Los mexicanos sabemos desde la escuela primaria, qué pasó el 5 de mayo de 1862 y lo celebramos con moderado entusiasmo.

Un año antes, tres potencias mundiales habían invadido México por diferentes razones, pero España e Inglaterra se retiraron después de dos meses de negociaciones.

Y eso que no teníamos a Videgaray en esos tiempos.

Pero, los franceses, debido a que los gringos estaban distraídos por su propia Guerra Civil, decidieron aprovechar el desorden e invadir nuestro alicaído país.

El ejército francés avanzó hacia la Ciudad de Puebla.

Pero, jamás se esperó que un pequeño ejército mexicano, comandado por Ignacio Zaragoza, le propinara un contundente Knock out, aunque de poco sirvió, ya que el aguerrido Napoleón Tercero mandó un año después a 35 mil soldados que llegaron a la Ciudad de México y nos dejaron a Maximiliano como Emperador.

La fecha quedó grabada en los anales de la historia como un episodio de heroísmo y una de las pocas batallas que hemos ganado.

Nadie se explica por qué los gringos, a pesar de la mala onda de Trump contra México, celebran cada año como si hubieran tenido algo que ver.

Algunos historiadores ofrecen las siguientes razones:

El héroe mexicano Ignacio Zaragoza nació en Texas, en la Ciudad de Goliad y desde 1999, el Senado texano lo declaró el “lugar oficial para celebrar el 5 de mayo”, y lo festejan los texanos con música, bailes folclóricos, burritos y tacos Bell.

Pero, las celebraciones no se limitan a Texas.

El Festival de Chicago atrae a 200 mil visitantes; el de Denver, a 400 mil y el de Portland, en Oregon, a 300 mil.

El hecho es que el 5 de mayo es una fiesta de mayores dimensiones en Estados Unidos que en México y provoca una derrama económica millonaria, lo que de alguna manera explica el interés de los estadounidenses, que tanto aman a los dólares.

Y vean nada más los datos que nos ofrece Forbes.

El 5 de mayo se consumieron casi 37 millones de kilos de aguacate.

Se gastaron casi tres mil millones de dólares, nada más en cocteles Margarita.

También se echaron mil millones de litros de cerveza, en especial de Corona Extra, y casi 130 millones de litros de tequila o mezcal.

Y los habitantes de la Unión Americana atiborraron los 54 mil restaurantes de comida mexicana que operan en el país y que satisfacen sus paladares, con su oferta de:

Enchiladas, moles, tacos, nachos y todas las demás delicias de la gastronomía azteca.

Pues, si de eso se trata, por nosotros, que sigan celebrando y haciendo fiestas mexicanas.

Podríamos proponerles que festejen: la Revolución, el 20 de noviembre; la Independencia, el 15 de septiembre; a Benito Juárez, el 21 de marzo; el cumpleaños de Enrique Peña Nieto, el 20 de julio; o el del “Peje”, el 13 de noviembre.

Quizá, con tantas fiestas, aprendan a divertirse como los mexicanos.