(Por considerarla de interés público voy a publicar —abusando de la amistad— esta carta que me envió el presidente del Consejo Coordinador Empresarial y que expresamente me pidió no difundir. Desde luego, me disculpo por el atrevimiento. Aclaro que el escrito lo reproduzco tal cual lo recibí. Lo único que he hecho ha sido dividirlo en secciones para tratar de facilitar su lectura en los teléfonos celulares).
CORRESPONDENCIA PERSONAL DE CARLOS SALAZAR LOMELÍN
Monterrey, N.L., 7 de mayo de 2020
Querido Federico:
He leído con atención tus artículos y los de tus colaboradores en SDPnoticias.com. Como amigos de más de 40 años, decidí escribirte esta carta personal y privada, que no es para publicación, y explicarte una vez más lo que ya te he explicado muchas veces en persona.
Interlocución institucional
El Consejo Coordinador Empresarial es un mecanismo que representa e integra las preocupaciones y las propuestas de las 12 organizaciones más importantes del sector privado de nuestro país. Es claro que ante la crisis que vivimos, el gobierno de México tiene una idea de cómo hacerle frente y nosotros tenemos otra. Pero eso no significa que exista confrontación. La interlocución institucional continúa permanentemente, pero el diálogo diario se da con el Jefe de la Oficina de la Presidencia de la República y con la Secretaría de Economía. Y siempre estamos dispuestos a la colaboración y al trabajo constructivo por México.
El articulo 25 constitucional
El Presidente dijo hoy en su conferencia matutina, claramente que el artículo 25 de la Constitución señala que corresponde al Estado la rectoría del desarrollo nacional. Cierto. Nadie lo pone en duda. No lo discutimos. Pero le faltó añadir lo que también dice ese artículo: que la rectoría del Estado debe garantizar que el desarrollo sea integral y sustentable, que fortalezca la soberanía y su régimen democrático y que mediante la competitividad, el fomento del crecimiento económico y el empleo y una más justa distribución del ingreso y la riqueza, permita el pleno ejercicio de la libertad y la dignidad de los individuos , grupos y clases sociales, cuya seguridad protege la misma Constitución.
Aquel malentendido
Creo que tenemos la misma visión, empresarios y gobierno. Y realmente me preocupa que hace algunas semanas, un malentendido haya crecido de manera irresponsable. En una de mis videoconferencias de prensa alguien, no sé si de buena o mala fe, habló de remover al Presidente y de la revocación de mandato. Mi respuesta, en tono irónico, fue que por favor se ubicaran en la justa dimensión del momento que vive México, porque solamente el presidente López Obrador es quien tiene 30 millones de votos y ahora nadie más los tiene. Entonces que debíamos apegarnos a las reglas de la democracia. Dije que no caigamos en ese tipo de soluciones simplistas.
Pues mi respuesta se malinterpretó y generó un teléfono descompuesto en Palacio Nacional. Desde ahí se interrumpió mi comunicación personal con el presidente de la República.
¿Hay interlocución institucional con el Gobierno? sin duda la tenemos. Seguiremos en ese diálogo responsable.
Ni duros ni suaves
Pero el malentendido siguió porque en SDPnoticias se publicó que “supuestamente yo me había juntado con los duros del sector privado y me había puesto del lado de ellos”. Quiero que sepas, Federico, que aquí no hay duros ni suaves. El sector empresarial es una muestra del México plural en el que afortunadamente vivimos. Hay empresarios de todos los partidos e ideologías, algunos son de los extremos y otros del centro. Como en cualquier grupo que se forma sin restricciones ideológicas. Para pertenecer a nuestro sector, lo único que necesitas es tener una empresa. Nadie te pregunta sobre ideologías, partidos ni preferencias personales ni políticas. Aquí no hay ni duros ni suaves. En el sector privado creamos valor y empleos. Yo dirijo al organismo de organismos. Formalmente, los socios son doce organizaciones, que a su vez tienen millones de agremiados. Todos generan empleos y prosperidad para la patria. Son empresas serias, responsables y cada una tiene individuos muy respetados.
La Conferencia Nacional
He organizado recientemente videoconferencias para hablar directamente con todos aquéllos que quieran expresarse. Y también organizamos una Conferencia Nacional para la Recuperación Económica en donde participaron 135 mil mexicanos. Y de ahí surgió una propuesta con 68 ideas para México, que presentaron 263 panelistas de todos los rincones del país, de todos los partidos. Hubo representantes del gobierno, de los trabajadores, de los empleadores, de las organizaciones civiles. Fue un gran esfuerzo de análisis y propuesta.
El resultado de la Conferencia se lo envié al presidente de la República. Sí le he solicitado una reunión para explicarle con detalle cada una de las recomendaciones, porque creo que tenemos una relación abierta en donde nos hablamos con claridad. Mis hechos siempre han hablado más que mis palabras. Y así es la relación que me propuse construir con el Presidente. Nos expresamos puntos de vista claramente. Entiendo que el Presidente esté muy ocupado. Pero insistiré porque es importante que nos podamos reunir personalmente.
Afortunadamente el Presidente se reúne con frecuencia con otros representantes del sector empresarial. Estoy seguro que ellos le plantean exactamente lo que nosotros estamos proponiendo desde las organizaciones del CCE.
Reitero mi primer discurso
Tú bien sabes que, desde que tú y yo hablamos de la posibilidad de que yo pudiera llegar a encabezar al CCE, tenía una idea muy clara de mi responsabilidad. Lo dije en público y lo sigo diciendo: soy consistente. No me he movido. Lo que el Presidente escuchó en mi discurso de toma de protesta hace más de un año es lo que sigo diciendo y haciendo hoy. Soy un mexicano que respeta el derecho y las instituciones. Estoy seguro que en el fondo queremos lo mismo: proteger a los más pobres y desfavorecidos del país, luchar por cambios institucionales que nos permitan combatir frontalmente la corrupción y lograr que nuestro legado sea un México más justo y equitativo.
Las diferencias
No quiero discutir de más las diferencias entre proyectos. A ti te queda claro, Federico, que no estamos pidiendo concesiones, ni privilegios, ni condonaciones, ni que se rescate a ninguna empresa. Muy lejos estamos de pedir un Fobaproa. Nadie ha planteado ni remotamente esa idea. Diferir el pago de impuestos de las empresas medianas y pequeñas no significa dejar al Estado sin recursos. Ni significa que no se vayan a pagar. Simplemente pensamos que es una medida utilizada en muchos países por gobiernos de todo signo ideológico que a la larga benefician a las tesorerías de los Estados. Si las empresas se mueren, pues no habrá ya base gravable futura. El apoyo de hoy puede servir para que las empresas sobrevivan y sigan pagando impuestos en el mediano y largo plazo. Eso nos conviene a todos.
La deuda pública
Otro tema que nos divide abiertamente es el de la deuda. Entiendo que el Presidente no quiera contratar ni un peso adicional. Hoy nos dio una cátedra de historia en su conferencia matutina. Mencionó casos en donde el país fue víctima de la usura y llegamos al conflicto internacional. También otros países son víctimas de fondos buitre. No es el caso de México, Federico. México sí tiene la capacidad de hacerlo. No le tenemos miedo al crédito si lo pedimos de manera razonada. México tiene un margen razonable para el endeudamiento. No se trata de hipotecar el país sino de acelerar la recuperación. A mi me gustaría que el Presidente no me escuche a mí sino que pida estudios al Banco de México y a la Secretaría de Hacienda.
Las 68 ideas
Estamos en un cruce de caminos. Lo que pensamos es que la ruta que deberíamos seguir en este momento es la que señalamos nosotros en nuestras 68 ideas para México. Estamos siempre abiertos a la colaboración con el gobierno de México. Es momento de unidad y de responsabilidad.
Te envío un abrazo con afecto,
Carlos