Las cifras de puestos de trabajo que se han perdido con la crisis -que recaba el IMSS dentro del universo de trabajadores que tienen registrados los patrones- permitieron asomar otra vez la cabeza del monstruo.
Vista de cerca, es la pandemia más terrorífica.
El IMSS reportó el viernes que durante mayo unos 344 mil mexicanos más se quedaron en la calle, sin sustento para ellos y sus familias.
Fueron -buen punto dentro del desastre- 211 mil menos que en abril, lo que significa que desde mayo, aún en la pandemia, el apremio apretó el zapato a los mexicanos, y de un modo u otro empezó a reanimarse, algo, el sector productivo.
No es por ser pesimista -sino más bien realista- pero es una gota de optimismo en lo que apunta a convertirse en un mar de lágrimas.
1 MILLÓN EN TRES MESES
En tres meses, como reportó REFORMA, “el coronavirus fulminó un millón de empleos”.
En efecto, de marzo a mayo se despidieron 1 millón 30 mil 366 trabajadores, a los que hace alusión el diario miembro del BOA según nos ha dicho el presidente.
Pero tomando en cuanto que en enero y febrero sopló aire fresco y se crearon 192 mil empleos, en el neto, restando al millón y piquito de descalabros laborales del trimestre, estos 192 mil, fueron despedidos en forma fulminante por la crisis 838 mil 272 mexicanos en cinco meses.
¿Pocos?
Con todo y familia, a razón de tres dependientes por empleado, significa problemas de sustento, para llevar pan a la mesa o pagar los recibos de agua o luz, para 2.5 millones de mexicanos.
Sólo en el trimestre negro, de marzo a mayo, cuando pegó de lleno la tormenta de la crisis mundial –abonando en terreno mojado por erráticas políticas públicas del gobierno- fueron echados a la calle diariamente, en promedio, 11 mil 500 trabajadores.
CUÁNTOS SERÁN EN 2020
¿Cuántos serán despedidos a lo largo de 2020 – sumados al millón hasta mayo- dentro del universo de alrededor de 19.5 millones de trabajadores registrados en el IMSS, que ya ha ido mermando?
Ahí está el detalle, como decía Cantinflas.
Para avizorar el tamaño del monstruo, aventúrese conmigo a un pequeño recorrido aritmético de la tabla que acompaña a este comentario.
La idea es simple. Para calcular, no en un modelo econométrico sino en sencillos cálculos el tamaño probable de la desocupación en México para el 2020, a los 832 mil 272 que ya fueron dados de baja, hay que sumarle los posibles despidos en los siete meses de junio a diciembre.
Para ello contemplé cuatro escenarios. Si se despiden (1) 50 mil en promedio en estos siete meses faltantes (2) 100 mil (3) 150,000 y (4) 200 mil.
DOCUMENTANDO EL PESIMISMO
Antes, dos comentarios.
Primero, ninguno de los analistas de los bancos internacionales, o calificadoras, ha tomado en serio el dicho presidencial, de que creará 2 millones de empleos en el año, de modo que por esta vía hay que esperar muy poco.
En los instrumentos de posible ocupación del ámbito oficial según estos asertos, se confunde créditos con empleos, se asientan como trabajos los cientos de miles de apoyos de programas como Jóvenes Construyendo el Futuro, entre otras fisuras en la lógica, en desapego a la realidad.
El otro punto, es más de fondo.
¿Es posible que con la reanudación de actividades el sector productivo en México genere empleos en lo que resta del año?
Es harto difícil.
De entrada el retorno de actividades ha sido errático, sin una eficiente instrumentación. Es probable que las cifras de junio arrojen aún despidos en el IMSS.
Está la cuestión –de fondo- de la inacción fiscal del gobierno, que ha dejado literalmente a su suerte a la planta productiva.
La caída del PIB en el segundo trimestre será de espanto: 16% según los economistas consultados por Banxico en su encuesta mensual. En junio, el tercer mes de este trimestre, aún pegará la crisis y –como ya dijimos- golpeará al empleo.
El mismo grupo de especialistas pronostica una baja -aún de Ripley- de 9.33% en el tercer trimestre, y de 5.74% en el cuarto.
Para el año en su conjunto pronostican una caída de 8.16% en la economía. Pero hay bancos internacionales como JP Morgan que ya advierten un desplome de 10.5%.
De modo que en el contexto mexicano, de un gobierno errático en lo económico - combinado con una crisis internacional severa que irá de bajada pero estará aún navegará en aguas profundas durante el año- una caída de alrededor de 10% del PIB en 2020 es considerada probable.
Así que –volviendo a nuestro cuadro- es previsible en lugar de más empleo, habrás mayor desocupación en el trecho empinado del resto del 2020.
¿Cuánta?
Veamos.
LOS CUATRO ESCENARIOS
Continuando con nuestro recorrido aritmético, veamos los escenarios.
1.- Si se despiden en promedio 50 mil trabajadores de junio a diciembre, habrá 350 mil más echados a la calle, que, añadidos a los 838 mil que ya fueron despedidos, sumarían 1.2 millones.
2.- Si el descalabro laboral fuera de 100 mil promedio al mes, habría 700 mil más despedidos de junio a diciembre; que - sumados a los 838 mil acumulados hasta mayo- llevaría la cifra de despedidos en 2020 a 1.5 millones.
3.- Si la desocupación marcara –escenario más pesimista- 150 mil puestos de trabajo al mes en promedio, en los siguientes siete meses habría otro millón sin sustento en lo que falta del año, y la suma total de desocupación en este año sería de 1.8 millones, añadiendo los 838 mil hasta mayo.
4.- Y si el desempleo escalara a 200 mil al mes en promedio, las empresas arrojarían a la calle 1.4 millones más, que sumados a los 838 mil hasta mayo, significaría 2.2 millones de empleos perdidos en el 2020.
DE 1.7 a 1.8 MILLONES
Otro dato en esta sopa de números, para apreciar las entrañas del monstruo:
Por cada baja de un punto del PIB se pierden por lo menos 200 mil trabajadores. De modo que si el desplome es de un 10% la cifra de despedidos sería de 2 millones en el año.
Así que hay que prepararse para ver el monstruo en acción.
Al mes, en promedio se sumarán al desempleo en lo que resta del año entre 150 mil y 170 mil mexicanos.
Quizá entre 1.7 y 1.8 millones sea el número de desocupados probables en 2020.
Y falta la otra cabeza de monstruo: El desempleo informal.
De eso hablaremos mañana.
MAÑANA: LA PANDEMIA DEL DESEMPLEO INFORMAL