Ahora que está de moda el tema de la reducción de salarios y que llueven quejas por todos lados en ese sentido, algunos se dan sus mañas para no quedar tan “abajito” en los salarios  y padecer la austeridad  que esta cuarta transformación va a emprender por el bien de México.

Ponemos como ejemplo a la empresa Mex Gas, subsidiaria de Pemex, en donde Roberto Mejía Rivas, director de esta subsidiaria de Pemex, ahora a cargo de Octavio Romero, busca quedar al margen de la Ley de Salarios impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, la cual impone como límite para los funcionarios públicos la percepción máxima de 108 mil pesos mensuales.

A pesar de que, en su caso, la Ley se observa flexible y marca que los directores operativos de las subsidiarias de la empresa productiva del estado pueden ganar hasta 180 mil pesos, en Mex Gas buscan elevar los sueldos desde los 210,550 hasta los 230,000 pesos mensuales.

Asimismo, se pretende casi triplicar la prima vacacional para estos directivos, elevándola de 35,092 a 96,600 pesos y, por si fuera poco, colocar el aguinaldo con un incremento que ronda el 120%; es decir, desde los 105,275 pesos hasta los 230,000.00 como una prestación de 30 días.

Estos mismos funcionarios son los que, con la colaboración de Roberto Hernández y Griselda Cervantes, funcionarios de Pemex Transformación Industrial, cerraron un contrato con la compañía Grupo Nieto, de Daniel Venegas, en el cual comprometen a Pemex a comprar a sobreprecio el Gas LP con empresas como Mont Belvieu, mismo que ha generado un margen de ganancia de 30 millones de dólares para el grupo gasero. 

Más aún, son aquellos personajes que dejaron la puerta abierta para que, en el caso del transporte del energético, haya un margen importante para que quienes fletan el hidrocarburo al país vía embarcación puedan elevar sus precios, los cuales, al ascender hasta los 17 centavos de dólar por galón, generarían un gasto de 50 millones de dólares que repercutiría en el precio final al consumidor.