Altán, está en riesgo de no concluir debido a la fragilidad financiera

El proyecto de Red compartida de telecomunicaciones para llevar conectividad al 92.2 por ciento de la población y que fue concesionado por gobierno del presidente Enrique Peña Nieto a la empresa Altán y financiado en gran parte por la Banca de desarrollo, está en riesgo de no concluir debido a la fragilidad financiera de la compañía que gano la licitación.

La empresa mexicana de telecomunicaciones que tiene a su carga el proyecto de conectividad más ambicioso del país y que dirige en la actualidad Salvador Álvarez Valdés, está pasando por una mala situación financiera por lo que pidió hace unas semanas rediseñar el plan y prorrogar sus objetivos del 2024 al 2028. Esta solicitud debe ser aprobada por el Gobierno de la Cuarta Transformación, el IFT y publicarse en el Diario Oficial de la Federación.

Hasta el día de hoy, el proyecto de Red Compartida de Altán alcanzó una cobertura de red del 61.1 por ciento, equivalente a 68 millones de habitantes, mientras que el restante 30.71 por ciento, es decir, 34 millones de personas serán alcanzadas en siete años.

En la actualidad el proyecto de telecomunicaciones bajo el esquema de Asociación Público Privada (APP) tiene un espectro envidiable, muy pocos clientes y una deuda que supera los 850 millones de dólares y está muy lejos de llegar a la meta de que el 92.2 por ciento de los mexicanos estén conectados a la red.

El Consorcio Altán, es un grupo integrado por una decena empresas constituido entre fondos de inversión como Morgan Stanley y operadores del sector como Axtel y Megacable, que ganó el contrato en 2016 para construir, operar y actualizar durante 20 años el proyecto de servicios móviles mayoristas conocido como la Red Compartida, el cual también pretende mejorar otras prestaciones sociales como servicios de seguridad nacional, telemedicina y educación a distancia.

La Red Compartida nació bajo el esquema de APP y consiste en una red móvil 4G orientada a dar servicio de buena calidad y bajo precio para llegar a zonas no alcanzadas por los operadores tradicionales y cuyo modelo de negocios es exclusivamente mayorista. La idea era que los distintos operadores de telecomunicaciones se apoyaran en esa nueva infraestructura para dar sus servicios. Altán obtendría sus ingresos de la venta de la capacidad de esa red y llegaría a todo México.

La construcción del proyecto de telecomunicación exigía una inversión total aproximada de 7 mil millones de dólares, y cuando esta obra estuviera completada en 2024 daría cobertura a 92.2 por ciento de la población para tener acceso a la red de banda ancha más moderna y eficiente en el mercado mexicano y a nivel internacional.

El esquema financiero del proyecto de Red Compartida Mayorista fue respaldado en 30 por ciento por la Banca de desarrollo; 33 por ciento por inversionistas privados nacionales y extranjeros y 37 por ciento por aportaciones que realizaron las firmas Huawei y Nokia.

El Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras), Nacional Financiera (Nafin) y el Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext) firmaron un contrato de crédito en 2016 con Altán Redes para participar en el financiamiento del proyecto Red Compartida mayorista de telecomunicaciones en México, a través de créditos que, de manera conjunta, ascendieron a 17 mil 750 millones de pesos a plazo promedio de 13 años.

La Red Compartida Mayorista de Altán es otro de los cientos de proyectos que estuvieron mal diseñados, por la administración federal pasada y de los que no se hizo un adecuado análisis de riesgos, además de que se corre el peligro de que los créditos otorgados por la Banca de desarrollo a la empresa privada no sean recuperados en tiempo y forma y que sea abandonado el plan para que la mayoría de los mexicanos cuenten con conectividad y que el desarrollo digital del país siga rezagándose.

Extra Innings: Autoriza Corte sobre Acuerdo para que Aeroméxico incremente su flota

La Corte de Quiebras de los Estados Unidos para el Distrito Sur de Nueva York, que está a cargo del proceso voluntario de reestructura financiera de Aeroméxico bajo el Capítulo 11, autorizó a la línea aérea del Caballero Águila el Acuerdo para incrementar su flota con 24 nuevos equipos Boeing, de los modelos 737-8 y B737-9 MAX, y cuatro Boing 787-9 Dreamliner como parte de reestructura del convenio que tenía el fabricante y otros arrendadores.

La reestructura financiera que está llevando la aerolínea Bandera de México bajo el proceso del Capítulo 11 de la Ley de quiebras de los Estados Unidos es una buena noticia para los clientes, proveedores y trabajadores de que la empresa que dirige Andrés Conesa Labastida cumplirá con sus compromisos financieros y de servicios.