1.- Mis aguacates, cuando los compre verdes.
2.- Mis aguacates cuando ya estén maduros y los quiera camuflar de aguacates verdes, para que no se los coma nadie.
3.- Mis aguacates podridos, cuando hasta yo mismo me haya confundido si eran los verdes o los maduros.
4.- Mis aguacates soplados, es decir, de vidrio soplado, artesanales de Jalisco.
5.- Mis aguacates y un platanote. Hay que comer potasio mientras embarro el cutis con mis aguacates. Cuidarse de las arrugas nunca está de más; los gestos faciales son muy exagerados cuando le ponen cerca a uno el apestoso, cigarro.
6.- Mis aguacates, un platanote y un papayón. Bueno la Revista Proceso tiene muchas páginas. Alcanza para envolver toda una frutería.
7.- Leche de mis aguacates con chispas. Bueno, en este caso se trata de envolver una antigua receta del famoso batido de mi abuelito.
8.- Mis aguacates en papas. Receta de mi abuelita.
9.- Mis aguacates pegajosos o imantados. Pequeños aguacates de plástico con imán para "el refri".
10.- Mis aguacates sin chayote, es decir mis puros aguacates ausentes de pago para que hablen bien de mis aguacates. Que si mis aguacates están enormes, que si todos quieren agarrarlos, que si se les ve la vena, es decir la inspiración, que si mis aguacates tienen un huesote que parece cabeza, que si están muy negros, que si ya me los pelaron, que si traen gusano, gusanito o gusanote; en fin, mejor entreténgase con mis aguacates o con sus propios aguacates y nunca ocupe la graciosa tira cómica del Mono Sapiens para envolver nada. Es lo único que vale la pena de la muy venida a menos Revista Proceso, cara como el aguacate pero francamente ya con muy poco sabor periodístico.