La cultura es el medio que tenemos los seres humanos, para alcanzar al desarrollo económico, social y político de cualquier país. En ciudades cada vez más urbanizadas, la cultura es la pieza clave para disminuir el índice de analfabetismo y para aumentar la convivencia armónica entre los ciudadanos.

Transformar, cambiar, analizar, criticar, reflexionar, educar, aprender, tolerar, no es otra cosa que fomentar sinergias en el ámbito nacional y entre Estados, con un ideal y un solo objetivo: fomentar la cultura de paz en nuestro país y en el mundo.

Y en este caso uno de los objetivos de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), consiste en fomentar la cultura de paz entre los hombres y las mujeres, a través de la defensa y promoción de los derechos humanos.

 De acuerdo con lo señalado en el Artículo 1 de la Declaración y Programa de Acción sobre una Cultura de Paz, aprobada por la Asamblea General de Naciones Unidas, se entiende por cultura de paz, al conjunto de valores, actitudes, tradiciones, comportamientos y estilos de vida basados en: el respeto a la vida, a los principios de soberanía, el respeto y la promoción de todos los derechos humanos y libertades fundamentales; entre otros, aspectos.

Cultura de paz, significa respetar a la otra persona; solucionar a través del diálogo y no de las armas, cualquier conflicto; crear mejores condiciones de vida para todos; erradicar la pobreza y el analfabetismo.

Libertad y justicia son valores fundamentales para fomentar la cultura de paz en la sociedad y entre los Estados. Corresponde a todos buscar mecanismos para establecer actitudes, comportamientos y estilos de vida, que permitan concientizar a las personas sobre la importancia que tiene el respeto por la dignidad humana, la tolerancia y la no discriminación.

La cultura es el conjunto de valores, conocimientos, costumbres, creencias, que todo ser humano adquiere a lo largo de su vida a través de la convivencia cotidiana como parte de una sociedad.

La paz es la capacidad que tenemos como seres humanos para cambiar las situaciones violentas y destructivas en acciones de diálogo, comunicación y tolerancia.

Respetar, conocer, promover y garantizar los derechos humanos y las libertades individuales, son elementos necesarios para educar a los niños y jóvenes, y reeducarnos nosotros mismos, bajo el término de noviolencia.

Flor de loto: La paz del mundo comienza por la paz interior en cada uno de nosotros.

Twitter: @drarmandohdz