Ya no era como antes – decían – y que ya no había diputados retrógradas, como aquel panista de Jalisco que promovía la reducción de presupuesto para la UNAM y que luego, fue premiado por un gobernador priista, como su representante en la ciudad de México en aquel tiempo.

Un diputado de MORENA volvió a exhibir su ignorancia y la de su Partido o su perversa intención de entrometerse en la vida universitaria, al presentar una iniciativa para modificar la legislación de la UNAM con el pretexto de democratizarla, según él, que sean todos los universitarios los que voten para elegir a sus autoridades, rector y directores de Institutos, escuelas y facultades.

Debiera saber que la UNAM elige a sus autoridades, mediante una auscultación universal, donde la comunidad de cada escuela propone los nombres de los posibles candidatos, son escuchados por el rector, sintetizando; el rector hace una selección para presentar una terna y a su vez, entrevista a todos los candidatos para seleccionar a los tres que conformarán la terna. Ya formada ésta, el rector la envía a Consejo de la institución a la que deba nombrarse a su director y, da conocer la terna entonces la Junta de Gobierno escucha los pronunciamientos de la comunidad sobre cada candidato, de la terna, después cita a los candidatos para entrevistarlos, conocer sus proyectos académicos que pretenden llevar a cabo durante su mandato y luego de evaluarlos – que por cierto, dicen quienes han sido candidatos que es mucho más difícil que un examen profesional – luego de evaluarlos, deliberan los miembros de la Junta de Gobierno y deciden en votación secreta entre ellos quince miembros de la Junta, nombrar al director más adecuado, nunca se han equivocado en casi cien años de usar este método exitoso. En el caso del nombramiento del rector es casi igual, con la diferencia que por ser el nombramiento del rector, este no intervienen la elección de su sucesor y por supuesto el no conforma la terna para Rector, es por eso, que en este caso, el proceso de auscultación lo realiza directamente la Junta de Gobierno, para escuchar todos los nombres de los propuestos por toda la comunidad universitaria, luego de consultarles su disposición a participar, los entrevista a todos y, de ahí nombra a una terna la Junta de Gobierno, que da a conocer nuevamente a la comunidad universitaria, y vuelve a consultar a toda la comunidad, sobre la terna resultante, y luego de escuchar sus proyectos de trabajo, delibera vota y nombra a quien deba ser el Rector.

Ello evita que se politice o que gasten en campañas y que llegue el más simpático o el que más simpatizantes tenga, o el que haya invertido más, o el que haya prometido dar cargos o haya comprado votos, porque en la UNAM no hacen campaña, solo compiten con su preparación, capacidad, méritos personales, talento y templanza, control de sus filias y fobias, para que prevalezca la inteligencia, conocimientos, razón y el interés de la UNAM por encima de grupos partidistas, para evitar que llegue algún locuás o bipolar que de rienda suelta a sus frustraciones, resentimientos, odios o intereses que perjudiquen a la vida universitaria y la armonía que demanda el crisol de la inteligencia de México.

La democracia es buena como forma de gobierno, pero para ejercerla, es indispensable que quienes voten, lo hagan con la razón, con la serenidad, madurez y conocimientos para distinguir la mejor opción, no votar por odio o por simpatías, o intereses, sino por la mejor opción, más allá de simpatías resentimiento y rencores, ¡vamos! Que piensen más allá de ellos mismos, porque cuando lo hacen nada más, porque a ellos les simpatizó, a ellos en lo personal en sus intereses particulares, porque les dan dinero o compraron su voto o porque del otro lado estaba alguien a quienes les convencieron de odiar o les resultó antipático, entonces se caen en errores que abren la puerta inclusive a aquellos hombres malos que hacen cosas buenas para después hacer cosas malas impunemente cuando llegan al poder. Con el sistema universitario queda proscrito, desechado, desterrado sistemas que tienen el error de moldear o manipular una elección.

Es precisamente por eso, que en la UNAM se tiene ese sistema y que está cerca de cumplir cien años exitosamente, que ha probado su efectividad, porque no se ha nombrado a ningún director o rector malo, para pensar que se haya equivocado la Junta de Gobierno, no es casualidad, que después, los presidentes de México, han nombrado a exrectores hasta para vestir con prestigio sus gabinetes.

Quien propuso esa torpe iniciativa no estudió Ciencia Política, ni leyó a Polibio, y la oclocracia, el gobierno de las muchedumbres, de las multitudes irracionales, de las cloacas. Los cambios deben ser para mejorar y reconocer los ejemplos exitosos, no retroceder por cambiar.

El rector Graue ya hizo una defensa pertinente, sensible e inteligente, desde la UNAM, que todos los universitarios apoyamos, evidenció a quienes persisten en destruir a la Universidad con la cara cubierta. Los mismos diputados de MORENA se deslindaron de esa iniciativa vergonzante, que lo menos que debiera hacer el diputado en cuestión, disculparse y aceptar su evidente ignorancia galopante. La democracia exige conocimientos para elegir, imaginen que usted va a un médico y se decide como curarle o aplicarle un tratamiento por votación, pero no por un grupo de médicos expertos sino por un grupo de honestos cargadores de la merced, sí muy respetables, pero que de medicina no saben nada. Eso quieren hacer en la UNAM.

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@EduardoSadot