El presidente AMLO cumple sesenta y siete años mañana. Se enteró por las redes que querían llevarle serenata, mariachi, celebración para hoy en la noche, les agradeció, les reiteró el cariño profundo e incondicional que nos tiene, porque él y su equipo trabajan a diario para lograr nuestro mayor bienestar, pero pidió que no era necesario en esta época tan delicada de pandemia aún vigente, tales apreciadas acciones, e informó que lo pasará mañana día trece de noviembre en privado con su familia.

Desde este rincón alejado, pero a la vez muy cercano a la amada patria, agradecemos, damos gracias de nuevo al presidente AMLO por sus acertadas acciones en estos momentos tan críticos que padece el planeta Tierra. Su atención sin tregua e inmediata al rescate del sector de la salud tan precariamente recibido. La actitud de profesionalismo, de solidaridad, de movilización, de inventiva, de desarrollo de estrategias para combatir la epidemia, para mantenernos alertas sobre medidas sociales necesarias a seguir. 

Gracias a nuestro presidente por las decisiones tomadas en el plano económico ante presiones tan estrictas no planeadas, porque por ellas aún se mantiene México arriba como país atractivo para invertir, el número uno en Latinoamérica. Hoy hay confianza en nuestro gobierno, mustio o ciego quien diga no verlo. Y como desgraciadamente ha sido alrededor del mundo, nuestra importante ganancia en servicios turísticos de donde la nación obtiene jugosas divisas ha sido sumamente dañada, pero se atiende como prioridad para devolverle su natural brillo. La vigilada y organizada reactivación en la construcción de infraestructura, en la producción e industria, en la certeza jurídica, en la firmeza para atacar la corrupción e instaurar el Estado de Derecho, han fortalecido nuestra moneda frente al dólar. Las remesas aumentan y no cesan de llegar, que junto con los apoyos económicos ejecutados por el gobierno de la 4T durante la crisis a los sectores más necesitados y no al rescate financiero de los poderosos a la antigua usanza y costumbre, se ha roto por fin ese injusto patrón de conducta donde el destino presupuestal de la nación se decidía a dictamen y beneficio de unos cuántos económicamente poderosos. 

Hoy el pueblo es primero y el presidente de la república es su humilde servidor. En el aquí y ahora de nuestro México compartido, abrazos para nuestro presidente en su cumpleaños, que lo pase tranquilo, que descanse pues bien que se lo merece, y gracias de nuevo por su acertada administración y por el cariño demostrado para todos los ciudadanos de nuestro gran país que le puedo asegurar es recíproco.