mano de obra barata para la manufactura de sus productos. B) Pérdida del poder adquisitivo, misma que se ha generado por el incremento inflacionario de bienes y servicios de la canasta básica, por cuestiones aisladas o por la dependencia de las importaciones y los estragos que tiene la paridad cambiaria de nuestra moneda comparada con el dólar. C) Disminución de los subsidios por parte del gobierno, razón por la cual el incremento de los energéticos tiene que salir de los bolsillos de la población aún y cuando ésta no está en las mejores condiciones para poder erogar este tipo de gastos.
En esos tres factores se pueden destinar nuevas propuestas para la generación de nuevas y mejores políticas públicas, con lo que casi le puedo asegurar que teniendo cambios tangibles en esos aspectos se podría tener un crecimiento económico mucho más impactante y sobre todo mejoras en los índices económicos que se utilizan para medir y comparar el desarrollo de nuestro país. Que pase un excelente fin de semana, nos leemos pronto.