La designación del director del Instituto de Formación Política de MORENA John Ackerman, consorte de la secretaria de la función pública, propuesto por la Presidente de la CNDH para miembro del Comité Técnico que evaluará a los candidatos a sustituir a los cuatro consejeros del INE, podría ser todo lo jurídicamente legal que se pretenda, pero nunca honesta ni éticamente aceptable, cualquiera de los alumnos de la facultad de Derecho del Doctor Ackerman se lo pueden explicar.

Para México significó una revolución, quitar la facultad de calificar una elección en manos del Poder Ejecutivo, incluso del legislativo, posteriormente para dejarlo en manos de un organismo ajeno a ambos ajeno a la elección que garantizara imparcialidad y confianza, así es como surgió el Instituto Nacional Electoral (INE) devolverlo al control del Poder Ejecutivo es una reversión inaceptable, para cualquier demócrata que se respete y esté comprometido con su Patria, para quien piense nada más, en el Poder por el Poder mismo, nunca lo comprendería.

Cualquier intromisión o sospecha de parcialidad de quienes intervienen en la designación de los miembros consejeros del INE se interpreta como agresión al país y a sus instituciones democráticas. El intento de manejar al INE y en consecuencia a las elecciones de todo tipo, enciende el reclamo de los mexicanos libres y pensantes.

Tradicionalmente las funciones META-LEGISLATIVAS del Congreso de la Unión le han permitido ampliarlas a su facultad de nombramiento de los responsables y autoridades de los organismos autónomos, como a los Consejeros del INE, pero es de todos conocido, que ello lo hicieron, mediante mecanismos de cuotas de poder entre los partidos miembros del Congreso de la Unión, esa mala costumbre debe ser erradicada y reordenarse, de manera que se garantice la autoridad moral de los miembros de los organismos autónomos y para eso es importante reconocerse las experiencias que han acreditado su eficiencia, como es el caso de la Junta de Gobierno de la Universidad Nacional Autónoma de México UNAM. Esa experiencia debiera asimilarse en los nombramientos de responsables de los organismos autónomos, creando una H. Junta Nacional de Notables Mexicanos y relevar de esa función meta-legislativa al Congreso de la Unión.

El caso del doctor Ackerman, que acredita fehacientemente su interés en el gobierno actual, su parcialidad e inclinación para satisfacer las peticiones del presidente Obrador, lo puede hacer éticamente perverso e inmoral. Que un hombre que ha sido el respaldo ideológico de Obrador y MORENA, quiera intervenir en la selección de los cuatro consejeros que serán quienes califiquen las elecciones, aunque jurídicamente cumpliera con los requisitos, moral y éticamente no. En aras de honrar su prestigio, calidad moral y dimensión ética, universitaria y académica, como norteamericano naturalizado en México, honrando su responsabilidad como consorte, su honestidad, su propio nombre, debiera renunciar y no aferrarse como lo hiciera la actual Presidente de la CNDH, en ella se justifica por su falta de estudios, en el caso de Ackerman no, persistir a pesar de su interés comprometido, lo exhibirá para siempre como deshonesto y como falto de ética, despreciando a México y sus instituciones, privilegiando a su Partido, veremos si lo reconoce o lo justifica, yo lo conozco y le respeto, se que es un hombre culto y talentoso, pero ahora le toca acreditar también su honestidad intelectual, altura ética y moral. Ojalá que no le salga el tío Sam que todo gringo lleva dentro.