El tema es muy simple y sobre todo entendible: la "Ley General de Aguas Nacionales". Efectivamente del análisis minucioso que se realiza de las diversas fuentes de credibilidad que se han consultado, resulta ser que es una privatización del servicio del suministro de agua lo que se pretende hacer, y que tanto jurídica como constitucionalmente es arbitrariamente contrario a derecho, así como las leyes que últimamente han creado de esa manera, y que dicho sea de paso el comentario, hasta un Juez de Distrito calificó de  inconstitucionales algunos artículos de la "Ley de Movilidad" que alguna vez realicé su análisis en este portal. 

Regresando al tema de lo de la privatización del agua, reitero, en obvio de repeticiones inútiles, así como se dice en el argot jurídico, el mismo resulta ser además de un asalto a la inteligencia para apoyar al sector privado, un acto eminentemente inconstitucional.

Lo anterior es sostenible en el sentido de que la propia Comisión Nacional de los Derechos Humanos reiteró la importancia del derecho humano al acceso al agua y al saneamiento, como elementos indispensables para una vida humana digna, y que por lo tanto, es contrario a derecho, a la Constitución, Tratados y Acuerdos Internacionales en la materia, el que por medio de una ley que además de contrariar la Carta Magna, sencillamente es incoherente el pretender privatizarla, en virtud, reitero, de ser un derecho humano que no admite controversia alguna, ni mucho menos está a discusión.

Pero ahora, ¿en qué consiste esta tentativa de privatización?

Como lo dije desde un principio, es muy sencillo, y no es más que el darle a los particulares el derecho de participar en la planeación hídrica, gestión del agua, y lo más aberrante, la imposición "a criterio" de tarifas, cuando esto corresponde tanto a organismos descentralizados de los Estados, del Gobierno del Distrito Federal, así como en la esfera de su competencia a la Comisión Nacional del Agua, de lo contrario ¿para qué existen dichas entidades? O ¿qué es lo que va a suceder? ¿Las van a desaparecer? Aunque suponiendo sin conceder que fuera así, por lo expuesto, dicha ley y dichas medidas continuarían siendo inconstitucionales, o ¿de plano ya es tan descarado que nuestra Constitución además de no respetarse sea una retórica ficción jurídica tal y como lo hemos estado viendo y viviendo últimamente?

Ahora bien, hablando del tema de la censura, que ha sido el detonante para su análisis el caso de la periodista Carmen Aristegui, quien de manera arbitraria fuera despedida de manera injustificada por parte de MVS, es de notarse con toda la objetividad que esta columna merece, el que por un lado, no se puede hablar de un "conflicto entre particulares" cuando MVS es una concesión de un bien público, por lo tanto, desde ese término la justificación de la empresa comienza muy mal.

En realidad lo que sucede es que tristemente la censura ha comenzado de nuevo a ejercerse en nuestro país en los medios masivos de comunicación, el cual es un secreto a voces que comienzan a ser manipulados por el Gobierno Federal, tal y como si estuviéramos en los años setenta, con una clara regresión e inobservancia al derecho humano llamado "libertad de expresión" quebrantado a diario por los medios tradicionales de comunicación, como ya lo mencioné.

Por lo que finalmente mi querido lector, retomando el caso Aristegui, es notorio que como lo mencioné no es un "conflicto entre particulares", sino un mero conflicto de interés entre Presidencia de la República, MVS, y desde luego Grupo Televisa, que en columna diversa expliqué que esta última es quien al haber realizado las gestiones de "marketing político" para llevar a Enrique Peña Nieto a asumir el Poder Ejecutivo, es de sobra conocido que se le deben favores a la televisora en cuestión, así como también a manera de reciprocidad, y por lo tanto, por las investigaciones hechas por Aristegui y su equipo es más que evidente que molestaron, y el resultado ahí lo tenemos: la violación al derecho humano de la libre expresión en medios tradicionales de comunicación, y en este caso, tal quebranto le volvió a suceder a la periodista Carmen Aristegui y dos personas más de su equipo.