Hace una semana exactamente, el buque portacontenedores 'White Shark', de la naviera francesa CMS-CGM, arribó al puerto de Veracruz. No tendría nada de extraordinario si no se tratara de la primera embarcación que atraca en la bahía norte de la nueva terminal marítima, la obra de infraestructura más importante de los últimos cien años en el Sistema Portuario Nacional. 

Este proyecto que inició hace apenas seis años, seguirá creciendo hasta el año 2030; se convertirá en el cuarto puerto marítimo más importante del mundo, por encima de la mayoría de Europa, Asia y los Estados Unidos. Es un puerto que le da prestigio a nuestro país y recupera la grandeza de Veracruz; estamos demostrando que podemos competir con los mejores puertos del mundo.

El nuevo puerto de Veracruz ha recibido el reconocimiento de la industria naviera internacional, mientras que del gobierno mexicano, el de la 4T, sólo obtuvo indiferencia, como muestra de su desprecio por la eficacia. Al histórico evento realizado el pasado primero julio no asistió ninguna autoridad federal o estatal, quienes estaban de plácemes bailando cumbia en el Zócalo de la ciudad de México.

La inversión de alrededor de 35 mil millones de pesos -de los cuales el 80 por ciento pertenecen a capital de la iniciativa privada-, demuestra la convicción de los inversionistas nacionales y extranjeros en este importante proyecto. Obras como esta, generan confianza y atraen más inversiones.

Esta terminal marítima contará con capacidad para movilizar hasta 66 millones de toneladas de carga y al terminar su segunda fase, más de 95 millones de toneladas. Basta decir que el puerto actual tiene capacidad para mover alrededor de 30 millones de toneladas de carga al año; con la entrada en operación de la obra de ampliación triplicará su volumen actual. Es como construir tres puertos más.

Fue un proyecto que no se aprobó a mano alzada, que cumplió con la normatividad ambiental, que requirió de una inversión razonable por parte del gobierno federal y que tampoco se sujetó a criterios políticos. La utilidad del nuevo puerto de Veracruz no se podrá medir en votos porque no generará una clientela electoral; su éxito radica en su capacidad para multiplicar el comercio internacional, atraer inversiones y de crear nuevas fuentes de trabajo.

Con la ampliación del puerto se genera un gran corredor industrial que dará seguridad al importador y exportador, además de que crearán 150 mil nuevos empleos desde hoy y hasta 2024. Es decir, este puerto será el principal generador de empleos en el país, a pesar de no ser reconocido como el proyecto de infraestructura y comunicaciones más importante de nuestro tiempo. Por fortuna, la Cuarta Transformación no tuvo tiempo de impedirlo.

Gracias a esta obra magnífica, vamos a competir con los mejores. Vamos a recuperar la carga del norte de Europa, que actualmente llega a México a través de la frontera con Estados Unidos. Podremos traer barcos muy grandes que antes no llegaban y que tenían que desembarcar en puertos americanos como el de Houston. Las mercancías de Europa volverán a entrar por el puerto de Veracruz, la nueva puerta del continente.

Juntos lo hemos logrado. La ampliación del puerto de Veracruz se realizó en un tiempo récord. Sus trabajos iniciaron en 2013, durante el gobierno priísta de Enrique Peña Nieto, y se concluyó apenas unos meses después del término de su mandato. Es una obra que sirve a Veracruz y a millones de mexicanos que se dedican al comercio internacional. A todos aquéllos que llevan la marca de nuestro país a todo el mundo.

Obras como esta, comunican a los países, hermanan a los pueblos, y generan bienestar y desarrollo, porque el comercio sigue siendo la principal actividad para generar empleo y riqueza.

El nuevo puerto de Veracruz es un orgullo de México. Es un ejemplo de planeación, de organización, de desarrollo con cuidado del medio ambiente y de la confianza de los inversionistas. Lo hemos construido con el esfuerzo de todos los mexicanos y con las manos de muchos veracruzanos que han encontrado una gran oportunidad para desempeñar las más diversas tareas.

Estas son las obras que verdaderamente transforman a nuestro país.