El CODI (sistema de cobro digital) pudo ser el mejor invento de AMLO. En un país donde casi todas las transacciones se hacen en efectivo, con dinero constante y sonante, el CODI contribuía a una bien encaminada solución: se masificaba el manejo digital de dinero o sea, el sistema de pagos sin comisiones, se combatía la economía informal y se mejoraba la recaudación fiscal. ¿Cómo? Sustituyendo billetes y monedas por teléfonos inteligentes y códigos QR.
Obvio, no todos los mexicanos pueden contar aún con un celular (hoy solo tienen ese aparato 30 millones), ni disponer de una buena cobertura de ancho de banda ni tener la habilidad personal para pagar y cobrar a través de la banca en línea.
Pero para eso se diseñan políticas públicas: para que el Estado (o la IP mediante exenciones fiscales, que para eso son) invierta en el futuro del país. En este caso, para procurar que cada mexicano tenga a la mano (o mejor, sea dueño), de un celular, que no batalle para recibir señal de wifi y que aprenda a usar la banca en línea, con contraseña personal y toda la cosa, después de una previsible curva de aprendizaje. En China, por ejemplo, incluso los habitantes más pobres ya cuentan con estas tres ventajas (celular, WiFi y banca en línea). En México no.
Para allá íbamos, hasta que a AMLO se le ocurrió inventar el Banco del Bienestar. Ayer me metí a una de las sucursales de esa institución que parecen sucursales de los años setenta. El dinero se entrega en efectivo, se instalaron banquitas de plástico para que la gente se siente a esperar como en los bancos viejos y en vez de propiciar las transacciones virtuales, se promueve el uso de monedas y billetes (todo lo contrario a las innovaciones recientes de la banca privada a nivel global).
Si mediante el CODI se pensaba ayudar a acabar con la economía informal, con el Banco del Bienestar se alienta, se facilita y hasta se premia la economía informal y en otro ámbito, el manejo de recursos ilícitos.
¿Para qué se creó entonces una palanca de crecimiento tan esperanzadora como el CODI si luego se le pusieron trabas con el Banco del Bienestar? Es un acertijo que todavía no logro descifrar. No lo entiendo. Y yo creo que la Cuarta Transformación tampoco. Sería bueno que recapacitaran.