Utopía
Si no se atiende el comunicado de la Fiscalía General de la República (013/21), emitido el día 14, y cada uno interpreta lo dicho en la mañanera del viernes 15 por el presidente Andrés Manuel López Obrador y el canciller Marcelo Ebrard, las posibilidades de auspiciar el debate sobre las implicaciones del “No ejercicio de la acción penal” en contra de Salvador Cienfuegos, serán limitadas y se discutirán sin rumbo, como sucede en las redes sociales y en los medios de comunicación convencionales.
Como indiciado durante tres años de la Procuraduría General de la República, a instancias del alto mando que encabezó Antonio Riviello Bazán (con Carlos Salinas) y continuado por Enrique Cervantes Aguirre (con Ernesto Zedillo), “El no ejercicio de la acción penal” obedece a la falta de mayores y mejores pruebas frente al sometido a investigación ministerial, el expediente se envía al archivo pero puede reabrirse con la presentación de otras pruebas y el interés del denunciante.
Así que nadie, menos el fiscal Alejandro Gertz Manero o el titular del Ejecutivo federal, están perdonando a Cienfuegos Zepeda, y por ello el Departamento de Justicia de Estados Unidos –que la FGR insistente llamar Norteamérica–, anunció que se reserva el derecho a iniciar “una nueva acusación”.
Por supuesto que procede. Aunque harían bien en sopesar desde la Casa Blanca con su nuevo inquilino Joseph Biden a partir del próximo miércoles, lo que advierte el expresidente Evo Morales que los conoce y padece: “Para la CIA y la DEA la denominada ‘guerra contra las drogas’ es una excusa para atacar a gobiernos progresistas y antiimperialistas. Es una pantalla para encubrir sus intereses geopolíticos. El caso denunciado por #México así lo demuestra”. A pesar de los que subordinados cultural e ideológicamente a USA juran que es ciencia ficción.
Durante siete años de investigación del entonces general secretario Cienfuegos, la corrupta e intervencionista (describo, no adjetivo) Administración de Control de Drogas ignoró al gobierno de Enrique Peña y hasta que consumaron la detención en Los Ángeles, California, el 15 de enero de 2020 y poco después protestó AMLO por el maltrato a su gobierno, también.
Septenio en que los investigadores fueron incapaces de enterarse de los estudios de posgrado que cursó el general y que impiden confundir el “voy” como “boy” y otras expresiones fuera de lugar, para no hablar de la pésima descripción física de Cienfuegos que hacen.
Para la autónoma FGR el militar “nunca tuvo encuentro alguno con los integrantes de la organización delictiva investigada por las autoridades norteamericanas (sic); y tampoco sostuvo comunicación alguna con ellos, ni realizó actos tendientes a proteger o ayudar a dichos individuos.” Tampoco sufrió alteraciones sensibles su patrimonio personal.
Lo anterior es lo que sostiene la FGR. En ningún lado del texto existe una defensa de la trayectoria del divisionario como ejemplar. Así que carece de sentido aunque es válido recordar la matanza de civiles en Tlatlaya (estado de México), los 43 desaparecidos de Ayotzinapa (Guerrero) y hasta los “149 casos de asesinato, tortura y desaparición forzada durante el mandato de Cienfuegos”, como denuncia una ONG. Pero no fue materia de la carpeta mexicana ni de la estadunidense, sino “presunto tráfico de drogas, lavado de dinero y asistencia al cártel H-2”.
Los partidos Morena, Revolucionario y De la Revolución avalaron la decisión de la FGR, en tanto “Acción por México” (sic), el PAN, considera que “es una exoneración política, más que jurídica”.
¿Y qué fue la solicitud del Departamento de Justicia de Estados Unidos a la jueza que conoció del caso para que desestimara los cargos en contra de Cienfuegos; y la jueza federal correspondiente estimó procedente tal petición? Qué ganas de hacerle al Tío Lolo.
Es un acierto sin precedente dar a conocer toda la información estadunidense que se dispone del caso Cienfuegos y asumir las consecuencias que se deriven, pero sin asustar con el petate del muerto.
Y siguen en pie las preguntas del presidente AMLO sobre “eso de las casualidades”, de haber detenido al general antes de las elecciones en EU: “¿Qué se pretendía? ¿Debilitar al gobierno de México? ¿A las fuerzas armadas? ¿Que nos confrontáramos con el actual gobierno?”
Acuse de recibo
“Eduardo: lo que sí sería un verdadero error de cálculo es dejar sin condena a Arturo Ui (Brecht) del Capitolio. Si no lo descabezan ahora, incluso ‘contra la ley’, será él quien los descabece.
Parece que los tiempos de la democracia llegaron a su fin y como en toda guerra, habrá que jugársela. ¡Saludos!”: Mario Rivera Guzmán… Y Teresa Gil: “Muy cierto lo que dice Diaz-Canel. Cuba ha sido víctima del terrorismo, no lo ha creado.
La paradoja es que mientras Estados Unidos se arroga el derecho de considerar terroristas a algunos países que ellos mismos han aterrorizado, se le revierte el juego. En su interior los está creando.
Los terroristas domésticos, como los llaman, han sido creados y sustentados por las propias formas de ser de ese país, en el mundo”…