El reciente embate mediático contra López Obrador resulta bastante común y ordinario, nada nuevo muestran los spots en donde aparecen los líderes nacionales del PAN y el PRI, reviviendo mitos como el de “un peligro para México” y recurriendo a hechos pasados, como el plantón sobre Reforma, para afirmar que  no le interesa el empleo.

Le falta rigor a Ochoa Reza y le sobra cinismo al hablar de afectaciones al trabajo, cuando el gobierno actual, emanado de su partido ha sido el responsable de la pauperización de las condiciones laborales, así lo demuestra la caída del salario promedio que gana la población ocupada el cual pasó de 2.43 salarios mínimos en el cuarto trimestre de 2012 a 2.28 salarios mínimos al primer trimestre de 2016.

La utilización de este tipo de propaganda confirma que continúa siendo rentable atacarlo induciendo a la gente a suponer, que de llegar a la presidencia sería lo peor que le podría suceder al país, incluso peor que el desastre Calderonista y la desgracia actual con Peña Nieto.

 Es decepcionante que dos personajes jóvenes, como son los presidentes del PRI y PAN, recurran a campañas de miedo para atraer electores en lugar de presentar acciones y propuestas que refresquen e inyecten dinamismo a una actividad tan desprestigiada, como la política, pero nada es casualidad, AMLO va arriba en las encuestas y eso, tiene nervioso a más de uno.