El pasado 19 de Septiembre, todos los mexicanos nos despertamos conscientes de que ese día habría un simulacro para conmemorar a los miles de fallecidos en el terremoto de 1985. Pero nadie nos imaginábamos que ese día la capital mexicana, Puebla y Morelos serían víctimas, una vez más, de un nuevo terremoto que pasaría a la memoria de todos los mexicanos como un evento sumamente trágico.
Aquel día, había un exceso de información, imágenes y videos, pero no todos eran verídicos o actualizados. Había muchos focos importantes dentro de la capital mexicana donde la afección había sido mucho más grave que en otras zonas y evidentemente requerían ayuda urgente, debido a que se encontraban decenas de personas bajo los escombros.
Uno de los puntos donde desgraciadamente la situación fue sumamente grave e importante fue en el Tec de Monterrey Campus Ciudad de México, en donde debido al terrible terremoto se cayeron dos puentes que permitían el paso entre un edificio y el otro.
La información en ese ese punto era excesiva y dolorosa. Se subían constantemente fotos de alumnos así como las características de cada uno de ellos, con la esperanza de que alguien supiera su paradero.
Inmediatamente el rescate comenzó, los familiares de las personas desaparecidas esperaban ansiosos noticias esperanzadoras, pero la información verídica respeto a las personas que estaban rescatando era poca y de fuentes dudosas. Esto continuó hasta que una cuenta de twitter, identificada como @Sotomayormx comenzó a twittear hechos verdaderos que sucedían dentro de las instalaciones del Tec.
Alfonso Sotomayor, nombre del titular de dicha cuenta, fue clave en la comunicación entre los familiares y los hechos verídicos. Sotomayor se dedicó a recabar los nombres de los alumnos desaparecidos, rescatados y heridos para concretar datos correctos y evitar angustias innecesarias de algunas familias.
Pero todas las personas, días después, se preguntaban quién era este hombre, nunca antes visto en las instalaciones del Tec.
Alfonso Sotomayor es un chavo de tan solo 25 años, mexicano de nacimiento pero que por cuestiones laborales vive fuera del país.
Aquel 19 de Septiembre, debido a pendientes profesionales, había venido a la Ciudad de México con la finalidad de tomar un par de talleres de capacitación durante 3 días y volver a su lugar de residencia.
Ese día se encontraba en su hotel y decidió salir a caminar por las calles de alrededor pero por alguna razón perdió el rumbo y llegó a la esquina del Tecnológico de Monterrey. No sabía cómo regresar exactamente así es que decidió pedir un taxi de la compañía UBER.
Mientras esperaba su carro asignado, todo comenzó.
El movimiento y los gritos de desesperación hicieron que Alfonso corriera y llegara a las instalaciones de dicha escuela y se percatara de los terribles estragos que dejó el suceso en tan solo unos segundos.
Alfonso y el equipo de rescatistas en conjunto lograron sacar a 7 personas y comunicar a cientos de familias.
El joven por azares del destino jugó un papel fundamental en este evento tan trágico y doloroso, difundió información actualizada en esos momentos sumamente difíciles que fueron útiles para la tranquilidad de varias familias
Sotomayor nos dijo que no sabe cómo explicar lo ocurrido: “Posiblemente fue el destino, no lo sé”, afirmó.
Lo único de lo que está seguro es que ahora es más fuerte, cree mucho más en el poder de la unión de los mexicanos, y por supuesto, ya no es el mismo. “Me gusta mucho más el Alfonso Sotomayor que soy después de aquel 19 de Septiembre”, concluyó.
Cientos de familias vivirán con un agradecimiento especial a este hombre y a miles de personas más, que dieron todo por el simple hecho de ayudar a personas que no conocían pero que los necesitaban.
Es imposible identificar a todos los que hicieron posible el rescate de todas esas personas que se encontraban bajo los escombros, pero sin duda, todos los mexicanos les estaremos eternamente agradecidos.