USA, ante el brote de Coronavirus COVID-19, no siguió los mismos pasos en los tiempos que otros países. Apuesta en que dio oportunidad a los demócratas de lograr lo que no les fue posible conseguir con millonaria la investigación del Fiscal Especial Mueller, como tampoco les logró el Impeachment también dramáticamente expuesto en los medios. Eventos que mientras sucedían Trump no dejó de descalificar y de burlarse de ellos en sus mensajes y de ambos retos, Trump salió exonerado y fortalecido tanto de la investigación como del juicio político. Fueron utilizados como herramienta para impulsar sus estrategias, lograr sus políticas públicas. Con la emergencia que significa la pandemia del Coronavirus, Trump impulsa su guerra comercial con China, mientras mantiene la serenidad en la búsqueda de soluciones prácticas, que resulten productivas. La del Coronavirus, como toda emergencia debe ser atendida y abordada con respuestas sensatas. El temple en toda crisis es obligación del Jefe de Estado.

Descartando las propuestas fatalistas que aseguran resultados contra productivos en el derrumbe de la economía donde se garantiza la pérdida de todos. Empresas cerradas, el pueblo sin empleos, nuestros jóvenes sin oportunidades, la destrucción social, la anarquía, escalada incontrolable de violencia social. Cuando se han replicado condiciones parecidas a las que se gestaron durante la monarquía absoluta de Luis XVI, acumulación de la riqueza y oportunidades en solo unas cuantas personas que detonaron en la Revolución Francesa, que por su implicada inspiración de extensión a otras naciones de Europa. Una sociedad controlada por una minoría oligarca, donde los plutócratas deciden, toman las oportunidades. Se despachan solos mientras el resto de la población los padece. En USA le llaman -Deep State- Estado profundo, o poder tras el trono, la oferta de luchar contra esto le dio la victoria a Donald Trump. Sorprendente que un plutócrata como es el billonario Nick Hanauer sea quien lo diga con toda claridad en ponencias a sus compañeros plutócratas. Debe haber oportunidades para todos. La falta de oportunidades trae condiciones en que todos incluidos los plutócratas pierden todo. A la Plutocracia en México se le acuñó el nombre de Mafia del Poder, que luchar contra esto le dio el favor y la confianza de la sociedad que se manifestó en el voto a favor de AMLO.

Mientras no se tenga una vacuna, seguirá el contagio del coronavirus, la distancia social lo contiene y da tiempo, pero no lo erradica, y esta práctica no puede ser perenne. Aprenderemos a adaptarnos. Aunque este en pruebas la vacuna tomará mucho tiempo en llegar al público. Si no hay remedio, se puede extender la curva, pero sin una vacuna, en cualquier escenario, el porcentaje de infectados no cambiará mucho, será muy alto con un % de fatalidades bajo. El brinco por la salud será a la crisis más intensa en nuestra economía. Tenemos que continuar productivos lo más posible, aprender a cuidarnos y la realidad es que sin una vacuna, no hay mucho como evitar el brote, como el contagio.

Entonces también hay que poner atención a qué condiciones habrá después. Es vital preservar y promover a las empresas que estas estén en condiciones de ofrecer empleo. Si el remedio lleva a acabar con esto que futuro hay para empresarios, para los empleados y sus familias. ¿Qué oportunidades conocerá nuestra juventud?

Para salir de una tempestad, en el ejercicio del Poder, hay que seleccionar entre varias opciones catastróficas, trágicas, terribles. Ante la no opción no hay nada que hacer salvo encontrar una vacuna y remedios. No puede uno dejar de ver el costo social, lamentar, y dolerse por los enfermos, los fallecidos, y sus familias. El personal en hospitales, en atención a contener el mal.

No solo es una crisis de salud, su manejo puede derivar en una crisis integral que derrumbe el sistema. Todo debe ser evaluado. Mortalidad que se dio cerca de 2%, no había experiencia en el manejo el coronavirus. Ahora conocemos medidas preventivas, unas atenciones y sus efectos, ese % deberá bajar. Mientras tanto aparece una vacuna. ¿De qué sirve quemar el petate para matar las pulgas? Cerrar negocios y actividades para expandir la curva del contagio, es un extremo alto costo que además no acaba con la pandemia, que, si lleva a la bancarrota a la economía, las empresas sin ingresos suficientes para para pagar sueldos, y sostenerse los empleados sin salarios, ¿millones destinados a morir de hambre y pánico en una sociedad que se está destruyendo y entrando en la anarquía? Sale peor el remedio que la enfermedad y ni siquiera sirvió como remedio. Los llamados paranoicos, fatalistas, son eso. Contrario a lo que la mayoría de los formadores de opinión pública, y gente preparada opina en el día a día. Hay que buscar soluciones. No la muerte súbita. Con él con desplome del precio del Petróleo que continúa en caída libre y el cambio tan dramático en la situación económica mundial causado por el Coronavirus, la situación está espeluznante. Resulta necesario dar esperanza a los desesperanzados que en lugar de justicia cayó enfermedad y ruina.

La serenidad ante la emergencia es un ingrediente escaso, como obligado en un Jefe de Estado que aborda los problemas como retos que busca resolver mediante el menor costo social posible que se logra en el momento y forma adecuada. Su temple define el destino de su pueblo.

Resulta que el milagro prometido está en una o varias medicinas ya utilizadas. La solución definitiva contra el COVID-19, se encuentra, en la Cloroquina -Hidroxicloroquina una de las prescripciones más utilizadas en USA y el mundo para el combate prevención y tratamiento de la Malaria. Para contener los síntomas en un medicamento sin prescripción que normalmente lo hay en la mayoría de los botiquines de las casas, analgésico, para el dolor y antipirético reductor de fiebre con nombre genérico conocido como Paracetamol / acetaminofeno o con récord de ventas y de medicamentos sin prescripción para dolores y fiebre en el mundo, Tylenol.

La respuesta no está en costosas pruebas y tratamientos para el contagio, tampoco en seguir llamados fatalistas, reclamo de la paranoia y la lucha política que llevan a la destrucción de la economía que, en el caso del Coronavirus, resultan ser seguir el consejo de la abuela de lavarse las manos, en medicina del botiquín de tantas casas, y en caso extremo medicina para la Malaria.

La solución de esta emergencia como de todas está en liderazgo que mantiene la calma, que da pasos tranquilos y sin pausa en búsqueda de soluciones razonables.