La discusión pública sobre los alcances y los límites del Estado para hacer frente a la crisis de violencia e inseguridad que vive México no podía ser más oportuna. Vamos, incluso se ha llegado tarde a esa cita que no admite demora y donde hay consenso que se trata de una asignatura que sigue pendiente. El asunto reclama una atención además de oportuna, pertinente para asegurar la razón del Estado: la gobernabilidad con el apellido de democrática. En el rubro de los caminos a seguir para atajar esas amplias islas de violencia hay diferencias de percepción y de criterio. En suma, hay dos grandes vertientes: la aplicación mecánica de la ley atendiendo al positivismo jurídico de Kelsen que podría funcionar en Alemania o en Suiza, pero en México la realidad ha sido terca. Ha demostrado que esa ruta que abrió Felipe Calderón y siguió Enrique Peña Nieto le ha arrebatado la tranquilidad a la sociedad mexicana.

Debe quedar claro que si se sigue la misma receta no se van a tener resultados distintos, el fracaso ha sido la constante en perjuicio de todos. Nadie en su sano juicio podría estar de acuerdo en que haya una violación al Estado de derecho, pero sí que deben explorarse caminos diferentes a los habidos en el pasado inmediato. En esa lógica de largo aliento se inscriben los esfuerzos de la Secretaría de Gobernación para rehacer lo que se ha hecho mal. La ministra en retiro @M_OlgaSCordero, actual titular de Gobernación, puede tener muchos defectos- he señalado algunos en su momento- pero tiene la virtud de escuchar y dejarse orientar por la inteligencia. Saber que no se sabe es el primer paso para el éxito, especialmente en un proyecto tan trascendental como el de recuperar la paz perdida. El diálogo del subsecretario de Gobernación, @Ricar_peralta con las autodefensas que en algunas partes tienen reconocimiento legal son una realidad, guste o no. Ese diálogo ha sido descalificado por tres gobernadores, pero en sus periodos de gobierno no han entregado cuentas en ese rubro.

Si Guerrero fuera el estado de Nueva York, sería una desmesura la conducta de @Ricar_peralta, pero en el caso concreto, el gobernador guerrerense apuesta a que se mantenga el statu quo y llama la atención su oposición al cambio de estrategia. Lo mismo puede decirse de Michoacán y Tamaulipas. Serían legítimas sus inquietudes si tuvieran los índices delictivos de Campeche o Yucatán. Y eso lo sabe y lo sufre buena parte de la ciudadanía. De esta suerte, la iniciativa de la Secretaría de Gobernación es un paso adelante para dejar la zona de confort de justificar reiteradamente por qué no hay soluciones. La sociedad no quiere saber las múltiples justificaciones de por qué no ha regresado la seguridad colectiva, sino hechos comparables y comprobables. @Ricar_peralta es un hombre de resultados, quien goza de un compartido prestigio en la Facultad de Derecho de la UNAM y en la Barra Mexicana de Abogados. Pocos, muy pocos, pueden mostrar esas credenciales. Sin diálogo con los distintos actores sociales no puede generarse condiciones para un cambio de fondo a través de la puesta en marcha de la justicia transicional que, en México, ese mecanismo jurídico y de política pública, lo encabeza el ameritado jurista Sergio Ramírez Muñoz, presidente de la Academia Iberoamericana de Justicia Transicional, quien interviene en ese tema por una preocupación y ocupación de la vida pública. Sobre el tema ya he escrito en Proceso en meses pasados. (https://www.proceso.com.mx/589650/seguridad-y-justicia-transicional)

Tengo la convicción de que la hoja de ruta de la Secretaría de Gobernación es la adecuada porque busca reconstruir el maltrecho Estado de derecho que, en particular, las dos últimas administraciones dejaron como legado. Y lo hace además de la mano de la razón y de una estrategia bien elaborada, instrumentada por @Ricar_peralta, quien paradójicamente es víctima de su talento y honestidad porque navega a contracorriente de la mediocridad tan internalizada en la clase política. El mundo al revés.

@evillanuevamx

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