“No es la apariencia, es la esencia. No es el dinero, es la educación. No es la ropa, es la clase".<br>
Coco Chanel
Cito lo que he leído en internet acerca de la historia del vestido:
√ "El acto de vestirse busca la diferenciación de las personas y nos habla de su gusto personal, el deseo de novedad y da origen al fenómeno social que llamamos moda".
√ "El vestido, fabricado de cualquier material, sea de piel, de lana o de tela cumple siempre una función especifica y lo realza y lo adorna. Es para los seres humanos una segunda piel".
√ "Vestirse y caminar ha diferenciado al homo sapiens del resto de los animales... no sólo liberó sus brazos cuando se irguió; tiempo después y de una forma sutil al principio, según la civilización y la cultura se hacían la indumentaria más compleja, por lo que sofisticó su ornamentación".
El vestido es tan importante que genera debates políticos. La noche del Grito de Independencia uno de los temas más mencionados en las redes sociales fue el vestido de Beatriz Gutiérrez Müller, esposa del presidente Andrés Manuel López Obrador. A algunas personas les gustó, a otras no. En mi opinión, ella se vio bien, elegante y discreta. No gastó una fortuna en su apariencia, y qué bueno. Otras compañeras de gobernantes mexicanos se han excedido derrochando enormes sumas de dinero para más o menos verse bien en las fiestas patrias. A algunas de nada les sirvió.
El hecho es que Beatriz no necesitaba recurrir a diseñadores de ropa carísimos: está consciente de que lo más importante no es la moda, sino la persona. Y la señora Gutiérrez Müller es, sin duda, un extraordinaria mujer. Destaca, sobre todo, por la defensa de su hijo, tan agredido en redes sociales. Los y las imbéciles del Twitter han intentado lincharla por hacer lo correcto: lo seguirá haciendo, claro que sí, le convenga o no al gobierno de su marido, gusten sus vestidos o no a los criticones, a las criticones de las redes.