El lunes 03 de diciembre del 2018, el avión Boeing 787-8 Dreamliner, José María Morelos y Pavón, por mucho tiempo utilizado por el expresidente priista, Enrique Peña Nieto, despegó del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) con destino hacia los Estados Unidos, con la finalidad de ser exhibido en busca de un posible comprador debido a su elevado costo. Por aquel año, el entonces candidato por la Presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador, dio a conocer que cuando fuera jefe del Ejecutivo Federal (como hoy en día lo es) semejante medio de transporte sería puesto en venta, pues de acuerdo con su interpretación era una burla que en un país con tantos problemas económicos como lo es México, su presidente gastara demasiado dinero en su mantenimiento. Además, recordó que recurriría a vuelos comerciales para trasladarse como cualquier persona común.
El Boeing 787-8, que fue utilizado exclusivamente para trasladar a Enrique Peña Nieto en sus giras presidenciales, cuenta con las siguientes características:
Costó 218.7 millones de dólares (2,952.4 millones de pesos, con un precio de 13.5 pesos por dólar), de acuerdo con el gobierno de Peña Nieto. La aeronave fue adquirida en noviembre de 2012.
El Presupuesto Federal de ese año (2018), detalló que el horizonte del arrendamiento (15 años) considera pagos anuales promedio de 45 millones de pesos en operación y mantenimiento, más pagos anuales de arrendamiento por entre 4.6 millones de pesos y 451.4 millones de pesos, que a ese plazo darían un total aproximado de 7,500 millones de pesos.
El avión tiene 57 metros de longitud y 17 metros de altura. Además, cuenta con una capacidad para un máximo de 80 pasajeros.
Alrededor de 600,000 kilómetros de vuelo se hicieron en este avión. Con el avión anterior, Peña Nieto hizo un polémico viaje con una gran comitiva a Gran Bretaña en marzo de 2015; por ese entonces, la lista de pasajeros incluía a una hermana del expresidente priista y a una de la exprimera dama y antigua actriz de Televisa, Angélica Rivera.
Las remodelaciones que incluyeron ingeniería, instalación de sistemas, adecuaciones de estructura, equipamiento de cabina y certificaciones, costaron más de 80 millones de dólares (ExpansiónPolítica, 03/XII/18).
Pero para desgracia del tabasqueño, la misión de venta fracasó en el país vecino. Después de que el gobierno mexicano gastara más de 1.5 millones de dólares para que el avión favorito de Peña Nieto permaneciera en las instalaciones de la compañía que lo fabricó en Victorville, California, el gobierno federal anunció que sería “repatriado” por falta de compradores, y es que con semejante parafernalia ¿Se imagina la cantidad de capital que se tendría que pagar para llenar su tanque de combustible? O peor aún: ¡El costo de su tenencia! Da miedo de sólo imaginarlo: “Tras un año allí sin concretarse su venta, el gobierno decidió regresarlo a México. Durante la conferencia de prensa del presidente Andrés Manuel López Obrador, el director del Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobas), Jorge Mendoza, hizo el anuncio y añadió que el proceso de enajenación de la aeronave, en donde se transportaban los mandatarios mexicanos, será relanzado” (Univisión, 14/l/20).
Ante la imposibilidad de una venta, López Obrador sugirió lo que para muchos es la peor propuesta que el mandatario a emitido desde que se convirtió en presidente de este país: LA RIFA. Un “premio mayor” al estilo de la Lotería Nacional: “El Presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) planteó como opción para dar salida al avión presidencial hacer una rifa mediante la que se ofrecerían seis millones de cachitos (boletos) a 500 pesos cada uno, en un sorteo a cargo de la Lotería Nacional” (Informador.mx, 18/l/20). Así como lo lee, estimado lector; AMLO rifará el avión presidencial mediante la venta de “cachitos” de la Lotería Nacional, los cuales estarán disponibles próximamente en cualquier puesto de periódicos de la ciudad. No conforme con eso, inclusive el mandatario presentó orgulloso en una de sus conferencias mañaneras el diseño del cachito.
Poco tiempo después de que se dio a conocer la noticia, las redes sociales estallaron con todo tipo de comentarios, principalmente sarcásticos que ridiculizaron la intención del presidente. Y es que de verdad resulta difícil de creer que un ciudadano común y corriente tenga la posibilidad de convertirse en el ganador de dicho avión, ignominioso por donde se le quiera ver. Me queda claro que Obrador quiere deshacerse de él a como dé lugar, así sea mediante una venta totalmente fallida porque con base en cifras oficiales, el avión de la vergüenza tiene un costo aproximado de 2 mil 500 millones de pesos, los cuales, por obvias razones, no se recuperarán con la venta de miles de cachitos.
Por lo mismo, expreso mi indignación ante lo que me parece una burla para los mexicanos, ya que al fin y al cabo son ellos los que con la compra de sus cachitos terminarán pagando lo que ningún magnate se atrevió a pagar y, de antemano, deseo desde lo más profundo de mi corazón que el ganador cuente con una cochera lo suficientemente amplia para guardarlo, no vaya a ser que algún bribón le robe las llantas durante la noche al prestigioso avión si lo deja estacionado afuera de su casa.