El próximo 31 de agosto, por la tarde, el pleno de la Cámara de Diputados debe elegir a la mesa directiva para el segundo periodo ordinario de sesiones. La Ley Orgánica del Congreso, establece que la presidencia de la Cámara de Diputados debe ser rotativa, entre las tres principales fuerzas políticas representadas en esta soberanía. Corresponde, según la norma vigente, asumir la presidencia a Acción Nacional. No hay duda, de que debimos cambiar la citada ley ante las nuevas circunstancias que se viven en el país. ¿Cuáles son esas nuevas circunstancia? La mayoría absoluta que el Partido Morena tiene en la Cámara de Diputados; la casi mayoría calificada que los partidos de la “Coalición Juntos Haremos Historia” tenemos dentro de este órgano legislativo y, la mayoría calificada que se tiene con los aliados a la citada coalición. ¿Esa mayoría debe imponerse y evitar toda pluralidad? No, de ninguna manera, pero sería injusto que fuerzas absolutamente minoritarias y encima golpistas, presidieran la Cámara de Diputados por un asunto de cuotas.

Acción Nacional no se ayuda mucho en el proceso y ha declarado que designará para el próximo año a un hombre por seis meses, y a una mujer, por otros seis meses, para que cubran respectivamente, el citado cargo de presidente de la mesa directiva, como si esta responsabilidad, que encarna nada menos que la representación del Congreso mexicano, fuera un asunto para estarlo repartiendo por cuotas internas de un partido político.

Por si esto no fuera suficiente, la reforma que dio paso a que las tres principales fuerzas políticas se repartieran la presidencia de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, es del 13 de septiembre del 2006. Es decir, se dio en el marco del fraude electoral que impuso a Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón Hinojosa en la presidencia de la República. El PRI y el PAN, pensaban repartirse la presidencia de la LX Legislatura de 2006 a 2009; cuando el PRD se dio cuenta, presionó y logró que fuera incluido en el acuerdo y así, las tres principales fuerzas políticas se otorgaron un año para que cada uno presidiera la mesa directiva de la Cámara de Diputados. El acuerdo hecho ley ha sufrido múltiples violaciones. Como ahora pretende hacerlo el PAN, en ocasiones anteriores, ha partido el año legislativo para darle a más de un legislador de su bancada la codiciada presidencia. El PRI no ha sido la excepción y también ha hecho retazos la presidencia de la mesa directiva e incluso llegó, durante la LXI Legislatura, a quitarle un periodo del año que le correspondía,a la fracción del PRD.

Hoy, nuestra falta de previsión, nos ha puesto en una encrucijada. Mario Delgado, líder de la fracción de Morena, ha hecho todo lo posible por honrar un acuerdo político de hace un año que le abriría la presidencia de la mesa directiva a Acción Nacional.

Acción Nacional, como dije, no se ayuda en nada y viene tensando cada vez más las cosas generando un escenario que hace previsible que el 31 de agosto no obtenga dos tercios de la votación para la planilla de mesa directiva que ellos encabezarían.

Ello nos llevaría a que la actual mesa directiva se mantenga hasta el 5 de septiembre y que en ese lapso, se construya un acuerdo que devuelva la tranquilidad y la estabilidad al interior de tan importante órgano legislativo. Me temo que este último, será el escenario que se presente si Acción Nacional persiste en su actitud torpe, de cuotas y de bravatas.

Justo al término de este artículo, me entero que el PAN acaba de elegir a un ilustre desconocido para presidir los primeros seis meses del segundo periodo en la Cámara de Diputados. ¡Qué torpes son! Adelanto que no veo cómo esa propuesta reciba el apoyo de dos tercios de la votación del pleno.

Gerardo Fernández Noroña.

“El pueblo tiene derecho a vivir y a ser feliz”.

México D.F. 27 de agosto de 2019.