Los nuevos paradigmas
El avance de la humanidad se ha dado siempre gracias a la irrupción de nuevos paradigmas. Cada campo de estudio ha evolucionado para estar al día con los nuevos descubrimientos y nuevas tecnologías.
Así, hace años que la invención del teléfono llegó a modificar la comunicación y la interacción social, lo mismo hizo en el campo de los estudios de la opinión pública. Con el teléfono llegó una técnica nueva para encuestar a la gente.
Hoy no podemos negar que el Internet ha revolucionado nuestras vidas. La comunicación hoy es inmediata y en muchos de los casos, pública y transparente. La interacción social rompe barreras de espacio y tiempo. Hoy puedes estar en dos lugares al mismo tiempo gracias a los teléfonos inteligentes, mientras desayunas en tu casa estás también en una conferencia que se transmite desde otro continente.
No utilizar el Internet para estudiar la opinión pública es un grave error. Un primer paso es utilizar el Internet y las redes sociales para encuestar. Así lo hemos hecho Zaragoza y Campuzano desde hace 3 años, tanto para evaluación gubernamental como para medición electoral.
Las encuestas en Internet son ya una opción más, una técnica nueva con metodología estadística y social detrás de ellas.
John Curtice, decano de las encuestas británicas, en un artículo de CNN comenta que solo las encuestas de Internet desde un principio daban un escenario muy competido. En el mismo artículo Robert P. Jones, jefe de PRRI (organización americana de investigación de opinión pública), explica que en estudios comparativos que ellos han hecho encontraron que las encuestas por Internet reducen la propensión de los encuestados a dar respuestas socialmente aceptables, lo que se llama efecto Bradley.
¿Qué es el efecto Bradley?
En 1982, Tom Bradley, Alcalde de Los Ángeles y quien era afroamericano, se presentó como candidato demócrata a gobernador de California; todas las encuestas anunciaban su triunfo con amplia diferencia. El resultado final favoreció al candidato republicano. Lo que pasó es que algunos encuestados decían votar por el candidato afroamericano para no parecer racistas.
La interacción social en las encuestas
Hoy la tecnología es tan cotidiana y la privacidad tan ansiada que responder una encuesta a través de una pantalla es de lo más normal. Con las encuestas de Facebook, el encuestado ya no tiene que atender en la puerta a un desconocido, responder una serie de preguntas y darle datos personales como ingreso o escolaridad; tampoco ve a una persona haciendo anotaciones sobre quién sabe que cosas que pueden preocupar al usuario.
Las encuestas de Facebook no tienen interacción social, no tienes a otra persona con la cual ser o aparentar ser. Pero aún con ello, los instrumentos de medición o cuestionarios deben estar construidos correctamente para detectar lo mejor posible a quien trate de engañar con sus respuestas.
La demografía en la encuesta de Facebook
Decir que Facebook es solo una red social de jóvenes es tanto como decir que el teléfono móvil solo lo tienen las clases altas. La pirámide demográfica de México nos dice que el 28.3% de la población tiene entre 14 y 24 años, mientras que el porcentaje en facebookeros mexicanos entre esta edad es de 35%.
Aún así, la encuesta en Facebook revisa y corrige la sobre o sub representación de cualquier grupo en la encuesta, esto para evitar sesgos de este tipo.
Los estudios del futuro
Cuando Zaragoza y Campuzano estuvimos en Washington presentamos los resultados de nuestra encuesta en Florida donde presentamos un escenario de empate técnico, el resultado de la elección fue que Donald Trump ganó Florida con 1.3 puntos porcentuales de diferencia.
Pero además, presentamos resultados de un análisis de redes sociales y otros indicadores como nivel de búsquedas en Google y nivel de microfinanciamiento. En dicho análisis que se desglosó punto por punto presentamos que Trump fue superior a Clinton. Con una metodología que se hizo en la UNAM dijimos que en Internet el resultado era Trump 53 - 47 Clinton.
Y hacia allá tienen que ir los estudios de opinión. Son tantos los datos y las pistas que dejamos en Internet que quien tenga toda esa información y la procese correctamente tendrá una herramienta muy poderosa. Previo a la elección, los datos internos que deben tener Facebook y Google ya debían dar ganador a Donald Trump. Zaragoza y Campuzano estamos trabajando en ello.
En House of Cards hay una escena en la cuarta temporada (spoiler alert) en la que la campaña de Underwood se enteraba de un problema tan grave que los haría perder la elección: el buscador “Pollyhop” apoyaba a Conway y con ello podían saber lo que la gente pensaba en cualquier momento del día y en dónde lo pensaba, podían si querían manipular lo que la gente veía en Internet, lo que leía. Ese es el poder de Internet.
Los juicios a los resultados
Nos extraña con franqueza que la crítica de Desiderio Morales se base en sus opiniones y creencias. Escribe no estar ‘de acuerdo en que José Narro vaya arriba como posible candidato del PRI a la presidencia de la república’.
Los encuestadores no debemos juzgar los resultados de los estudios por nuestras opiniones o preferencias. Quienes realizamos estudios de opinión solo somos los mensajeros, los encuestados son quienes entregan el mensaje.
Guste o no, José Narro va arriba en la preferencia de candidatos del PRI en población abierta, así como Miguel Ángel Osorio Chong va arriba en la preferencia de candidato del PRI entre los priistas. Guste o no, es AMLO quien, si la elección fuera el día de hoy, sería electo Presidente de México. Guste o no, todas las encuestas deberían medir a José Narro y Fernández Noroña, ambos están en la pelea; no incluirlos genera sospecha. Dejemos filias y fobias, que hable el profesionalismo y el contraste de nuestros resultados con la realidad en el 2018.