El principal problema de los dueños de las aerolíneas en general, es que se creen dueños del cielo, y más que una ideología, ha sido una filosofía de vida, que comenzó cuando los hermanos Wright no reconocieron que el aeroplano que diseñaron era muy similar al que había dibujado Leonardo DaVinci casi 5 siglos antes.
Esa prepotencia sobrehumana que han tenido los dueños de las aerolíneas, de sentir que habían dominado el cielo y el arte de volar, descrita metafóricamente en la obra griega sobre Icaro, fue la que influyó para desaparecer del planeta al avión que podía superar a todos los demás, el avión supersónico Concorde de AirFrance, por medio de un accidente conspiracionalmente muy similar al que pasó con el dirigible alemán Hindenburg 83 años atrás, y también esa prepotencia es la que llevó a decidir a los mencionados dueños de las aerolíneas que si no lograban las ganancias multimillonarias planeadas con sus vuelos, preferían, quebrar.
Para ganar dichas cantidades multimillonarias de dinero, lograr un nivel de vida con supremacía y saciar su sed de poder por el hecho de tener el privilegio casi divino de volar, los dueños de las aerolíneas tuvieron que desarrollar diferentes estrategias, una de las más vulgares fue la de cobrar sobreprecio a los pasajeros justo antes de abordar a sus aviones por supuestas sobre-demandas o sobre-ventas de los boletos para sus vuelos, yo recuerdo que eso nos lo hizo la desapreciada compañía PanAm a mi familia y a mí en 1982, también lo hizo Aeroméxico por el 2014 pero acá en México por intervención de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) los frenaron a tiempo, pero otras aerolíneas lo siguen haciendo, ElAl de Israel por ejemplo, hace 2 años, en Semana Santa, no dejaron abordar a mi madre en un vuelo de Ámsterdam a Tel Aviv, la encargada de esa aerolínea en tierra nos dijo que su lugar en el avión ya estaba ocupado por otra persona y que fuera al módulo de KLM ahí en Ámsterdam para comprar otro boleto y poder viajar ese día, le dije al jefe de seguridad de ElAl que le iba a mandar en ese momento un comunicado al Primer Ministro de Israel Benjamin Netanyahu desde mi celular aprovechando el internet que ofrecían gratis los holandeses para informarle lo sucedido, y en ese mismo instante la encargada de ElAl alcanzó a mi madre en la fila de KLM y abordó el vuelo de ElAl conmigo ocupando su lugar original.
Analizando, menos del 5% de la población mundial en la actualidad ha viajado en avión, y la manera para aumentar este porcentaje, hasta por humanismo, sería superando esas conductas mercantilistas, y evitar que sigan quebrado las aerolíneas mundiales afectando a tantas familias al hacerlo, incluyendo a las quiebras de PanAm, Continental, TWA, Air Berlín, Midwest Airlines, Flybe recientemente, Mexicana de Aviación y US Airways (ver artículo sobre Mexicana de Aviación en SDP noticias: Julio 10, 2019), que quizá en su momento no hubieran quebrado si los gobiernos de los países a los que pertenecían las hubieran rescatado, pero esa prepotencia de dominar al cielo, tampoco permitía eso.
La Humanidad contemporánea en general debería evitar que quiebren las empresas de sus países, tanto las aerolíneas como todas en general, ya que por experiencia histórica universal, cuando quiebran las empresas, quiebran las sociedades, y quiebran los países.
Nota cultural agregada: La película “El aviador” con Leonardo DiCaprio refleja impresionantemente la prepotencia que sintió Howard Hughes por el hecho de ser dueño de una aerolínea y dominar el cielo con sus aviones.