Si la encuesta reciente de El Norte dice la verdad —y me parece que no miente; lo saben en el equipo de la candidata del partido de AMLO, donde no encuentran la fórmula para salir del agujero—, difícilmente Morena ganará una solo posición de diputado o diputada federal en Nuevo León.
No son muchos los legisladores que aporta esta entidad a la Cámara de Diputados, pero creo que no estaba en los planes de nadie en el gobierno —en la oposición tampoco— un descalabro de ese tamaño en tierras nuevoleonesas para el partido del presidente López Obrador.
La derrota total no era un escenario posible y aun llegó a parecer, hace pocos meses, que Morena arrasaría tanto en la elección de gobernadora, con Clara Luz Flores, como en las votaciones para diputados federales. Ya no es así.
¿Qué ocurrió?
Hundió a Clara Luz la fatal combinación de tres hechos: (i) las malas decisiones de estrategas electorales que no conocen Nuevo León; (ii) los errores de la candidata (no admitir que conocía al líder de la famosa secta Nxivm; denunciar ante la fiscalía a un comediante que bromeaba con ella y su esposo), y (iii) el reto del presidente AMLO al diario El Norte, que llevó a este diario a hacer a un lado la imparcialidad y en cuanto pudo exhibió —sin dar tiempo a una posible recuperación de la abanderada de Morena— que la señora Flores ha dejado de pelear por el primer lugar para luchar por no quedar en la última posición con el débil panista Fernando Larrazabal. Una percepción tan negativa arruina todavía más a cualquier persona que busca un cargo de elección.
Samuel García y Adrián de la Garza
Aunque lleva ventaja y esta ha crecido, no es todavía seguro que Samuel García, de Movimiento Ciudadano, vaya a ganar la gubernatura de Nuevo León. Todavía aspira a la victoria, con posibilidades reales de lograrla, Adrián de la Garza, del PRI. Estos partidos, y el PAN —que su candidato a gobernador sea un desastre no le quita al panismo fuerza en algunos distritos electorales— se repartirán las diputaciones en disputa. Son pocas y no garantizan a la oposición a la 4T poder controlar a Morena en el Congreso. Pero si la crisis del partido gobernante en Nuevo Léon se repite en otras entidades, el instituto político que llevó a AMLO a la presidencia tendrá problemas para imponer su agenda legislativa.
Menos poder ayudará a AMLO
No es una mala noticia. Todo lo contrario, se trata de algo extraordinariamente positivo para México, ya que obligará al presidente López Obrador a dialogar en vez de simple y sencillamente imponer su punto de vista girando instrucciones a subordinados disciplinados. El mejor Andrés Manuel no es el que ordena y ya, sino el hombre absolutamente carismático y amable en corto que cuando se esfuerza por convencer con argumentos, lo consigue, aunque se vea obligado a ceder de vez en cuando.
Tener menos poder ayudará a AMLO a cumplir su principal objetivo: ser el mejor presidente en la historia de México. El exceso de poder lo aleja de ese fin.