El Proyecto de infraestructura que fue abandonado por EPN.
El tren interurbano México – Toluca es uno de los muchos proyectos de infraestructura que fueron abandonados por la administración del presidente Enrique Peña Nieto y que el Gobierno de la Cuarta Transformación (4T) está dispuesto a terminar; esto pese a la problemática que implica y los millones de pesos extras que se tienen que erogar para que entre en funcionamiento dichos proyectos.
La pasada administración federal tuvo como propósito incentivar la conexión entre ciudades; por lo que diseñaron un plan para impulsar trenes de pasajeros a través de la construcción de ferrocarriles interurbanos. Este proyecto tenía como objetivo conectar a distintas ciudades: México-Querétaro, México-Toluca y Cancún-Tulum.
Desde que se inició oficialmente la construcción del tren México-Toluca en 2014, el proyecto se vio envuelto en diversas polémicas: los sobrecostos, las acusaciones de corrupción y las protestas sociales en diversos puntos del trayecto planeado. Estos conflictos tuvieron repercusión en la conclusión de la obra.
La obra tenía como objetivo atender a 304 mil 789 pasajeros por día en 2018.
El trayecto original ferroviario tendría una longitud total de 57.7 km, y contaría con 6 estaciones -iniciando en Zinacantepec y finalizando en Observatorio. En tanto al tiempo del recorrido, se tenía visualizado que el trayecto de extremo a extremo sería de 39 minutos; y el tren iba tener capacidad para albergar hasta 1,044 pasajeros.
La obra ferroviaria habría sido planeada para construirse en cuatro años siendo inaugurada en el año 2018. Este proyecto tenía como objetivo atender a 304,789 pasajeros por día en su primer año; posteriormente el tren alcanzaría su máxima capacidad para resolver la demanda diaria. Para lograr la capacidad límite de dicho tren, se planeó que para 2022 se comprarían dos nuevos trenes, para 2025 tres más, y otros seis para 2036.
El costo original del Tren México- Toluca era de 38 mil 608 millones de pesos, más los costos por molestia correspondientes, los cuales ascienden a 454 millones de pesos. Sumando dichos costos se tenía planeado un costo total de 39 mil 067 millones de pesos, pero el presupuesto para concluir la obra ha aumentado en un 132 por ciento.
En mayo de 2018, el fidecomiso denominado Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin), donde funge como fiduciario el Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras), se quedó con la concesión el Tren Interurbano México-Toluca.
El proyecto que prácticamente fue abandonado por la administración de Peña Nieto, fue acogido por el gobierno encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, pero los costos de la obra aumentaron de forma extraordinaria; se pasó de un presupuesto de 89 mil 980 millones de pesos, fijado en diciembre de 2020; a 93 mil 089 millones de pesos, determinado apenas el pasado marzo.
En la actualidad el recorrido fue dividido en tres tramos, cada uno con su respectiva licitación:
Tramo I (Zinacantepec a La Marquesa)
Tramo II (túneles por debajo de las montañas de La Marquesa)
Tramo III (de La Marquesa a Observatorio)
Siendo este último el de menor avance, debido a las diversas modificaciones en la ruta y planes de trabajo que han surgido a raíz de la dificultad de construcción en los terrenos elegidos originalmente.
El día 30 de agosto del año pasado, durante la conferencia de prensa matutina del Gobierno Federal, se informó que el nuevo proyecto de dicho tren contaría con una nueva estación, un nuevo tramo en consideración y diversas modificaciones en la ruta original.
Las obras del Tren México – Toluca sigue con retrasos, si bien es cierto el Tramo I (Zinacantepec a La Marquesa) ya tiene un avance del 99 por ciento; el Tramo III (de La Marquesa a Observatorio), tiene un avance de apenas el 52.5 por ciento; y la nueva estación prometida por Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de la capital mexicana, ubicada en el pueblo de Santa Fe, ni siquiera ha empezado su construcción; el terreno esta abandonado además de que falta un puente. Por estas importantes razones, dicha obra no estará concluida antes del 2023, como lo prometió el presidente López Obrador.
Cuando se anunció por primera vez la construcción de este Tren Interurbano, se presentó como una obra innovadora y con múltiples beneficios, principalmente ambientales y económicos. Sin embargo, conforme avanzaba el tiempo y se acercaba el primer plazo de entrega previsto para 2018, las irregularidades, los obstáculos técnicos y los costos; demostraron que la incorrecta planeación de una obra de tal magnitud podía tener resultados negativos significativos.
El Gobierno de la Cuarta Transformación esta teniendo problemas y retrasos con la obra ferroviaria; por lo que difícilmente se podrá terminar antes del 2023.