En los tiempos de covid-19 todo mundo está enloquecido o ha extraviado los valores fundamentales de su profesión. Es lo que evidentemente está ocurriendo con el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, dirigido por el doctor David Kershenobich, que ha lanzado una absolutamente inadecuada e irregular convocatoria vía Twitter.

El siguiente tuit fue eliminado de la cuenta del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán:

Convocatoria

Viola todas las normas de los protocolos de investigación médica no informar qué se está invitando a los enfermos a recibir medicamentos específicos, ni aclarar en qué condiciones de salud no pueden participar las personas infectadas por covid-19.

Entiendo que Nutrición se metió en un problema por haberle dado al presidente López Obrador un tratamiento experimental de antivirales y antiinflamatorios, lo que muchas personas han interpretado como un privilegio del hombre mas poderoso de México. Por esta razón, resulta clarísimo, Nutrición ha abierto sus protocolos a cualquier mexicano, pero vía Twitter y sin especificar qué medicinas son las que el paciente recibiría y en qué condiciones por ningún motivo pueden aplicársele.

Eso no resuelve nada, solo complica las cosas, ya que Nutrición tendría que informar desde su propio tuit todos los detalles de la investigación, desde luego para que nadie pueda sentirse engañado.

Además debería el tuit incluir un número de autorización de Cofepris para el protocolo anunciado, que puede ser o no aquel en el que participó Andrés Manuel y ha dirigido el infectólogo Guillermo Ruiz-Palacios.

Podría inclusive ser el caso de que Nutrición no haya registrado nada distinto al estudio de Ruiz-Palacios, que hace meses concluyó.

Lo que debería pasar, más bien, es que Cofepris autorizara de emergencia, para su uso generalizado en hospitales públicos y privados, los medicamentos que recibió el presidente AMLO, con el aval científico de los especialistas del Instituto de Nutrición, como el Dr. Ruiz-Palacios, quien lógicamente si no se sintiera absolutamente seguro de que ayudan a los enfermos de covid-19, no se los habría aplicado al gobernante de México.

Cualquier otra cosa es una falta ética del más importante hospital del sector salud mexicano.

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