El proyecto de las Zonas Económicas Especiales se escuchaba bien, como la mayoría de los proyectos económicos que plantean los gobiernos, y en este caso la esperanza del incremento del poder económico de las zonas deprimidas.

La pobreza en México es real, existen 63 millones de personas que se encuentran en este nivel y de acuerdo al Coneval el 80% de los mexicanos somos socialmente vulnerables, esto significa que desde la clase media hasta los pobres podríamos perder nuestro poder adquisitivo ante cualquier desequilibrio económico del país.

Entonces el proyecto de las Zonas Económicas Especiales en siete zonas del país supuestamente era un excelente motor para promover el desarrollo, obviamente apoyaría a las empresas trasnacionales, principalmente, pero al día de hoy este proyecto de la pasada administración de Enrique Peña Nieto quedará anulado por el actual presidente, Andrés Manuel López Obrador.

Se creará en su lugar una zona libre con seis parques industriales, que se localizarán en el tramo  del Istmo de Tehuantepec- Veracruz, uniendo al fin los puertos de Salina Cruz, Oaxaca con Coatzacoalcos, Veracruz. Por lo que el vocero presidencial, Jesús Ramírez, dijo que estas zonas anteriores seguirán teniendo atención, mas no con el nombre de Zonas Económicas Especiales.

Obviamente el ambicioso proyecto de las ZEE era inviable para los capitales mexicanos e incluía el puerto Lázaro Cárdenas entre Michoacán y Guerrero; la zona del Corredor del Istmo de Tehuantepec, que incluiría Coatzacoalcos, Veracruz, y Salina Cruz, Oaxaca; y la de Puerto Chiapas, en Chiapas.  

Pero qué viene después de que el presidente dijera que se cancelan las ZEE, el gobierno federal proyecta una zona libre, a lo largo del Istmo de Tehuantepec, que incluirá seis parques industriales de 500 hectáreas cada uno, en estas zonas habrá para los inversionistas, incentivos fiscales similares a los otorgados en la frontera norte (donde a partir de este 2019 se redujeron impuestos y aumentó el salario) y para los ejidatarios, también habrá apoyo. 

Hay que tener muy claro que la tenencia de la tierra en México es muy interesante y que cada sexenio en el plantean nuevo proyectos, se les olvida esta situación, los ejidatarios, los comuneros y los pueblos en general, tienen sus grupos administrativos que cambian cada determinado tiempo, y con cada nueva administración de ellos, se tiene que negociar, para que el verdadero progreso continúe, en el caso del Istmo de Tehuantepec, las grandes compañías y los gobiernos engañan a los comuneros y ejidatarios, y las consecuencias, son los bloqueos constantes en esta zona, además de los problemas de crimen organizado y que la eólicas y las mineras no consideran a la población humana para su desarrollo, o solamente negociaron con administraciones pasadas, ofreciendo progreso y dinero que no se reflejó realmente.

La meta de la administración de AMLO es que en un bienio se modernice la infraestructura férrea y portuaria del Istmo, que estén listos los primeros parques industriales y que al final del sexenio exista un 50 por ciento de avance en instalación de empresas.

Aclaremos que este proyecto no es nuevo, desde el Porfiriato se ha querido implementar la conexión de ambos puertos, y no se he podido concretar, por muchas razones. 

Pongamos en el panorama que en el Istmo la ZEE abarcaba en 75 municipios en donde existen caminos terrestres, una red ferroviaria, un corredor de energía eólica, un agroparque, un puerto de carga marítima y una refinería. En el agroparque, con un avance de 60 por ciento en la obra, se han ejercido 500 millones de pesos para ocho centros de acopio y 12 puntos de venta donde se han invertido 400 millones de pesos; se han instalado tres agroindustrias, dos procesadoras agroindustriales de jugo de mango y piña de la empresa Jumex y una planta hule de la compañía Kola Loka. 

Las consecuencias por la cancelación podrían implicar pérdidas millonarias ya que habría acuerdos con 82 empresas, con un entendimiento de 7 mil 200 millones de dólares, pero hay que ser honestos las ZEE solamente apoyarían a los grandes capitales, ya que los pobladores de estas zonas serían pagados como una mano de obra barata y no se reduciría la brecha social, volviendo a México en un país maquilero, desde los 80 , por lo que el nivel de bienestar de los obreros mexicanos sigue muy distante de los obreros internacionales.

Esperemos que en este nuevo proyecto sí incluyan medidas para el desarrollo social, y podrían generar cooperativas con los ejidatarios y comuneros para volverlos socios y así el desarrollo sería parejo.

Claro, también hay que checar el impacto ambiental porque ese ha sido uno de los frenos, si van a desecar lagunas y talar millones de árboles, hay que buscar la manera de resarcir el daño. 

Por lo mientras veremos qué dice el presidente en su visita al Istmo de Tehuantepec, es muy interesante que lleve 3 visitas en Oaxaca en lo que va de su administración, veamos qué pasa con esta Cuarta Transformación.

@fuaper