En tela de juicio
La posición adoptada por el presidente del Instituto Nacional Electoral, Lorenzo Córdova, que pretende despojar de candidaturas a diversas ciudadanas y ciudadanos no es bajo ninguna óptica un posición administrativa o jurisdiccional, es simple y llanamente una decisión política en la que más que poner en tela de juicio el papel del señor Córdova somete a un innecesario riesgo al arbitro electoral que entre todas y todos hemos ayudado a construir.
Es verdad que la reacción en la cámara de la mayoría encabezada por diputadas y diputados de morena es también política y previsible, pero a diferencia del INE la cámara de diputados no es un órgano autónomo.
El señor Córdova y el señor Murayama están en todo su derecho de fijar una postura política de carácter personal, porque así son las posturas políticas. Personales. Pero resulta inaceptable que intenten engañar a la ciudadanía pretendiendo que su actuar es de carácter institucional y más aún en representación de la propia ciudadanía.
El intento de arrebatar candidaturas a través de procedimientos oficiosos de la unidad técnica de fiscalización a sabiendas de que al menos MORENA acreditó documentalmente que no tuvo procesos de precandidaturas será corregido en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y no lo digo como intento de un acto adivinatorio, los criterios del propio tribunal permiten anticiparlo. Córdova y sus aliados lo saben, para ellos lo importante era fijar una posición que dejara claro que están dispuestos a utilizar el INE como arma en la guerra por la disputa del poder.
Y es justamente aquí donde MORENA y el movimiento de izquierdas en general debe mostrar su mayor inteligencia y creatividad para no morder el anzuelo. Las derechas apelaran al discurso de confrontación con las instituciones por aquel descontextualizado “al diablo con las instituciones” cuando saben que nos referíamos a quienes usaban las instituciones, que son de todas y todos, a favor de intereses de unos cuantos.
MORENA no debe confrontarse con el INE, ni con el INAI, ni con ningún órgano autónomo, por el contrario, debemos defender a nuestras instituciones de personeros de las derechas como Murayama y Córdova. No sólo no vamos a caer en provocaciones, no, les vamos a ganar en su cancha, con su arbitro y haciendo gala de lo mejor de nuestro juego. Y aunque les enoje nuestro discurso será de amor, amor por las y los demás, por la naturaleza, por nuestra patria, por más que las derechas apelen al odio.