UNA PERLA

Hurgando se encuentra uno perlas en las redes.

Hoy me topé con una entrevista de la periodista Cecilia Barria, de la BBC de Londres, con Robert J. Shiller un Nobel de economía.

La aportación del personaje al pensamiento económico es singular, y para utilizar un término de moda, viene como anillo al dedo.

Shiller recibió el premio por su contribución al análisis de cómo influye la sicología en la economía y los mercados financieros.

Por supuesto – y ese fue el núcleo de la entrevista de BBC- , con media humanidad confinada, Shiller tiene mucho que decirnos sobre los vericuetos de como pega el virus a la sicología de los actores productivos, el daño colateral en la economía y, sobre todo, la probabilidad – e intensidad- del ansiado repunte.

 

EL ABC DE LA OTRA PANDEMIA

Las conclusiones de la entrevista de la BBC a Shiller son reveladoras.

  • La crisis económica puede ser ahora más duradera que la de la Gran Depresión (es común el contraste) porque el miedo al coronavirus puede durar más tiempo así como su impacto en nuestro pensamiento y sicología. Comparando la pandemia con la Gran Depresión de 1929, no podemos esperar una recuperación rápida, dice Shiller, quien acota: “Después de 1929 la bolsa de valores cayó un tercio, luego recuperó la mitad del terreno perdido en 1930, pero después colapsó otra vez. Y en 1936 volvió a subir y luego volvió a caer. La economía estuvo débil toda la década”.

  • Las investigaciones del nobel, junto con otros colegas, han encontrado que las personas toman decisiones con base en eventos que les provocan temor.

  • Descubrieron que después de eventos negativos, como un terremoto, se acelera la tendencia al miedo de un colapso financiero –se entiende que esto puede pasar ahora- Le dice Shiller a su entrevistadora: “La pandemia es más poderosa que un terremoto en el sentido de generar preocupación y ansiedad en la gente. Y esa ansiedad puede durar por mucho tiempo.

  • “Al final”, acota, “todo depende de si estás dispuesto a gastar dinero. ¿Estás dispuesto a gastar dinero en unas vacaciones en un hermoso lugar o a tomar un crucero?

  • Se habla de dos pandemias porque junto a las cuarentenas y el confinamiento que afectan a la economía, cito, “hay un aspecto psicológico que genera miedo y ansiedad. Se crea un estado de ánimo ansioso y esa ansiedad es una epidemia en sí misma, no es una respuesta racional a las noticias, por eso digo que hay dos pandemias” Es un especie de miedo a perderse algo o "fear of missing out", en inglés, un término que alguien usó en Goldman Sachs para describir un estado de ánimo, señala Shiller. La epidemia de la influenza cada año, no matan a tantas personas como la covid-19, y la gente las ignora.

  • Desafortunadamente esta segunda pandemia es un problema difícil porque el gobierno no puede controlar la ansiedad pública.

  • A pregunta expresa de cómo ha manejado Trump la pandemia, Shiller dice que no bien, porque (1) no prestó atención a lo que estaba pasando por mucho tiempo, (2) confió en su instinto que le decía que esto era una falsa alarma que desaparecería pronto, y (3) no aumentó la producción de dispositivos para hacer test o equipos de protección, por lo que – concluye- tendrá una gran responsabilidad en todo esto.

  • Entre las recetas que saca del canasto el nobel para enfrentar la pandemia y sus secuelas, hay dos. Una rutina sistemática de pruebas, algo que no hizo Trump, y poner en cuarentena a la gente contagiada por un par de semanas.

  • Dos lecciones, sin desperdicio: Las pandemias son reales y deberíamos empezar a prepararnos para la próxima. Y, dos: necesitamos buenos gobiernos, que se preparen, respondan a tiempo, y sean verdaderos administradores al mando.

 

EL FACTOR 4t, QUE ACENTÚA LA ANSIEDAD EL EFECTO

El modelo de Shiller es harto sugestivo para México.

Para aventurar el entramado azteca, vernáculo, la dinámica y estructura de esta segunda pandemia que nos descubre el nobel - de la ansiedad, temor, preocupación- que inhibe la demanda de bienes y servicios y golpea a la economía.

Obvio, aquí se padece –es un fenómeno universal- la pandemia del microbio, y su secuela perniciosa, por el confinamiento y la paralización de actividades, en la economía.

Y, desde luego, glosando al nobel, también está presente el síndrome de la ansiedad y preocupación, que magnifica el impacto en la actividad productiva.

Pero aquí, hay un factor de ansiedad adicional, paralelo, que acentúa, exacerba, el impacto económico, y tiene nombre y apellido: pongámosle 4t, o el propio AMLO.

¿O acaso a la ansiedad - de suyo grave- de inhibir las compras por estar encerrado en casa, no cabe sumar –la “otra” ansiedad- las de las políticas del nuevo gobierno, que golpea a los agentes económicos claves de la generación de riqueza, en particular, los consumidores de clases medias e inversores, que profundizaría –en su caso- la crisis?

La respuesta es un sí obvio.

Quizá no –aunque no es cero- haya ansiedad en el mundo clientelar de AMLO, los pobres, porque reciben apoyos y son bendecidos diariamente desde el púlpito más alto de la nación, con una narrativa que genera empatía.

(No es cero porque un yo interior les dice que amén de estas ayudas que son bienvenidas los pobres se multiplicarán como panes)

Empero del otro lado de la moneda, es distinto.

Por desgracia, entre los vilipendiados conservadores (todos en solo saco, un exceso rigorista), abundan actores clave –insisto- en generar riqueza. Para utilizar el modelo de Shiller, gente con ansiedad “acentuada” por el factor 4t.

Si asumimos como cierta esta hipótesis, siguiendo el modelo del nobel- podemos inferir que la recuperación será más tardada y la crisis más profunda, en ausencia de este factor que exacerba la otra pandemia descubierta por Shiller.

¿Así es?

Para muestra basta un botón.

Los actores económicos ya están nerviosos –ansiosos y preocupados diría Shiller- por los efectos globales del confinamiento.

Pero esta ansiedad y preocupación se acentúa porque, a diferencia de otros lugares del planeta, aquí pareciera que se ve como enemigos a los empresarios (en general, no sólo los grandes), amén de que –a diferencia de otras naciones- en México no hay un plan de rescate con enfoque anti cíclico –de mayor gasto- .

Y advierten que el tamaño de la contribución del gasto como proporción del PIB no rebasa el 1%, claramente insuficiente.

En tanto, que, en Japón es 21%, Luxemburgo 20%, Bélgica 19%, Eslovenia 17%, Austria 15%, Irán 13%, Estados Unidos 13%, Qatar 13%, Singapur 13%, y Suecia 13%. Y en países similares como Perú o Brasil es de alrededor de 6%.

¿No es suficiente esto para exacerbar la otra pandemia que nos descubre el nobel –de la ansiedad- que deprime la economía?

Y de la forma de enfrentar en casa el coronavirus, ni se diga.

Shiller habla de Trump, pero nos es bastante familiar el manejo de los tres agravantes que cita: no prestar atención oportuna a lo que vendría, confiaren un instinto de que el fenómeno desaparecería pronto, y no aumentar la producción de dispositivos para hacer test (que en el caso Azteca es cercano a 0).

Como dice Shiller: “Se crea un estado de ánimo ansioso y esa ansiedad es una epidemia en sí misma”.