El modelo nazi probó ser exitoso en la década de los treinta. Todo un pueblo unido en un ideal de una raza superior. El problema fue que un grupo de países con soldados mestizos le pegó una madriza. Los romanos tenían de esclavos a los soldados germánicos y eran toda una atracción. De allí se inventaron los tintes de cabello. A las mujeres romanas les llamaban la atención esos cabellos color de sol. Muchos siglos después los vikingos asolarían media Europa para después terminar de sirvientes cuando eran vencidos haciendo quesos en las villas que intentaban saquear.
Alejo Carpentier se pitorrearía del mito de las razas superiores diciendo que los blanquitos llegaron tarde, tardísimo a la civilización.
Volvamos a los romanos, un pueblo de mestizos que llegó a ser la civilización más poderosa en miles de años. Sus raíces son tan profundas que aun en nuestros tiempos, las bases de todo país de primer mundo reposan en lo que hicieron ellos. En México se enseña una materia que ya tiene más de dos mil años. Derecho romano. Con esa se inician los estudiantes de leyes.
¿Pero por qué digo todo esto? Porque ni la misión civilizatoria del imperio romano, ni la invención de la imprenta, ni del circuito integrado, ni el acceso a las tecnologías de información han ayudado a erradicar la estupidez humana. Dele usted tiempo libre a un puño de chamacos y saldrán con ideas brillantes como esa.
¿Sabes qué wee? Hagamos una organización neonazi, ¡y pum! ¡Nos convertimos en arios weee! ¡El país nos lo agradecerá de rodillas! ¡O sea!
Me he quedado corto con estupidez. Si alguno de ellos fuera mi hijo le daría la peor madriza de su vida. Descubriría huesos que no sabía que existían. Y pensar que fuiste el espermatozoide más rápido. Una organización neonazi de morenitos es como una Guelaguetza a la alemana.
Lo dije en un comentario, estos jovencitos idiotas tienen mucho tiempo libre y una educación deficiente.
Entiendo también que estén en busca de una identidad, es normal. Pero escoger el modelo neonazi que probó ser uno de los fracasos más rotundos en la historia de la humanidad me tiene perplejo.
También es claro que la clase no se compra. Mire usted a los turistas mexicanos en Brasil. Puro hacer el ridículo. Y casi todos empleados del gobierno (para variar).
También en Perú salieron unos igualitos: http://es.wikipedia.org/wiki/Movimiento_NacionalSocialista_Despierta_Per%C3%BA En este tipo de casos deberíamos de aplicar algún tipo de ley islámica. Una bola de latigazos en público para que aprendan.
Que no es el color de piel lo que determina quién eres. Son tus acciones.
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Aquí el maestro Carpentier: