La red es fascinante.
Se puede perder el tiempo en banalidades como, sospecho, por desgracia, la gran mayoría de la gente…
…Pero hurgar en el universo fascinante de la red los temas graves de la nación, si se hace con cuidado, evitando tropezarse con las inevitables fake, es un ejercicio extraordinario, donde se aprecia la enorme creatividad de mexicanos, hombres, mujeres, jóvenes, gente común pero no corriente, que sorprende no pocas veces por la simplicidad -y poder- de los mensajes.
Me encontré un video sobre el tema del momento: el feminicidio, en voz de una joven mexicana, que pareciera ser del norte del país, y comparte reflexiones que no tienen desperdicio; y, otra vez, tienen el poder de la simplicidad, que a veces extravía hasta a quienes hacemos del ejercicio del análisis una profesión.
Una voz femenina
Reproduzco el video en texto:
“Sí es verdad: en el 2019 el 89 por ciento del total de asesinatos fueron cometidos a hombres. “Definitivamente. Hay muchos más asesinatos a hombres que a mujeres.
“La diferencia es que cuando hablamos de mujeres generalmente la causa del asesinato es muy distinta.
“La diferencia es que a los hombres en su gran mayoría los están matando otros hombres…
“…Mientras que las mujeres en su gran mayoría las están matando también otros hombres.
“La diferencia es que a los hombres los están matando principalmente por delincuencia organizada, por asaltos, por robos, por competencia, por poder, por dinero, por peleas.
“Mientras que a las mujeres las están matando en su mayoría hombres por abuso sexual, por violaciones, por acoso sexual, por ejercer control sobre ella, por ataques de celos o ira, por discusiones en pareja, por violencia familiar, por cuestiones de género.
“La diferencia es que lo único que hace candidatas a las mujeres a ser asesinadas es precisamente eso: ser mujer.
“Así es que este tipo de frases como “a los hombres los matan más” como respuesta al tema de feminicidios en México lo único que hace es desviar la atención del problema, invisibilizar la lucha y minimizar la gravedad de la situación tan espeluznante de violencia machista hacia las mujeres que se está viviendo en México y en el mundo en general.
“Así es que aprendamos la diferencia entre una cosa y otra.
“Y en lugar de competir por ¿a quién matan más?, seamos más solidarios, empáticos y démosle su debida importancia y atención a la causa de la que se está hablando.
Algo despertó
El movimiento en protesta por el feminicidio no dudo que haya surgido por grupos activistas de mujeres, como suele haber en todas partes del mundo, pero despertó, por generación espontánea un interés de cientos de miles, y probablemente millones de mexicanas, que se identificaron con el horror de esto delitos, que se han convertido en el pan de cada día, que retratan los medios, y, desafortunadamente, y para muchos, incluso del sexo femenino, se veían “como algo que pasa”.
No es “algo que pasa”
Es un grave, enorme problema, que han sido incapaces de resolver los gobiernos pasados, y éste.
Más allá de los dimes y diretes, de la polarización evidente entre chairos y fifis, de los desafortunados espectáculos de las mañaneras, donde sorprende -y mucho- la presencia, para decirlo de manera prudente, de personas no profesionales, que defienden a ultranza al gobierno en turno y sus posturas; más allá de todo esto, está una gran verdad.
Los feminicidios han crecido
¿Qué grupos opositores al gobierno y a AMLO se aprovechan de la situación para llevar agua a su molino?
No lo dudo.
Es el juego de la política, parte central de la democracia, del debate en libertad, genuino, de los partidos políticos y grupos que piensan distinto. Son diferencias que a la larga enriquecen.
La cuestión central es si esté móvil, de los opositores, conservadores, o como se les llame es el principal detrás de este movimiento.
Sinceramente no lo creo.
La lección
Las mujeres, y no hablo necesariamente de los grupos que encabezan este movimiento, sino de las mexicanas comunes, pero no corrientes que simpatizan con esta causa, nos demostraron a los hombres, a los partidos políticos, a los empresarios, que se puede protestar, genuinamente, por la violación de un derecho: el de no ser asesinadas con impunidad.
El diario El País lo dijo recientemente, señalando que la mitad de la población en México, de súbito lanzó el mensaje de: “! ¡Oigan, nos están matando!”
Y digo esto porque las otras fuerzas motrices de la sociedad, como los empresarios, los partidos políticos, las universidades, los intelectuales, y hasta, ¿por qué no? los periodistas, debieran reflexionar si están haciendo lo correcto para, cada quien, en su parcela, representar el interés genuino de su grupo, en bien de la nación.
En una sociedad apática como la mexicana en conjunto este movimiento debe despertar la admiración de los mexicanos.
Ya lo decían los politólogos italianos, como Sartori, de que un mal social, gravísimo, es la debilidad de la sociedad civil frente al estado. La ausencia de una auténtica, y legítima, cultura protestataria, que se refleja en creencias lamentables de que corresponde al gobierno en turno, sea cual sea su signo, la gestación de las soluciones a los grandes problemas nacionales, cuando, en la concepción de una democracia avanzada, es un ejercicio de corresponsabilidad; donde, la protesta es un derecho legítimo de todos.
Así que es bueno comprender, como dice la joven del video, que, en efecto, “no es lo mismo” los crímenes de las mujeres que de los hombres; pero, más allá de estos debates, se trata de resolver, de fondo, entre todos, hombres y mujeres, un problema que está lastimando gravemente el tejido social de la sociedad mexicana.