Presidente López Obrador:

Honestamente pienso que el presidente Joe Biden es un personaje menor comprado contigo. Tendrá más poder, pero no más autoridad moral que tú. Gobernará a la principal potencia del planeta, pero él no sabe lo que es luchar desde abajo con todo en contra.

Tu trayectoria, Andrés Manuel, es la de un líder social; la de Biden, en cambio, es la de un político profesional que durante décadas ha vivido del sistema que hoy encabeza.

Muchos mexicanos elogiaron el discurso de ayer del presidente Biden; fue muy bueno, sin duda. Ha sido el más importante de su ya muy larga carrera política. Pero, si vamos a decir la verdad, tal proclama del nuevo gobernante de Estados Unidos se queda muy lejos de la calidad, la emotividad y la profundidad de tu alocución del desafuero en 2005.

Presidente López Obrador, ni siquiera tus rivales ideológicos se atreverían a negar esa verdad. Al menos no lo haría un historiador serio como Enrique Krauze, quien además es muy buen escritor.

(A propósito de Krauze, lamento que él y tú no se entiendan, Andrés Manuel. Si ustedes colaboraran, México saldría ganando; por numerosas razones no se puede, qué pena. Pero de esto podremos hablar después).

La ciencia y la política

Lo único en lo que el presidente Biden tiene absolutamente razón y tú estás equivocado, presidente AMLO, es en hacer caso a científicos —y no a políticos— para combatir la pandemia de covid-19.

Tu error, Andrés Manuel, fue pensar que el epidemiólogo Hugo López-Gatell, quien tiene buena preparación académica, iba a actuar invariablemente basado en la ciencia. Nunca ocurrió así.

Los reflectores que le prestaste, presidente López Obrador, enloquecieron al rockstar de la epidemiología quien decidió, desde el principio de la crisis, olvidar sus conocimientos para jugar a ser político con poder.

Sobre todo, Gatell se ha equivocado —y mucho, demasiado— en el tema del cubrebocas. Jamás se ha atrevido a contradecirte cuando has dicho que los expertos del gobierno no te aconsejan ponerte la mascarilla. No lo ha hecho por miedo a hacerte enojar; le aterroriza la posibilidad de caer de tu gracia, presidente AMLO; traiciona a la ciencia para no perder privilegios en Palacio Nacional; cree que logrará su gran objetivo, que no es acabar con la pandemia, sino llegar a la presidencia de México, si calla cuando tú planteas evidentes errores.

En el asunto del cuberbocas qué distinta ha sido la actuación de Claudia Sheinbaum. La jefa de gobierno capitalina, entrenada como científica, en todo momento ha hecho lo correcto. Si las cosas se han salido de control en la Ciudad de México se debe en una gran medida a que ha sido saboteada por López-Gatell y a que no ha recibido apoyo desde el gobierno federal para insistir en la necesidad de que nadie se quite el cubrebocas.

La ciencia neoliberal

Gatell se las da de científico porque pasó unos años en una prestigiada universidad neoliberal de Estados Unidos. No es un mal currículo el suyo, pero no llega a más ese hombre.

Aceptemos las cosas como son, la ciencia neoliberal de la vecina nación es la más avanzada del mundo por sus excelentes instituciones de educación superior que atraen a los mejores talentos de otras regiones, por su enorme gasto en investigación, por la potencia de sus grandes empresas farmacéuticas, de telecomunicaciones, energéticas, automotrices, etcétera.

La maldita ciencia neoliberal llevó al gobierno de Estados Unidos a participar en el financiamiento de investigaciones para encontrar vacunas contra el coronavirus; funcionó: lograron que los mejores desarrollos, los de Pfizer y Moderna, se generaran en esa nación, para beneficio económico de tales empresas desde luego, pero también de sus ciudadanos y de la gente de otras partes del mundo.

Algo sabrán de ciencia en Estados Unidos. Su presidente no es un personaje histórico como lo eres tú, Andrés Manuel, pero sus científicos desarrollaron las vacunas que nuestro epidemiólogo tuvo que conformarse con presumir cuando llegaron al aeropuerto de la Ciudad de México.

En ciencia somos espectadores, no actores, admitámoslo con Honestidad. No es tu culpa de tu gobierno, presidente López Obrador, sino de años de corrupción y atraso que tú buscas empezar a superar.

¿Por qué, entonces, a Estados Unidos le ha ido tan mal en la pandemia?

Porque su presidente anterior, Donald Trump, cayó en la negación y no hizo lo correcto. Entre otras medidas que no tomó hay que incluir una fundamental: la de promover e inclusive hacer obligatorio el uso del cubrebocas.

Cuando hablaste por teléfono con el presidente Biden, te dijo que México había superado a Estados Unidos en lo relacionado con la pandemia. Si te lo piensas bien, presidente AMLO, el señor Biden no elogió a tu gobierno ni mucho menos a López-Gatell: solo dijo que fue tan torpe la actuación de Trump que hasta México, con sus muy malos resultados, lo hizo mejor.

Te convenga admitirlo o no —tus razones políticas para defender a Gatell las comprendo, pero no puedo dejar de decir que el tipo es un fraude como epidemiólogo—, es un hecho objetivo, comprobable y comprobado que hay mejores científicos en Estados Unidos que en México. Desde luego, sobran allá epidemiólogos más calificados que López-Gatell, y además no contagiados por el virus de la grilla.

Inclusive algunos de los talentos mexicanos más destacados aplican sus conocimientos en empresas o universidades de ese país.

El plan científico de Biden conta el covid

El presidente Joe Biden, más sensato que Donald Trump, decidió escuchar a los científicos y ha tomado algunas decisiones:

√ Invertirá fuertes cantidades de dinero para acelerar el proceso de vacunación. Se pretende aplicar 100 millones de dosis en 100 días. Será toda una hazaña si se logra.

√ El gobierno estadounidense exigirá pruebas negativas de covid a cualquier persona que llegue a Estados Unidos del extranjero y, además, se les ordenará quedarse en cuarentena 10 días.

√ Se incrementará el número de pruebas a los estadounidenses, algo que Gatell siempre ha dicho que es inútil.

√ Y se hará obligatorio el cubrebocas en todos los espacios controlados por el gobierno y se promoverá intensamente su uso entre toda la población, empezando por dar personalmente el ejemplo: Biden no se quita la mascarilla.

Por cierto, el presidente Biden ha dicho que usar el cubrebocas es un deber patriótico. Y, basado en la ciencia, ha afirmado que las mascarillas son “incluso más importantes que las vacunas”.

Querido presidente López Obrador, ¿no crees que llegó la hora de escuchar solo a científicos científicos, es decir, empezar a ignorar a los epidemiólogos politiqueros?