Apuesta por las hidreléctricas

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Las intensas tormentas invernales que se registraron en el sur de los Estados Unidos y el norte de México la semana pasada ocasionaron que el suministro de gas natural proveniente de Texas, que abastece las plantas de generación de electricidad de ciclo combinado en el país azteca, se interrumpiera y provocara un apagón que afectó a 4.8 millones de consumidores en 20 municipios de los estados de Nuevo León, Tamaulipas, Chihuahua, Coahuila, Durango, Zacatecas. El siniestro climático también provocó que las generadoras de energía eólica no funcionaran en los dos lados de la frontera, por lo que el servicio se afectó tanto para los consumidores estadounidenses como para los mexicanos.

El fenómeno natural dejó al descubierto la dependencia que tiene México del gas natural proveniente de Estados Unidos, el cual es esencial para el funcionamiento de las plantas de ciclo combinado. Además, dicho siniestro reveló que la energía generada por las centrales eólicas no es suficiente para garantizar la continuidad del servicio, por lo que el Gobierno de la Cuarta Transformación (4T), ha tenido que replantar su estrategia eléctrica. Este nuevo plan energético de la actual administración, está apostando por rehabilitar las hidroeléctricas que hay en el país; para que sea la energía renovable producida por éstas, la base de la generación primaria y así ofrecer un servicio continuo y de mejor calidad.

La administración encabezada por el presidente Andrés Manuel López Obrador recibió por parte de los gobiernos que lo antecedieron unas descuidadas plantas hidroeléctricas y en completo abandono, debido a que estas operaban al 32 por ciento de su capacidad.

Ante este panorama, la actual administración Federal en cooperación con la empresa canadiense Hydro-Québec, acordaron en diciembre de 2018, llevar a cabo la rehabilitación de 60 plantas hidroeléctricas de México, con el objetivo de producir energía eléctrica limpia, a menor precio.

Se esta desarrollando dicho plan para la reconfiguración de estas plantas, con el objetivo principal de aumentar la producción de electricidad por medio de hidroeléctricas. Para lograr la meta, el Gobierno realizará una inversión de 20 mil millones de pesos.

En México hay 86 centrales hidroeléctricas pertenecientes a las CFE

El presupuesto para aumentar la productividad de las hidroeléctricas para este año, es de mil 698 millones de pesos. Con este plan energético se pretenden recuperar 30 terawatts/hora, para incrementar la participación de estas plantas en el Mercado Eléctrico Mayorista (MEM); reduciendo así la compra de energía a particulares y evitando el incremento de costos a los consumidores.

El costo financiero destinado para rehabilitar las hidroeléctricas es más bajo que el se usaría para construir eólicas, debido a que las plantas generadoras de electricidad por medio de la caída de agua ya son propiedad de la CFE, ya están en funcionamiento y la mayoría ya no tiene adeudos bancarios; mientras que las que producen fluido eléctrico por medio del viento tienen que pagar créditos con instituciones financieras y la Banca de desarrollo.

La generación de electricidad por medio del movimiento del agua tiene varias ventajas como son que es una fuente de energía limpia y renovable, y la energía hidráulica no es intermitente como el sol o el viento. Las presas permiten regular el caudal y la energía proporcionada.

La electricidad producida por las hidroeléctricas se puede almacenar mediante la acumulación de agua y se despachan a cualquier hora. En contraste, las eólicas y la fotovoltaicas actualmente están muy limitada para guardar energía, de hecho, ninguna planta de ese tipo instalada en México lo hace.

En México hay 86 centrales hidroeléctricas pertenecientes a las CFE con una capacidad total instalada de 12,642 MW, estas generaron 31,848 GWh durante 2019; las cuales equivalen al 16 por ciento de la generación total durante ese año.

El año pasado la Comisión Federal de Electricidad generó el 20 por ciento de las energías limpias a través de sus plantas hidroeléctricas, geotérmicas y la central nuclear de Laguna Verde; mientras que las producidas por privados como la solar fue del 4.3 por ciento y la eólica del 7.5 por ciento.

Política energética

El presidente Andrés Manuel López Obrador presentó el pasado 1 de febrero ante el Congreso de la Unión, un cambio sumamente radical en materia de política energética. Esto consistió en que el mandatario pidió mediante una iniciativa modificar la Ley de la Industria Eléctrica aprobada con la reforma energética, con lo cual pretende establecer como obligación los límites a la generación de electricidad privada y la dominancia de la CFE.

Este sábado 20 de febrero, la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados avaló con 22 votos a favor, 10 en contra y cero abstenciones, la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica enviada como iniciativa preferente a San Lázaro por la administración federal.

Lo que persigue las modificaciones a la Ley Eléctrica por parte del Gobierno de la 4T, es que el despacho de energía al Sistema Eléctrico Nacional (SEN) priorice la electricidad que es producida por las centrales de la Comisión Federal de Electricidad; delegando al último las renovables y los ciclos combinados operados por particulares.

En la actualidad las energías generadas por corporativos privados se suben primero a la red eléctrica, por tener en apariencia mejores precios, que las que produce la hoy empresa productiva del Estado; sin embargo, en la contabilidad que se hace no se toman los costos ocultos que tienen que absorber la CFE de las energías eólicas, solares y las de ciclo combinado a partir de gas natural.

Otro problema que tiene la actual Ley Eléctrica es que no considera como energía “limpia” a las generadas por la Comisión Federal de Electricidad, como son las producidas por las hidroeléctricas y geotérmicas; es por eso que son delegadas cuando se trata de subirlas a la red.

La CFE informó hace unos días por medio de Miguel Santiago Reyes, director de CFE Energía internacional, que la hoy empresa del Estado tiene pérdidas por 412 mil 400 millones de pesos, debido a los contratos impuestos por la Reforma Energética con los productores independientes de energía (PIE).

Estos datos expuestos por el funcionario durante el Parlamento abierto de la Cámara de Diputados para abordar el proyecto de reforma de la Ley de la Industria Eléctrica (LIE), echan por tierra el mito de que las energías ofertadas por los privados tienen costos más bajos; revelando así que los consumidores finales son los principales afectados. Los únicos que se benefician en este esquema de negocio son las generadoras de energía privadas, y en este caso, principalmente la empresa de origen español Iberdrola.

El directivo señaló ante los legisladores, que la Comisión Federal de Electricidad destina importantes recursos a subsidiar, y a las compras garantizadas de las empresas generadoras particulares.

Es decir, la empresa gubernamental de electricidad debe pagar 52 mil 587 en tarifas crecientes a un periodo de 300 meses; 88 mil 047 millones de pesos por riesgo cambiario durante el mismo plazo, 11 mil 568 millones de pesos por peligro de inflación de 2000 a junio de 2020; 209 mil 130 millones de pesos por subsidios de 2020 a 2024 y 60 mil 209 millones de pesos por bajo despacho durante el mismo lapso de tiempo, señaló Reyes Hernández.

Los subsidios a empresas privadas se dan mediante las tarifas que CFE cobra a las generadoras de electricidad de fuentes renovables para incluirlas a la red de transmisión; mismas que no se actualizan desde 2010. Además de la inversión en la red eléctrica y del respaldo de la empresa productiva del Estado a los renovables por el orden de 13 mil MW; dada la intermitencia de estas últimas y sin recibir pago alguno por este servicio.

Cifras de la CFE

Según cifras del director de CFE Energía internacional, la empresa estatal otorga subsidios a los privados durante los últimos tres años, vía las tarifas de porteo; con 28 mil 765 millones de pesos, de los cuales Iberdrola se adjudica 2 mil 600 millones de pesos, es decir el 9 por ciento del total.

Santiago Reyes señaló que la Comisión Federal de Electricidad tiene pérdidas de 20 mil 841 millones de pesos debido a que los clientes prefieren como proveedores de energía a los generadores bajo el esquema del autoabasto; en donde la empresa de origen español tiene ganancias de 10 mil 75 millones de pesos. En tanto los ingresos no percibidos por la compañía estatal por suministro básico son del orden de los 200 mil millones de pesos; y de esta cifra, 43 mil 500 millones de pesos ingresan a las arcas del corporativo hispano.

El total de subsidios que otorga la CFE a los productores independientes de energía ascienden a 249 mil 606 millones de pesos; en donde Iberdrola recibe 56 mil 175 millones de pesos. Es por eso que la hoy empresa productiva del Estado permite a las compañías privadas de autoabasto vender su electricidad hasta en un 10 por ciento más barata.

Los generadores eléctricos privados con fuentes renovables no pagan el respaldo ni la estabilidad de las redes de transmisión y distribución, ni las afectaciones a transformaciones cuando transportan su energía con la infraestructura de la CFE. Hay que recordar que las redes de transmisión en todo el país son propiedad de la hoy empresa productiva del Estado.

La forma de financiamiento que tienen las empresas privadas que construyen y administran plantas eólicas son muy favorables para ellos, ya que cuentan con financiamiento preferencial de la Banca de desarrollo mexicana, y cuentan con créditos más bajos que los que se ofrecen en mercado nacional por parte de instituciones financieras de países como España y Estados Unidos; con estos se favorece a las compañías extranjeras sobre las mexicanas. Además, los generadores privados solo arriesgan un máximo del 30 por ciento de capital y tienen la garantía que la CFE les comprara toda la energía que produzcan.

Un ejemplo de cómo se favorecía a las empresas privadas de energía para la construcción de plantas eólicas, nos los da el proyecto conocido como Piedra Larga que esta ubicado en Unión Hidalgo Oaxaca, el cual se hizo bajo la modalidad de abastecimiento.

El proyecto tuvo una inversión total de 200 millones de dólares. Con este programa "supuestamente" 65 instalaciones de Grupo Bimbo, que están ubicadas a lo ancho y largo del territorio nacional, son abastecidas desde el 2012, con 90 MW que produce la planta.

La planta de Piedra Larga es un proyecto en sociedad de la empresa Desarrollos Eólicos Mexicanos (Demex), filial de Renovalia Energy de España, y encargada de la construcción y operación, junto con Grupo Bimbo y sus filiales en todo el país (excepto dos que se encuentran en la península de Baja California, zona desconectada del Sistema Eléctrico Nacional).

Demex aportó para este proyecto entre 25 por ciento y 30 por ciento del capital total, mientras que el resto es financiamiento diferido de la banca de desarrollo a través de Banobras, del Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin), Nafin y Bancomext; así como por filiales como La Caixa, Santander y el banco portugués Espírito Santo.

El contrato de Demex y Grupo Bimbo se hizo con una vigencia de 18 años, con la posibilidad de ampliarlo por dos periodos más de cinco años cada uno; previeron recuperar la inversión en 15 o 16 años.

Lo que no se dice de este “aparentemente exitoso” proyecto de Piedra Larga es que, al ser un generador de energía intermitente, no podría surtir de electricidad a las 65 plantas de Bimbo y las empresas amigas del grupo productor de pan, como Papalote Museo del Niño, Grupo Calidra y Frialsa Frigoríficos, las 24 horas del día por lo que es necesario que entren las plantas hidroeléctricas, carboníferas, de ciclo combinado y termoeléctricas de la CFE. Dichos costos no los paga la empresa de energía de origen español, ni la compañía presidida por Daniel Servitje, sino que los tiene que absorber la hoy empresa productiva del Estado.

La apuesta del Gobierno de la Cuarta Transformación por las energías renovables a partir de plantas hidroeléctricas del CFE es congruente; pero no se debe descuidar que es importante seguir construyendo proyectos eólicos, pero con otro tipo de contratos. 

Además, es necesario invertir en la exploración y explotación de gas para contar con el insumo necesario para que las plantas de ciclo combinado puedan seguir trabajando y no depender de este energético de las importaciones de Texas. 

Sin embargo, lo más importante es tener un balance que garantice la continuidad del servicio eléctrico, con calidad, para que se eviten apagones como los de hace unos días.

La falta de gas en México al parecer ya se resolvió, ya que el gobierno de Texas, autorizó el pasado sábado 20 de febrero la reapertura de los ductos para surtir al país; con lo que se podría dar por terminado la emergencia por la falta del energético.